Adios, Mrs. Thatcher, adios!

La invasión de las islas Malvinas por el general Leopoldo Galtieri, en abril de 1982, fue el leño populista al que se aferró un dictador enfrentado a graves problemas económicos, un creciente descontento de la población y el aislamiento internacional.

La respuesta militar de Margareth Thatcher fue una lógica, previsible, reacción imperial y a la vez la decisión de una estadista de carácter, que vio en esa agresión la oportunidad de remontar su creciente impopularidad.