La guerra que alimenta los celulares

Ernesto Tamara*
Según las agencias de las Naciones Unidas, más de 64 mil personas huyeron de la provincia Kivu Norte, en la frontera con Rwanda y Uganda. En la actualidad hay más de 1,1 millones de desplazados internos. Precisamente en esa provincia, se encuentran las grandes reservas, de "coltan" un material imprescindible para los aparatos de alta tecnología modernos, especialmente los teléfonos celulares que consumen en 60% de la producción mundial. El Consejo de Seguridad de la ONU extendió el contingente de seguridad conocido por las siglas en francés MONUC, aunque seguramente lo extienda todavía más. ¿Qué hay en el Congo que interesa tanto? [size=xx-small][b]Artículos relacionados:[/b] .La guerra invisible / Amy Goodman ."En Congo se está destruyendo la especie femenina". Entrevista a la activista Christine Schuler Deschryver - Amy Goodman .África: el legado imperialista de guerras, miseria y horror / María Castro [/size]

Los combates en el norte de la República Democrática del Congo recrudecieron estos días, provocando una nueva oleada de refugiados. Según las agencias de las Naciones Unidas, más de 64 mil personas huyeron de la provincia Kivu Norte, en la frontera con Rwanda y Uganda. En la actualidad hay más de 1,1 millones de desplazados internos.

Precisamente en esa provincia, se encuentran las grandes reservas, de "coltan" un material imprescindible para los aparatos de alta tecnología modernos, especialmente los teléfonos celulares que consumen en 60% de la producción mundial.

El Consejo de Seguridad de la ONU extendió hasta mayo el contingente de seguridad conocido por las siglas en francés MONUC, aunque seguramente lo extienda hasta por lo menos diciembre de este año, según una propuesta del Secretario General, Ban Kimoon.

Las Naciones Unidas tiene un contigente de los 20.000 efectivos, entre militares y civiles en ese país africano desde 2003 y ha gastado una media de 1.000 millones de dólares anuales en el mantenimiento de esta fuerza "disuasiva y humanitaria", sin lograr contribuir a la estabilidad del país, ni mucho menos resolver el problema de los más de 1,1 millones de refugiados internos. Por el contrario, las fuerzas de las Naciones Unidas parecen haber consolidado una división del país, donde tropas de los países vecinos de Uganda y Rwanda, tienen ocupados territorios de grandes riquezas mineras.

Actualmente la MONUC cuenta con más de 20.000 personas, entre cuerpo militar y civil.

Los mayores contingentes llegan de Asia. La India hace la aportación más numerosa con 4.372 soldados, seguida de Pakistán con 3.551. Latinoamérica tiene desplegados 1.324 "cascos azules" uruguayos, 105 guatemaltecos y 200 bolivianos. Desde el inicio de la misión de paz la MONUC ha sufrido 81 bajas.

Qué hay en en Congo que interesa tanto?

En el relato de los periodistas Woodward y sobre el escándalo de Watergate (el espionaje ilegal del presidente Richard Nixon al opositor Partido Demócrata) se subraya que el informante que los abastecía de datos y líneas de acción, les insistía siempre en seguir la pista del dinero.

Una lógica que se podría aplicar sin temor a equivocaciones en la mayoría de los grandes conflictos bélicos de nuestra historia, y en este caso en los combates en el Congo Democrático.

En las provincias del este de Congo Kinshasa, consideradas por la UNESCO reservas ecológicas de gran importancia, se encuentra el 80 % de las reservas mundiales de coltan. Allí han puesto sus ojos, sobretodo en los últimos diez años, las grandes multinacionales: Nokia, Ericsonn, Siemens, Sony, Bayer, Intel, Hitachi, IBM y muchas otras. Se han formado en la zona toda una serie de empresas (muchas de ellas "fantasmas") asociadas entre los grandes capitales transnacionales, los gobiernos locales y las fuerzas militares (estatales o "guerrilleras") para la extracción del coltan y de otros minerales como el cobre, el oro y los diamantes industriales. Las grandes marcas comenzaron la disputa por el control de la región a través de sus aliados autóctonos.

Cuando en 1998 se desató la guerra, la entonces secretaria del Departamento de Estado norteamericana, Madeleine Albright la denominó como "la primera guerra mundial africana", por la vinculación de las grandes potencias económicas en el conflicto, y porque además se trataba de una brutal pelea por el control de una materia prima.

El coltan era extraído desde años antes de Brasil, Australia y Tailandia, pero en algunos lugares comenzó a escasear, y el costo de la extracción, fundamentalmente de la mano de obra, es mayor que en el Congo. Para su extracción se utilizan técnicas del siglo XIX y las condiciones de trabajo, en estos territorios ocupadas por guerrillas o ejércitos, son de esclavitud.

Resulta que la explotación de las minas, el transporte y venta del mineral está controlado por gobernantes corruptos y por altos cargos del ejército también partícipes, que colaboran con compañías mineras de Canadá, Estados Unidos y Sudáfrica. En las minas trabajan entre 10.000 y 15.000 personas en condiciones de semiesclavitud y con apenas medidas de seguridad. Entre los trabajadores abundan prisioneros que no cobran pero consiguen reducción en su condena, agricultores empobrecidos por las sucesivas guerras civiles y con países limítrofes, por supuesto, no faltan niños así como mujeres que se encargan de las labores de cocina y de la prostitución, con el fin de mantener el ánimo y el espíritu de trabajo entre los mineros.

Los gobernantes y militares corruptos negocian el mineral con intermediarios europeos y de otros países que luego venden a empresas fabricantes de componentes como Hitachi, Intel, NEC, etc..Posteriormente éstas venden sus componentes a los fabricantes de ordenadores, teléfonos móviles, etc. como son Alcatel, Compaq, IBM, Ericson, Nokia, Motorola, Siemens, HP, Sony,... El hecho de comprar coltán en el mercado ilegal o mercado negro beneficia a las empresas pues evaden así impuestos y aranceles. A su vez, los intermediarios que compran el coltán en Congo venden armas a los gobiernos de éste y otros países limítrofes. Así, desde 1998 a 2002 se han mantenido enfrentamientos bélicos entre dos grupos de países por el control no sólo del coltan sino también de diamantes, cobre, oro y manganeso que también son abundantes en ese país; por un lado estaban Rwanda, Uganda y Burundi junto con rebeldes congoleños opositores, y por otro lado el gobierno de Zaire, Angola, Zimbabwe y Namibia.

Curiosamente, los medios de comunicación que tanto usan este mineral en sus tecnologías, apenas se han ocupado de informar de esta guerra y de sus causas.

En estos días se ha exhiben en los cines del mundo la película "Diamantes de sangre" que recrean la explotación en Africa para la extracción de ese mineral y su relación con los conflictos bélicos, los soldados niños, etc. Esta fue una realidad en la extracción de diamantes en el Congo, prosigue aún, y además se utiliza para la explotación del coltan.

Qué es el coltan?

El coltan es la conjunción de dos minerales (colombio-tantalio, de alli su nombre al tomar las primeras sílabas de cada uno) considerados materias primas estratégicas para el desarrollo de las nuevas tecnologías. De él se extraen el tántalo y el niobio.

Este mineral es fundamental para las industrias de aparatos electrónicos, centrales atómicas y espaciales, misiles balísticos, video juegos, aparatos de diagnóstico médico no invasivos, trenes sin ruedas (magnéticos), fibra óptica, etc.

Las aplicaciones del coltán son numerosas e importantes debido principalmente a su superconductividad de energía, capaz de soportar fuertes cambios de temperatura y su resistencia a la corrosión. Algunos usos importantes son: microchips, baterías, circuitos y condensadores de ordenadores, teléfonos móviles, equipos electrónicos y videojuegos. Se utiliza además para obtener aleaciones de aceros especiales destinados a centrales nucleares, gaseoductos, naves espaciales, misiles balísticos, etc. Además se usa en equipos de resonancia magnética usados en medicina, así como implantes médicos en el cuerpo humano ya que el coltán no reacciona con los líquidos corporales y no provoca reacciones de rechazo.

También serviría para aplicar en la construcción de los futuros trenes de levitación magnética que no apoyan en los raíles sino que se "deslizan" sobre ellos evitando rozamientos y aumentándose la velocidad y el ahorro de energía.

El 60 por ciento del coltan extraído se usa en la industria de los teléfonos celulares, y la expansión de la venta de estos artefactos, coincidió con la guerra en el Congo y el "reparto" de su territorio en las distintas facciones.

Las grandes empresas interesadas en el mineral financian a las distintas fuerzas militares, que montadas en los preexistentes conflictos interétnicos, sostienen una guerra por el control de las minas. Rwanda y Uganda han diseminado unos 40.000 soldados, que cuentan con los mejores equipos, en los Parques Nacionales de la RDC, donde se hallan las reservas. Según el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan "la guerra del Congo se libra por el control de sus riquezas naturales". En un informe del IPIS (investigación del Servicio de información para la Paz internacional independiente) se demuestra que las sociedades europeas y norteamericanas que comercian con el coltan contribuyen a la financiación de la guerra.

En las minas aluvionales trabajan diariamente más de 20.000 mineros, bajo un sistema represivo organizado por las fuerzas militares y los poderes locales - de los dos bandos en disputa. Estas pagan a los trabajadores unos diez dólares por kilo de coltan (que en el mercado de Londres cotiza alrededor de 250-300 dólares) y exigen además a estos para "permitirles" trabajar que se pongan con una cucharada diaria del mágico mineral, especie de tributo en especie, con el que recaudan alrededor de un millón de dólares mensuales.

El número de teléfonos celulares vendidos a nivel mundial en el 2006 se ubicó en 990.8 millones de unidades, un incremento de 21.3 por ciento en relación con 2005, cuando se colocaron 816.6 millones de equipos. En el 2000, se vendieron 500 mil celulares.

*Periodista. ernestotamara@gmail.com

Fuente: [color=336600]Liberación / Suecia – mayo 2007[/color]

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