La crisis de Liberation sacude a todo el periodismo en Francia

La renuncia de Serge July marca del fin de un modelo que tuvo el espíritu del 68. Fuente: Clarín

La primera reacción en la prensa francesa fue la incredulidad, después la sorpresa, luego la inevitable reflexión: era una "alianza imposible" la que intentó construir en su acción de salvataje en profunda crisis económica para el diario de izquierda Liberation su director y co fundador, Serge July y su "salvador", el banquero Edouard de Rothschild. Serge July se va de Liberation a su pedido.

"La vuelta de página", describió Le Monde después del estupor; "El fin de una época" dijo el conservador diario Le Figaro para explicar una conducta absolutamente inusual en la prensa francesa: que un accionista no sólo le exija la renuncia al director del diario sino a su fundador. Jamás Liberation imaginó que el fin de Serge July podía quedar en las manos del más duro capitalismo que tanto había combatido. Ha dejado a su hijo más querido bajo la amenaza de la cesación de pagos.

¿Nadie más verá su maciza figura vestida de negro en las reuniones de redacción? ¿Se acabarán sus editoriales incisivos y polémicos? ¿O acaso iniciará otro proyecto mediático, como cuando creó Liberation 32 años atrás? Serge July, el mítico cofundador del diario Liberation con el filósofo Jean Paul Sartre, anunció que está dispuesto a renunciar a sus funciones al frente del diario de izquierda parisino a pedido de su accionista mayoritario, el banquero Edouard de Rothschild. El socio forzado e inesperado, que él introdujo, tras conocerlo en un almuerzo a solas en el hotel Príncipe de Gales, como capitalista de Liberation, cuando el diario se hundía en unas de sus crisis financieras, comunes al proyecto editorial desde la década del 90.

Rothschild, el hermano excéntrico de David, el banquero, que se define como "ni de izquierda ni de derecha" y amigo del ministro del interior francés, Nicolas Sarkozy, aportó 20 millones de euros para capitalizar Liberation en abril de 2005. Así consiguió controlar el 38,87 por ciento del capital del diario.

A su vez los trabajadores y periodistas de Liberation tienen el 18,45 por ciento: conservan un derecho de veto sobre la nominación del director de la redacción.

Rothschild decidió resolver la crisis de "cash": en una carta le pidió la renuncia a Serge July y a Louis Dreyfus, director general del grupo Liberation.

Delante de 80 personas en la redacción, Serge July, anunció en un ambiente tenso y triste que él está dispuesto a partir "forzado".

La redacción se dividió inmediatamente. Esta brecha generacional e ideológica es la que enterró el alma de Liberation, en un proceso similar al que sufre Francia: lentamente fue perdiendo la energía, la sinergia, la creatividad, la insolencia junto con el dinero, las buenas plumas y esa irreverente curiosidad que lo convirtió en el más creativo de los diarios europeos en los años 80.

Rothschild se escandalizó ante la gestión financiera de July. Las pérdidas del primer semestre son de 3,5 millones de euros, que era el total previsto para todo el 2006. En el mes de abril se preveía un déficit de 300.000 euros y la realidad es que llegó a 900.000 euros.

La partida de 56 periodistas en un plan de reestructuración les costó 6 millones de euros.

Liberation necesita al menos 15 millones de euros para ser recapitalizado. Hasta ahora nadie está dispuesto a aportarlos. Algunos hablan de la llegada de Edwy Plenel, el ex jefe de redacción de Le Monde, para reemplazar a Serge July. El lo ha desmentido. Otros mencionan a la "heroína" de Liberation, Florence Aubenas, la periodista secuestrada en Irak y que demostró un increíble carácter y humor durante su duro cautiverio. Pero esta telenovela periodística recién se inicia y hacer nombres sería imprudente por ahora.

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