Justicia a la italiana

El Juventus de Fiat involucrada en un escandalo. Raúl Fain Binda Fuente: BBC Mundo

El problema con la justicia italiana es que uno nunca sabe cuándo comienza y dónde termina.
Tomemos, por ejemplo, el escándalo de Juventus, un caso que hará época.
El vacío de liderazgo dejado por la desaparición de Gianni y Umberto Agnelli, los patriarcas de la familia propietaria, fue llenado por la llamada Tríada, una conducción integrada por Luciano Moggi, director general, Antonio Giraudo, administrador delegado, y Roberto Bettega, vicepresidente.
La Tríada ha sido acusada de numerosos casos de arbitrariedad, que pasaron inadvertidos debido al continuo éxito deportivo, pero las últimas revelaciones, que sólo implicarían a Moggi y Giraudo, escandalizan hasta a los italianos más curtidos.
(Bettega, un ex crack juventino, presidente del G14 de grandes clubes europeos, no tiene participación en los asuntos económicos, de incumbencia de Giraudo, y tampoco técnicos, el área de Moggi.)
Escuchas telefónicas
La prensa italiana ha publicado esta semana extractos de conversaciones telefónicas, grabadas a comienzos de la temporada 2004/2005, entre Moggi, Giraudo y Pierluigi Pairetto, el encargado de las designaciones de árbitros para los partidos.
Por lo que surge de las conversaciones, Moggi tenía una gran influencia en la selección de los árbitros

Por lo que surge de las conversaciones, Moggi tenía una gran influencia en la selección de los árbitros, aunque no siempre se salía con la suya. En cuando a Pairetto, el mero hecho de hablar con Moggi sobre las designaciones ya era una grave irregularidad.
Pairetto confiaba a Moggi los nombres de los árbitros para partidos de la Serie A y escuchaba "sugerencias" y pedidos, aunque no siempre los satisfacía.
También, como miembro de la comisión de árbitros de la UEFA, le informaba, a veces con dos semanas de anticipación, de los jueces para partidos de la Liga de Campeones.
De las escuchas no surgen casos concretos de soborno a los jueces mencionados, y esa fue una de las razones invocadas para suspender las grabaciones.
¿Por qué no se siguió?
Muchos se han preguntado por qué se tomó esa decisión, tras únicamente 48 días de grabaciones y cuando el campeonato (y por consiguiente las presiones) apenas estaba comenzando.
En el campo de las presunciones, existían elementos de juicio que indicaban una connivencia de los dos dirigentes de Juventus con el designador arbitral y también Innocenzo Mazzini, vicepresidente de la Federación de Fútbol.
Cabe transcribir un comentario de Marcello Maddalena, el fiscal de Turín, al solicitar el archivo de las actuaciones:
"Aunque no han surgido hechos penalmente relevantes, la escena que surge del procedimiento es por lo menos inquietante. Lo es el hecho de que un dirigente de club, como Moggi, pueda obtener del vértice arbitral las designaciones que le agraden."
Y por qué, se preguntarán ustedes, el fiscal ordenó el archivo de las actuaciones, si tenía esa impresión a poco de iniciarse los procedimientos.
Otros procesos en marcha
Se dice que otra fiscalía, la de Nápoles, ya había ordenado escuchas por su cuenta, en relación con un asunto más grave, una presunta asociación ilícita.
En el caso iniciado por la fiscalía de Nápoles, la figura delictiva es la misma que se aplica a los casos de intimidación mafiosa, desde el pago del "pizzo" (contribución) hasta el llamado "caro estinto", o sea las amenazas que las empresas de pompas fúnebres hacen al personal de los hospitales.
Según la interpretación de la prensa italiana, el fiscal de Turín habría accedido a suspender las grabaciones porque sus colegas de Nápoles acechaban una presa más gorda.
Y para colmo, la fiscalía de Roma estaría considerando la posibilidad de iniciar actuaciones por "ilícito deportivo con amenazas y violencia".
Caso GEA y apelación
Se trataría del famoso "caso GEA", las irregularidades en una empresa de representación y gestión de jugadores y técnicos, cuyo presidente es Alessandro Moggi, hijo de Luciano.
Sobre esta empresa y los llamativos parentescos de sus dirigentes, La Vida es Juego ha publicado varios artículos. (Lea: Il caso delle gambe pulite y Donde calienta el sol )
Decíamos al principio que en Italia no se sabe bien en qué puede terminar un caso judicial.
Los procesos suelen ser interminables y los acusados no son culpables hasta que se han agotado los recursos de apelación, que a veces no concluyen porque el delito prescribe.
Valga como antecedente el caso de dopaje institucional que afectó a la mismísima Vecchia Signora.
¿Culpable o inocente?
En noviembre de 2004, tras varios años de investigaciones, un juez condenó a un año y diez meses de prisión a Riccardo Agricola, médico de Juventus, por un vasto programa de dopaje entre 1994 y 1998, un periodo muy fecundo para el club.
Lea: Juventus, crimen y castigo
Al mismo tiempo, el juez absolvió al otro acusado, justamente el administrador Antonio Giraudo.
Tenemos, entonces, a un pez gordo inocente y a un pez chico culpable. ¿O no?
Pues no, porque el médico, presentado como "culpable", fue absuelto luego por la Corte de Apelaciones.
De modo que el caso por el "vasto programa de dopaje" de todo el plantel juventino, que la fiscalía creyó perfectamente probado, se cerró sin ningún culpable.
Capello y Moggi
Hace unos años, cuando entrenaba a la Roma, Fabio Capello estaba enojado con Moggi padre e hizo declaraciones críticas sobre las actividades de Moggi hijo. Luciano replicó que él también podría hablar del hijo de Capello, que es abogado, y sus relaciones con ciertos clubes de fútbol.
Y ahora Capello es el entrenador de Juventus y pone la mano en el fuego por la Tríada.

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