La deflación por deuda y el capitalismo de nuestros días

La mayoría de la gente cree que la economía consiste en producir bienes y servicios y en pagar para comprar lo que produce el trabajo. Pero el sector FIRE [finanzas, seguros y bienes raíces, por sus siglas en inglés] se ha convertido en todos los países en un parte creciente de la economía. Este sector comprende las rentas y los intereses pagados al balance contable de la economía por deudores y prestatarios.

Suiza, el anfitrión de la nueva guerra de divisas

La mañana del 15 de enero, el Banco Central Suizo anunció el retiro del piso del tipo de cambio frente al euro, fijado en 1.20 francos por divisa europea en el 2011, y decidió bajar la tasa de interés a los depósitos medio punto, de -0.25% hasta -0.75%, con el objetivo de mitigar el calentamiento de la economía, y con ello, desincentivar la entrada de capitales. Este repentino giro, se tomó como medida de prevención ante la acelerada depreciación de la moneda única frente el billete verde, lo que ocasionaba a su vez un debilitamiento en los últimos meses del franco suizo ante el dólar. Por otro lado, se estableció para proteger al país de una avalancha de dinero derivada de la incertidumbre por la relajación cuantitativa del Banco Central Europeo.

La trampa de la timidez

Ahora mismo no parece haber ninguna crisis económica importante y, en muchos sitios, los responsables políticos están dándose palmaditas en la espalda. En Europa, por ejemplo, alardean de la recuperación de España: el país parece en condiciones de crecer este año al menos al doble de velocidad de lo que se había previsto. Por desgracia, eso se traduce en un crecimiento del 1%, en vez del 0,5 %, en una economía profundamente deprimida, con un 55 % de paro juvenil. El hecho de que esto pueda considerarse una buena noticia pone de manifiesto lo mucho que nos hemos acostumbrado a unas condiciones económicas terribles. Nos va peor de lo que cualquiera habría imaginado hace unos años, pero la gente parece cada vez más dispuesta a aceptar esta miserable situación como la nueva norma.

Estancamiento con deflación, el décimo momento de la crisis

Todo parece indicar que ha comenzado con fuerza el décimo momento de la crisis iniciada en agosto de 2007 que ha implicado múltiples quiebras bancarias y costos fiscales masivos en Estados Unidos. Esto ha sido seguido por ajustes de consumo que han impactado sobre el crecimiento de la economía de la Zona Euro y británica. La inyección de liquidez de la banca central para evitar una deflación llevó en un primer momento a un auge de precios en el mercado de commodities y generó una crisis de dos velocidades: los detenidos y los que crecían porque sus exportaciones tenían precios altos.

Estancamiento prolongado o burbujas permanentes

La teoría economía dominante esta debatiendo si las principales economías capitalistas han entrado en un estado de "estancamiento prolongado". Como indiqué en una nota anterior, en la reciente conferencia especial de investigación del FMI, el ex Secretario del Tesoro y candidato fracasado a gobernar la Reserva Federal, Larry Summers, planteó el tema de si las economías se deslizaban hacia una inflación baja o incluso deflación, pesar de las tasas de interés bajas o nulas. Se preguntó si los ciclos de burbujas crediticias se habían convertido en una característica necesaria de las economías modernas para evitar la deflación.

Europa en riesgo de deflación

A nadie le gusta que suban los precios, pero hoy los 17 países de la Eurozona temen lo contrario: la deflación. En octubre, la inflación interanual se redujo hasta el 0,7 por ciento, el nivel más bajo desde 2009, muy lejos de la meta del 2 por ciento que tiene el Banco Central Europeo. Si a esto se le suma que, según los datos difundidos, el crecimiento descendió a un 0,1 por ciento, el panorama apunta a uno de los fantasmas más temidos: una combinación de estancamiento y deflación como la vivida por Japón desde principios de los ‘90. El Banco Central Europeo sorprendió a los mercados hace más de una semana bajando la tasa de interés de 0,5 a 0,25 por ciento, y dio un respiro a su sector exportador. Pero en entrevista con Página/12, Simon Tilford, subdirector del Centre for European Reform, en Londres, consideró que no será suficiente.