Cuando crecen los gigantes: el caso China

Alieto Aldo Guadagni

El previsible aumento en el consumo y las importaciones asiáticas, debido al fortalecimiento de sus monedas frente al dólar, ofrecerá grandes oportunidades de desarrollo para las exportaciones de los países que presten atención a este proceso. "Es un dato central para diseñar una activa política de expansión de nuestras ventas", dice el autor.

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A fines del siglo XIX Inglaterra se había consolidado como el centro del comercio y las finanzas internacionales. La importancia de la nación que lideraba la Revolución Industrial se hizo sentir plenamente en el Río de la Plata y explica gran parte de nuestra historia económica. Pablo Gerchunoff y Juan Llach han señalado acertadamente que algo no exactamente igual, pero similar, ocurre hoy con la emergencia de Asia y particularmente China en el escenario mundial. Comencemos por señalar que existen dos países grandes en Asia que tienen en común dos características: su PBI viene creciendo fuertemente y además sus poblaciones son enormes (China e India representan casi el cuarenta por ciento de toda la población del planeta). Esto nos obliga a seguir atentamente lo que ocurre en estas naciones, que aun no son muy conocidas en nuestro país.

El fuerte crecimiento asiático presiona hoy la demanda mundial no sólo de recursos naturales (como petróleo, gas y minerales) o bienes agropecuarios, sino también de servicios, insumos industriales y bienes de capital. Cuando los gigantes crecen, se mueve toda la estantería del orden económico mundial, no sólo del comercio internacional de bienes sino de las corrientes de inversiones y ahorros. Nada de esto nos debería sorprender, ya que si cuatro de cada diez personas aumentan en el mundo su nivel de vida, acercándose rápidamente al nivel de vida y consumo que hoy tienen quienes viven en Europa, Japón y EE.UU., deberán ocurrir grandes transformaciones en todo el orbe, como lo acaba de señalar el Banco Mundial en su reciente estudio "Bailando con los gigantes: China, India y la economía global".

En los últimos diez años el crecimiento anual del PBI chino fue tres veces mayor al de los Estados Unidos (9 por ciento y 3 por ciento); India, por su parte, creció anualmente cinco veces más que Japón (6 por ciento y 1,2 por ciento) o cuatro veces más que Alemania. Pero lo que importa es el futuro; por eso es interesante destacar que el Banco Mundial prevé que en los próximos veinte años China crecerá cada año el doble que los Estados Unidos (6,6% versus 3,3%) e India el triple que Alemania (5,5 por ciento versus 1,9 por ciento).

Destaquemos que el crecimiento de India y China se ve fortalecido por sus grandes avances educativos en las últimas décadas. India gradúa anualmente 2,5 millones de universitarios, de los cuales casi 300.000 son ingenieros. China gradúa 3,4 millones de universitarios por año, con énfasis no solo en ingeniería sino también en física, química y matemática. Todo esto presagia que en el futuro las ventajas comparativas de estas dos grandes naciones se moverán rápidamente hacia los bienes intensivos en conocimiento y tecnología. Desde ya que el futuro crecimiento de estas naciones se potencia también con sus grandes niveles de ahorro interno e inversión, que supera el cuarenta por ciento del PBI en China y en India se ubica en el veinticinco por ciento.

Para tener una idea de cómo el crecimiento de China e India impactará en el resto del mundo a través de su mayor inserción en el comercio internacional, es útil prestar atención a la participación de estas dos naciones en el consumo mundial de productos agropecuarios, las más importantes materias primas y recursos naturales y los insumos industriales críticos. La comparación se presenta entre China e India sumadas y la primera economía mundial, los Estados Unidos: Trigo (29 y 5 por ciento), arroz (51 y 1 por ciento), soja (23 y 24 por ciento), azúcar (22 y 13 por ciento), té (32 y 4 por ciento), algodón (44 y 7 por ciento), caucho (32 y 13 por ciento), aluminio (26 y 20 por ciento), cobre (24 y 14 por ciento), mineral de hierro (33 y 5 por ciento), acero (35 y 10 por ciento), carbón (40 y 21 por ciento), petróleo (11 y 25 por ciento). Estos datos nos dan una idea de la enorme importancia que tienen hoy China e India en el consumo y el comercio mundial. El crecimiento previsto del PBI de estos gigantes en los próximos 20 años tendrá un notorio impacto en los precios y volúmenes de los bienes donde su demanda es globalmente significativa.

Es cierto que las economías de China e India vienen creciendo fuertemente, pero también es cierto que la política de acumulación de reservas de divisas (especialmente en China) convierte a estas naciones "pobres" en exportadoras de capital a países "ricos" como los Estados Unidos. Estas reservas se acumulan gracias a los saldos positivos del comercio en el resto del mundo, pero generan un reducido rendimiento neto anual (en términos reales en el orden del 1 por ciento). No es razonable pensar que esta exportación sistemática de capital desde países pobres hacia países ricos siga indefinidamente.

En el futuro existirán fuertes presiones internas y externas para aumentar el consumo doméstico, lo cual originará una reducción gradual pero significativa en el superávit comercial externo. El mecanismo para obtener este resultado será un fortalecimiento de la moneda local con respecto al resto de las monedas, particularmente el dólar; la flexibilidad del tipo de cambio facilitará esta apreciación.

En el caso de China, el fortalecimiento del yuan estimularía una reversión de las cuentas externas que tendrá un gran impacto, dado que su superávit externo es muy grande (7 por ciento del PBI). La previsible apreciación del yuan en la próxima década favorecería sensiblemente a los países que hoy son exportadores netos a China, mejorando los ingresos en dólares de sus ventas a este gran mercado. Pero también podrían mejorar las ventas a otros mercados vinculados, si es que la apreciación del yuan es acompañada por otras importantes monedas asiáticas como el yen japonés.

El previsible aumento en el consumo y las importaciones asiáticas originado por el fortalecimiento de sus monedas frente al dólar ofrecerá grandes oportunidades de expansión para las exportaciones de los países que presten debida atención a este proceso. Este es un dato central para diseñar una activa política de expansión de nuestras ventas, no sólo en China e India, sino también en todo el Asia—Pacífico, donde se concentrará el mayor crecimiento económico en las próximas décadas.

*Representante de la Argentina ante el Banco Mundial.

Fuente:Clarín

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