Las repercusiones económicas y sociales de la propagación del virus Covid-19, acentúan la falta de empleo e incrementan la precariedad y la ausencia de ingresos en la vejez, derivada de pensiones y jubilaciones. Los movimientos sociales y las presiones sindicales, así como las orientaciones de los recientes gobiernos que han asumido la presidencia, se encontraban discutiendo reformas de diverso alcance frente a los deficientes sistemas previsionales, cuando arribó el virus con todas sus consecuencias.