"VejacionesX 8" .Arte y protesta social en Buenos Aires

[i]Norma Giarracca (coordinadora) - Karina Bidaseca - Pablo Lapegna -Daniela Mariotti - Cecilia Aramendy - Martín Lío - Celina Mingo Acuña - Elena Mingo Acuña - Flora Partenio - Julia Sosa - Ana Mariel Weinstock[/i]

Prólogo

Durante todo el 2001, la protesta social se manifestó de muy diversos modos pero casi siempre orientó sus reclamos y demandas a lograr modificaciones en la injusta distribución de responsabilidades por la deuda económica del país. A mitad de año, los argentinos comenzamos a sufrir una nueva consigna -"déficit cero"- que atravesaría mundos sociales y cotidianos. Se la combinó, además, con una tasa cuantitativa denominada "riesgo país" y ambas se convirtieron, con cierto éxito, en herramientas destinadas al control social infundiendo miedos en la población.

El segundo cuatrimestre universitario comenzó en este clima de protesta que incluía desde asambleas de "piqueteros" en el partido bonaerense de La Matanza hasta las grandes movilizaciones por la educación pública. Todo lo que atañe a la vida fue amenazado: los presupuestos para la educación y la salud; los sueldos; las jubilaciones; los ahorros; los derechos, en fin, la reproducción social y en gran cantidad de gente, su propia sobrevivencia.

Comenzamos el Seminario de Investigación a mi cargo, en el escenario de una huelga de los docentes de la Universidad de Buenos Aires. La temática de estudio en el Seminario de Investigación1 -la protesta social- estaba prevista para los mundos agrarios y rurales. Por tales razones la apertura del seminario fue pública y se convirtió en un encuentro entre profesores, alumnos de nuestra institución y dirigentes sociales del campo y del interior del país. De este modo Lucy Cornelis, Joaquina Moreno del Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha, Néstor del Pozo de la Unión de Cañeros Independientes de Tucumán y Norma Del Pozo, nos acompañaron en aquel inicio de cuatrimestre que fue el momento de mayor tensión en la protesta universitaria.

Sin embargo, dadas estas condiciones por las que atravesábamos, los estudiantes nos propusieron tratar todas las dimensiones de la protesta social: la del campo, la del interior, la de los maestros, piqueteros, docentes universitarios, etc.. La cátedra aceptó el desafío y comenzamos a trabajar en el nivel nacional.

Si bien la protesta social bajó su intensidad a partir de los acontecimientos internacionales que se iniciaron en Nueva York, una acción colectiva llevada a cabo dentro de una institución educativa, a fines de setiembre, impactó en el espacio público por su originalidad y singularidad. Fue la protesta musical en el Conservatorio Nacional de Música López Buchardo, ubicado a unas pocas cuadras del Instituto Gino Germani.

Cuando acudí al llamado de los estudiantes del Conservatorio, el sábado 29 de setiembre, lo hice por el lugar que ocupa la música en mi vida y porque me siento familiarmente muy cercana a los músicos jóvenes. No obstante, cuando estuve allí, esperando el momento justo para que "Vejaciones" de Erik Satie comenzara a sonar ininterrumpidamente, comprendí que podía compartir la experiencia con la cátedra y con los estudiantes del seminario; que podíamos convertir esta protesta en un "estudio de caso". Cuando se los propuse, tanto los integrantes de la cátedra como los estudiantes aceptaron con sincero entusiasmo. La misma noche del lunes siguiente (la semana de interpretación fue de sábado a sábado) nos trasladamos con grabadores y cámaras fotográficas al Conservatorio. Se trataba de registrar motivaciones, ideas, sentidos, escenarios y aquella música que se repetía una y otra vez.

"Vejaciones x 8" (nombre que adoptó la experiencia) se fue convirtiendo para todos nosotros, con el correr de los días, en una clave para pensar, reflexionar sobre sentidos y formatos de protesta, pero también para lograr nuevas sensaciones y vivencias otorgadas por sujetos de mundos académicos "parecidos y diferentes" (a la vez) a los propios. Muy pocas veces, en muchos años de docencia, logré compartir con un grupo tanto entusiasmo y compromiso por el trabajo del seminario cuatrimestral.

Estuvimos varias veces durante aquella semana del 29 de setiembre al 6 de octubre en el Conservatorio, escuchamos una y otra vez la misma obra por distintos pianistas que, desde sus singularidades interpretativas, proponían ritualizar y regresar a la repetición de aquella música sin compases. Entrevistamos a estudiantes, a profesores, a pianistas, al director del Conservatorio; volvimos varias veces más, finalizada la protesta, a esa magnífica casa de estilo inglés.

Docentes y estudiantes hicieron sus registros en clave sociológica pero, intuitivamente, comprendieron que la consiga "....y la música no para" refería, además, a lo que no es fácil de capturar con nuestras técnicas de análisis y se esforzaron por expresarlo de distintos modos en este texto; acudieron, a veces, al propio Satie y, en otras ocasiones, a otros docentes (los del Conservatorio) quienes, logran captar, profundamente, los complejos sentidos de la música y del arte en general.

La "cátedra-grupo de investigación" ofreció su experiencia docente, sus saberes relacionados con el trabajo intelectual, su bibliografía, sus asesoramientos y acompañamientos en las prácticas de investigación, etc.. El resultado contenido en esta publicación es producto del trabajo grupal pero el lector encontrará, también, un excedente que pertenece exclusivamente a estos futuros sociólogos convertidos en analistas sociales.

Con esta publicación queremos difundir esta experiencia realizada por una "cátedra docente-equipo de investigación", durante un momento muy especial del país. Mostrar que durante un cuatrimestre "en huelga" pudimos comprometernos y participar sin dejar de trabajar; reflexionar sobre lo que nos pasaba con otros que comparten situaciones difíciles -sean éstos músicos o campesinos- pero no paralizarnos. Con este trabajo, queremos reflejar una coyuntura muy especial de nuestro país pero también un modo de trabajar que rescata las mejores tradiciones de compromiso con nuestro alrededor.

Deseamos expresar nuestro profundo agradecimiento a todos los músicos -estudiantes y profesores- que recibieron esta iniciativa de trabajo de una institución vecina con entusiasmo y se mostraron dispuestos a colaborar. El Maestro Santiago Santero no sólo puso a nuestra disposición la información que rodea la protesta sino su profundo conocimiento acerca de la música y sus diversos sentidos. Nuestro agradecimiento también al Director del Instituto Gino Germani, Lic. Pedro Krotsch por entusiasmarse con nuestro trabajo y apoyar nuestras iniciativas con relación al Conservatorio Nacional de Música. Por último y como siempre, mi agradecimiento a Miguel Teubal, quien esta vez en su condición de músico, nos acompañó a las entrevistas y nos preparó en la computadora la obra de Satie para poder anexarla a este trabajo.

Prof. Norma Giarracca
Diciembre de 2001

1. Escenarios: la protesta social nacional

La década de los noventa significó para la Argentina un período de profundas transformaciones, tanto económicas como políticas y sociales. Al emprender un análisis de estos cambios, el observador centra su mirada en determinadas dimensiones, en virtud del problema que se propone abordar. Es por ello que, para comenzar esta exposición, delimitaremos brevemente el ciclo de protesta que comienza a desarrollarse durante los noventa en Argentina, para luego centrarnos en la especificidad de los conflictos ocurridos durante 2001.

Dentro de éstos, nos detendremos en las demandas generadas en torno a la defensa de la educación pública para, de esta forma, lograr un marco que nos permita comprender la protesta "Vejaciones x 8", llevada a cabo en el Conservatorio Nacional de Música López Buchardo.

Enmarcadas en un contexto de expansión del modelo neoliberal aplicado por el gobierno de Menem (1989-1999) y de consolidación de algunos espacios democráticos, las protestas sociales, en la década del noventa, se orientaron al reclamo de derechos, reclamos de carácter universal (Schuster y Pereyra, 2001). Estos derechos se ven atentados por las transformaciones económicas y las reformas aplicadas al Estado. Con las primeras medidas de los años de 1990, que apuntaron a las privatizaciones de las empresas públicas y la denominada "racionalización" del Estado, los reclamos se orientaron a la defensa del mantenimiento de ingresos y derechos.

Hacia 1995, se producía una gran dispersión de protestas y de sus formatos, emparentada con una erosión de las legitimidades sindicales y la multiplicación de las identidades políticas y sociales. Fueron apareciendo, en forma progresiva, protestas enraizadas, cada vez más, en una matriz ciudadana o de derechos.

Siguiendo una secuencia temporal de las protestas, inaugurada en 1991, podemos observar momentos de alta movilización y períodos de baja en la intensidad de la acción, es decir, de latencia (Melucci, A. 1994). En trabajos anteriores sostenemos que se inicia un "ciclo de protesta" (Tarrow, S. 1997) como fase donde se expande la conflictualidad social, donde estallan una multiplicidad de acciones, una diversidad de formatos de protestas, etc.. Esta atmósfera habilita una rápida difusión de las acciones, de los más a los menos movilizados.

Como sostiene Tarrow, las oportunidades políticas creadas por los precursores o "madrugadores" (movilizados) incentiva la aparición de nuevas formas de acción.

A partir de 1997, se registraron nuevas movilizaciones y protestas que adquirieron mayor intensidad y regularidad. Aparecieron los piquetes en Cutral-Có, como acto disruptor y empezaron a extenderse por el norte del país (véase Barbetta y Lapegna, 2001). Asimismo, aquél fue el año de otro acontecimiento en materia de protesta social: la carpa blanca docente.

Las formas que tomaron las protestas en esta última década han incluido nuevos repertorios de acción colectiva: marchas de silencio; abrazos simbólicos a distintas instituciones; "cacerolazos" y apagones; lluvia de telegramas y de correos electrónicos; paros de remates; piquetes de desocupados (cortes de calles, rutas y puentes); "escraches" a militares de la dictadura; clases públicas con cortes de calles en universidades y escuelas; la instalación de la carpa blanca; el "santiagueñazo", como expresión del reclamo que incluyó la quema de edificios públicos. Un análisis de esta rápida enumeración puede detenerse en diferentes aspectos, pero interesa recuperar aquí aquel que subraya la aparición de formas creativas u originales de protesta, en las cuales el componente simbólico juega un papel central, ubicando en un plano secundario la importancia otorgada a la "lógica del número" (Della Porta y Diani, 1999). Es decir, el objetivo principal de muchas de las protestas en los noventa, se orienta tanto a influir en los representantes electos como llevar a cabo algún tipo de acto que, poniendo en juego alguna expresión "novedosa", llame la atención de los medios de comunicación.

1.1 Las protestas de 2001 y la defensa de la educación pública

Las protestas sociales durante el 2001, lejos de declinar, presentan la profundización de anteriores conflictos y la aparición de nuevas demandas y actores movilizados. En abril, se realizaron movilizaciones en repudio a la creación del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), y durante el transcurso del año se multiplicaron los cortes de ruta en todo el país. El piquete de La Matanza sostenido durante 17 días durante el mes de mayo; las "jornadas piqueteras" de 24, 48 y 72 horas; la realización del primer "Congreso de Organizaciones Sociales, Territoriales y de Desocupados" en el mismo lugar, y el corte de ruta de General Mosconi (Salta) en junio -con su cruenta represión que costó la vida a dos personas- situaron a esta forma de protesta y a sus protagonistas, en el centro de la escena nacional. Asimismo, los cortes de la autopista Ricchieri, las ollas populares y protestas dentro del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, generados por el vaciamiento de Aerolíneas Argentinas, marcaron el ritmo de un año sacudido por la crisis económica y el reclamo social.

Este marco de intensa movilización se da en el contexto de una política de ajuste por parte del gobierno nacional, que tiene a la educación como uno de los rubros en que se focaliza la reducción presupuestaria. A comienzos del año, el ministro de economía, Ricardo López Murphy, intentó llevar a cabo un recorte del 40% en la educación y eliminar el Fondo de Incentivo Docente (FONID), lo que promovió paros y movilizaciones de maestros y profesores primarios, secundarios y universitarios. En el ámbito universitario, fueron tomadas las principales facultades del país y en muchas de ellas se dictaron clases públicas, rechazando la reducción del presupuesto. Finalmente, se dio marcha atrás con estos recortes, pero la llegada de Domingo Cavallo al Ministerio de Economía reinstalaba esta problemática: se efectuó un recorte salarial del 13% a empleados estatales y jubilados; se produjeron retrasos en el pago del FONID y se discutió acerca de su continuación en el 2002, como así también el posible arancelamiento de las universidades. Estas medidas llevaron a que los docentes bonaerenses mantuvieran un paro de casi cuatro semanas en rechazo al recorte salarial y que las universidades arrancaran el segundo cuatrimestre en estado de alerta y movilización. Se realizaron así paros activos, y nuevamente surgieron las clases públicas, las marchas y la toma de facultades.

El reclamo por la educación puede pensarse, dentro de este marco, como una protesta de matriz cívica, en donde se apela a un reclamo de carácter universal como lo es el derecho a la educación, en donde "la defensa de la educación pública" se erige en la protección de un "derecho adquirido" que ahora es puesto en cuestión por las políticas de ajuste del Estado. Este tipo de protestas pone en juego la defensa de una institución que, desde la construcción del Estado Nacional, fue considerada como el principal medio para permitir la igualdad de oportunidades y posibilitar la formación de ciudadanos. Es por ello que la lucha por la educación pública puede verse, desde una mirada estrecha, como un reclamo sectorial pero, si ampliamos el espectro, podemos también observar que en este conflicto se pone en acto la defensa de una instancia de democratización social y de construcción de ciudadanía.

2. El caso de estudio: "Vejaciones x 8"

¿De qué hablamos cuando hablamos de vejaciones? Estamos haciendo referencia a una experiencia de desazón, humillación, de ultraje a la dignidad personal. Buscando en el diccionario, encontramos una constelación de palabras: maltratar: tratar mal a uno de palabra u obra/ humillar: abatir el orgullo o altivez de uno / vejar: molestar, perseguir, hacer que se sienta humillado / dignidad: respeto que merece alguien, cualidad de digno / digno: que merece algo.

Palabras que atraviesan "otros discursos" de este tiempo: un grupo de actores cerraba la "Marcha contra la pobreza" en plaza de Mayo con estas palabras: "Indignidad, miseria, resistencia, trabajo, compromiso, ñoquis, esclavitud, esperanza" (Clarín, 22-9-01). Haciendo referencia a la situación que están padeciendo los docentes, al no cobrar el sueldo, ni el aguinaldo, sumado a los atrasos en el pago del incentivo docente, Marta Maffei (CTERA) se expresó de esta manera en un reportaje: "Hay compañeros con la luz cortada, el gas cortado. No pueden viajar ni para ir a la escuela. Es un destrato gravísimo, un ultraje" (Página/12, 7-11-01).

Constelación de palabras que también se despliegan en las respuestas dadas por los entrevistados de la protesta musical del Conservatorio ante la pregunta "¿Por qué Vejaciones, de Erik Satie?": "El maltrato, el abuso, las vejaciones", "el maltrato que se le causa a una persona buscando herir su dignidad... las cosas que están pasando, ajustes... están atentando contra la dignidad de la gente", "la cultura y la educación están siendo vejadas", "constante abuso que esta teniendo la educación pública acá en Argentina" .

Cabe ahora preguntarse: ¿por qué elegimos la acción del Conservatorio Nacional de Música, en un año caracterizado por múltiples expresiones de protesta en todo el país? Creemos que la protesta "Vejaciones x 8" es original por su modo de utilizar el tiempo y el espacio; por la forma de convocatoria, la obra escogida, la interpretación de la misma como un ritual y la idea de repetición de la obra como base de la reiteración de un reclamo frente al "discurso único". Es de esta manera como se pone de manifiesto que "Las formas no convencionales de la acción colectiva poseen el atractivo que trae consigo la incertidumbre de lo que se desconoce y además pueden atraer, por su originalidad o novedad, la atención de los medios o los observadores" (Giarracca y Bidaseca, 2001: 34).

Creemos también que la acción colectiva del Conservatorio puede ser enmarcada en la orientación que tomó la protesta social en la Argentina a partir de 1995, es decir, apelando a una matriz cívica que aborda reclamos de carácter universal, a través de la enunciación de derechos de ciudadanía: en este caso, la educación. En este sentido, el volante emitido por la Comisión Organizadora de "Vejaciones x 8", expresaba:

"En sintonía con toda la comunidad educativa, alza su voz diciéndole no al recorte, al arancelamiento y a la privatización de la educación pública...", "...considerando la grave situación que atraviesa la educación pública en general, y la artística en particular; producto de una deuda externa ilegalmente contraida, que con intereses monstruosos no hace más que hundirnos económicamente, sumado a una política nacional que coloca en primer lugar los intereses internacionales, redundando en el perjuicio de aquellos que alguna vez fueron considerados derechos humanos, pero que día a día están pasando a ser cada vez más el privilegio de unos pocos, como son la educación y la salud".

De la misma forma manifestaba una de las organizadoras de la protesta, insertando su reclamo dentro de un espectro más amplio:

"(...) Digamos, hay mucho con lo que pelear. En este caso, dijimos hagamos esta protesta del afuera, unámonos a la lucha que surge un poco desde los piqueteros, de las universidades, porque nos parece que es un momento de unir fuerzas, de tirar todos para un mismo lado... Dijimos, podemos hablar de la interna del IUNA porque nos toca particularmente a nosotros, pero decidimos ir a los grandes temas que nos unen con los otros sectores.
Por eso la convocatoria es tan grande" (Entrevista a organizadora de la protesta).

Esta protesta nos muestra la actualización de nuevos repertorios en las acciones colectivas en donde la acción se convierte en un fin "en sí": es decir, la protesta no se constituye únicamente como un recurso estratégico del cual valerse para poder acceder a la distribución de ciertos recursos, sino que, además, el "estar ahí" enriquece a los actores a través del fortalecimiento de sus vínculos. Mediante ese encadenamiento de manos que tocan un mismo piano, la interpretación ininterrumpida de una obra musical como modalidad de lucha irrumpe y se desglosa en dos dimensiones: la ritual y la política. Estas dos dimensiones imbricadas conforman un modo particular de intervenir y actuar en la realidad, en donde resuena la idea de política como invención y no "como medio para"; como posibilidad de pensar la ruptura con el sentido común, las ideologías y los consensos establecidos (Cerdeiras, 1997).

3. Rito pagano: etnografía de una protesta

Concierto contra el Recorte, VEJACIONES de Erik Satie", "Entren y pasen", "168 horas sin parar".

En el Conservatorio Nacional se vive una realidad de carencias materiales indispensables para el desarrollo normal de la formación de quienes eligieron la música como carrera,como trabajo, como vida.

Se buscó a través de la acción colectiva la posibilidad de romper con el hermetismo de la institución y para ello convocaron a músicos egresados del Conservatorio y a otros ajenos al ámbito académico.

La arquitectura del edificio de Córdoba 2445 de la Ciudad de Buenos Aires, denotaba un mundo particular de vida, distante a nuestro mundo cotidiano como profesores y estudiantes de la UBA. Extraña sensación paradojal que rompía con las características que definen per se a la protesta, siempre vinculada al disturbio, al alboroto, a la congregación de centenares de cuerpos y almas que se unen para reclamar.

"Educar para la significación/ educar para la expresión/ No a la privatización/ Basta de abusos/ Educar para convivir/ "Vejaciones x 8"/ Educar para apropiarse de la historia/ "Vejaciones x 8" contra años de continuo abuso".
En la entrada al Conservatorio, distintos carteles, confeccionados artesanalmente, invitaban al público a asistir y a participar de "Vejaciones x 8"; otros anunciaban las actividades a realizarse y otros indicaban el modo de organización del evento y los roles que debían cumplir el asistente de sala, el cronometrador y su asistente, encargados de controlar la duración de cada ejecución. Otro cartel otorgaba sentido artístico a la protesta: "No aplaudir hasta el sábado 6/10".

"Pieza para piano intitulada Vejaciones, para la ejecución de este motivo 840 veces de continuo convendrá prepararse por anticipado y en el más absoluto silencio mediante severas inmovilidades. Al mismo tiempo las vejaciones concebida como música perpetua que siempre recomienza consta de un tema que deberá tocarse 840 veces seguidas" Erik Satie.

Del hall de entrada, una escalera de madera conducía a los pisos superiores. En el primer piso encontramos el salón de actos, escenario de la protesta. El mismo conservaba el estilo arquitectónico Tudor del resto del edificio. A medida que nos íbamos acercando, una tenue luz y una extraña sensación de tranquilidad invadían el ambiente cerrado y aislado. La música repetitiva, monótona, recreaba el misticismo propio del rito, sumergiéndonos en una especie de hipnosis que nos trasladaba a otro espacio-tiempo.

En el medio del salón, el piano de cola, objeto central del ritual, dominaba el espacio de la sala; una bandera nacional lo envolvía y sobre él, una antigua araña barroca de la que caían manojos de carteles con inscripciones alusivas a la protesta. Detrás del piano, un tapiz rojo con un gran pentagrama y diferentes partituras que pintaron artistas plásticos del Instituto de Arte de la Cárcova; una videofilmadora daría luego testimonio de todo el evento.

Dos televisores proyectaban películas y cortometrajes de cine mudo de Murnan: "El gabinete del Dr. Caligan" y "La última carcajada"; "Perro Andaluz" y "La edad de Oro" de Luis Buñuel, que habían sido facilitados por los organizadores de un evento realizado en el teatro San Martín unos años antes. En las paredes, grabados, retratos, frases sueltas y manuscritos de Satie reflejaban la estética del lugar.

"Basta de abusos no a la privatización de la educación pública y gratuita. No al recorte. No al arancel. Nuestra lucha no cesa. La música no para".
Al piano, el intérprete, mediante la recreación de la obra, participaba de la corriente de conciencia esotérica de Satie, para sumergirnos en el flujo del "tiempo interior" (Schutz, A. 1974) que constituye el sentido de Vejaciones. El músico compartía con nosotros un espacio, una "relación de sintonía mutua" (Schutz, A. 1974), en la que los acordes resurgen desde el pasado para recrear en nuestras conciencias el misticismo de Satie.

Mediante el rito, los músicos iban rotando y ejecutando una misma pieza musical que recomenzaba de modo cíclico; se construía un sentir colectivo, a partir de una identidad amenazada; una comunidad de espacio- tiempo específica en el que el tiempo se tornaba circular y el lugar físico nos remitía a otro tiempo histórico.
Como expresa Schutz (1974) "...toda obra de arte, una vez elaborada, existe como una entidad significativa independiente de la vida personal de su creador" (pág. 162). Por única vez, la obra de Satie adquiría un nuevo sentido; exacerbaba potencialmente la capacidad de invención

"Si pretenden seguir vejándonos/ les duplicamos la apuesta/ Centro de estudiantes Conservatorio Nacional de Música. Mucha fuerza en los dedos en los párpados y en el pecho".
de los sujetos; diseminaba la protesta en los más recónditos lugares incorporando una nueva narrativa de irrupción fundadora a la multiplicación de "microacontecimientos erráticos" (Badiou, A. 1990), que se expresan como relatos desgarrados tratando de huir del desasosiego y buscando la restitución del lazo.

4. ¿Por qué "Vejaciones X 8"?

4.1 Texturas y proceso de "Vejaciones x 8"

La obra propuesta por el compositor francés dura aproximadamente veintiuna horas y consiste en repetir ochocientas cuarenta veces una misma partitura de aproximadamente un minuto y medio. Por eso, multiplicar la obra por ocho significó tocar ininterrumpidamente durante una semana entera. Y cuando se afirma que se tocó ininterrumpidamente durante siete días, fue literalmente así: el piano no dejó de sonar un solo segundo en el traspaso de pianista a pianista. Una verdadera "maratón interpretativa".

El Conservatorio Nacional funciona desde principios del siglo XX con rango de terciario. Pero desde la creación del Instituto Universitario Nacional de Artes (IUNA), por firma y decreto del ex presidente Carlos Menem, adquirió nivel universitario. El nuevo status institucional trajo aparejado los problemas de la educación universitaria en Argentina. De ahí, la justificada preocupación por el arancelamiento, uno de los principales motores de este reclamo.

La organización de la protesta estuvo en manos de un grupo de alrededor de diez personas entre profesores y estudiantes. Ellos coincidieron en calificar a "Vejaciones x 8" como la primera protesta "propia" en la historia del Conservatorio.

" Yo fui el primer receptor de la idea, …estaba en la clase…y [el profesor] me tiró así como que, de entrecasa, estaría bueno hacer esta obra Vejaciones. Me dijo que se había hecho en el San Martín en el ochenta y ocho... Una experiencia que le parecía bastante interesante [para] elevarlo a una semana el período de duración. Ese lunes, me encantó la idea, ya así como la recibí, al rato salí de la clase y me puse a hablar con otra gente que después pasó a ser parte de la comisión que organizamos. Y bueno, todos nos enganchamos con la idea y dijimos: `esto lo tenemos que hacer si o si, así seamos cinco personas y toquemos durante 24 horas por día cada uno, pero lo vamos a hacer´. Y así, de a poco, fue tomando forma la cuestión" (Entrevista a estudiante del Conservatorio).

Vejaciones, considerada una de las más extrañas composiciones de Erik Satie, fue compuesta en 1893. Según el compositor, debía ser interpretada con una previa preparación de profundo silencio y con inmóvil seriedad. A más de cien años, en una metamorfosis del tiempo y la historia, al ritmo de la imprevisibilidad fue sacudida del polvo y el olvido para ser resignificada en "Vejaciones x 8".

Si hubiese que sintetizar cómo explicaron los actores su propia experiencia, se podría decir: "fue simple, más de lo que pensábamos"; cuando una de las organizadoras se refirió a los participantes, comentó: "se enamoró de la idea"; "estamos muy desbordados". No es difícil imaginar que la idea del profesor aconteció y prendió una mecha que en lugar de encender el fuego, explotó la música: "Somos siete, bueno, cada uno tocará un día entero pero esto se hace". Con esta convicción entonces, un puñado de estudiantes se lanzó a organizar una protesta inédita en el Conservatorio, pese a que la apuesta de la "vieja institución" fue: "se caen al cuarto día".

En el crujido de las tablas de un aula, el destello irrumpía. Las paredes, tantas veces dibujadas como lugar de encierro en donde la vida que amanece tirita en el olvido, esta vez no pudo con una idea que la voz y el deseo multiplicó y potenció. Los muros del aula estallaron.

Vejaciones, creada para enfrentarse a la Academia de fines del siglo XIX, recobró su significado crítico para defender el Conservatorio de comienzos del siglo XXI. Puede resultar paradójico: ¿enfrentar y defender a la institución musical del momento? Sin embargo no nos parecerá tan paradójico, si consideramos que la obra artística es un contexto provisto de sentido, que participa del magma social y por lo tanto, del proceso de institucionalización de sentido (Schutz, A. 1974). En este marco, entendemos el concepto "institución" en el medio de la tensión instituyente/instituido, donde el primer aspecto se centra en la gestación y el fluir de un sentido, y el segundo, se refiere a su cristalización y convalidación en una forma determinada, llámese ley, academia o conservatorio. Son dos caras de una misma moneda y la "institución" es la moneda.

Satie tiene una relación muy tirante con la institución que enseña música y viceversa. Los conservatorios no lo incluyen en sus materias, salvo algunas excepciones, verdaderas grietas por donde se filtró Vejaciones.
La misma tensión observamos con relación al concepto "institución", también la encontraremos más adelante en el concepto de "poder". Poder como posibilidad "la protesta pudo ser", como ejercicio de una fuerza "adquirió poder", y como capacidad "poder emocionarse".

4.2 Poder Acontecer

"Es preciso que la estética se oriente hacia una nueva dirección, o estamos perdidos".
(Erik Satie)

Emergió un sonido, como disonancia, la presencia de una voz se desprendió durante toda una semana. Brotó la originalidad de una protesta que al entrelazar los chirridos de un piano en el caer de cada nota y partitura que se repitió, confrontó la vejación repetitiva de un "único discurso". Monedas diferentes de una misma cara, pero diferentes en el ahí, de este "campo polifónico" cotidiano. Las voces decían:

"El maltrato que se le causa a una persona buscando herir su dignidad… todas las cosas que están pasando, en definitiva, están atentando y no es un ajuste así un poquito, ya es una cosa que atenta contra la dignidad de la gente".
"Es una buena manera de hacer frente a un discurso… un discurso único que circula constantemente, entonces es como un símbolo, que el estar repitiendo toda una semana el mismo discurso, como se viene repitiendo un solo discurso constantemente, en base a eso, en base a la posibilidad de... de poder llegar a instalar el debate de pensamiento único que es pagar la deuda, ajustarnos… el modelo económico y la educación, esa única manera de ver y la posibilidad de organizar un contra discurso".
"El significado de insistir en un reclamo constante y que de alguna manera vaya en contra de la otra línea que se baja desde el gobierno" (Entrevistas a estudiantes del Conservatorio)

Además de la originalidad, "Vejaciones x 8" tuvo la marca del deseo y la sensibilidad. Su fuerza convocante residió más en su capacidad de emocionar a sus participantes que en la justicia y racionalidad de su consigna compartida y consensuada por todos: "Defensa de la educación pública, contra el ajuste". Más aún, nadie podría enfrentarse públicamente contra tales principios.

¿Tocar y/o escuchar el piano para denunciar la actual política económica-educativa? Para algunos oídos, pudo parecer un despropósito por la proporción del poder musical con respecto al poder que se enfrenta. Sin embargo, la gente se autoconvocó y creyó en la protesta. Frente a la inercia de la inevitabilidad del déficit cero, dio su voto de confianza y con él la protesta pudo ser, adquirió poder… poder emocionarse junto a un par, protestando al mismo tiempo, defender ejerciendo los espacios para la individualidad y el espíritu frente a la mercantilización de la educación y la cultura. Muestras de un campo polifónico de batallas y enfrentamientos, en donde la concepción de poder como propiedad se disuelve en la idea de poder como ejercicio, como constelaciones de fuerzas diversas que están en juego permanente. Especie de malla de red que naufraga en trazos múltiples con la posibilidad de irrumpir acontecimientos únicos o de que el tejido se tense y la trama se invierta.

En este contexto la idea de sujeto que subyace es la de un sujeto en construcción que, con relación a la perspectiva nietzscheana sobre la invención del conocimiento, renuncia al sujeto pre-dado y trascendente; aquel que Foucault formuló como un punto de origen que funda las condiciones de posibilidad para el surgimiento del conocimiento y de la verdad. Un sujeto que no está dado de una vez y para siempre sino que se constituye en el interior mismo de la historia y que a cada instante es fundado y vuelto a fundar por ella (Foucault, M. 1995).

En este sentido es que antes enunciábamos la idea de "campo polifónico", de batallas por dar sentidos, de enfrentamientos, en donde los sujetos son construidos en "dispositivos", especie de puntos terminales del poder.

Y son construidos a través de "técnicas", saberes que se aplican a la modificación de algo pero en medio de determinadas relaciones de fuerza, por lo que no son neutrales ya que están ligadas a tácticas de ejercicio del poder aplicadas sobre otro para producir un efecto. A su vez estas "técnicas y tácticas" trazan "estrategias": dirección posible que toma un cierto grupo de ejercicio de poder que construye cuerpos. Pero las mismas no son subjetivas, en el sentido de que no están predeterminadas desde el comienzo, sino que se van contrayendo en el desarrollo azaroso de las prácticas.

En estas múltiples situaciones existe margen de acción para los que están al margen de la hoja. El espacio es también para las narrativas desde las sombras, para la posibilidad de otras voces, recordando palabras de Marcos desde Chiapas, "no las que vienen de arriba sino las que trae el viento de abajo". Posibilidad de potenciarse o devaluarse, pero posibilidad al fin.

Agua de azar niegan el determinismo. Sorbos de contingencia priman. En este mar de historia, las olas, cual acontecimiento pueden irrumpir e ir más allá de lo pensado desafiando cápsulas de piedra que duermen como evidencias dadas y definitivas.

4.3 Las venas de la protesta

Entendemos a la protesta "como una forma específica de acción colectiva" que "aparece como una irrupción conflictiva" en el espacio público, lugar polifónico en donde se entrecruzan las disputas hegemónicas y contrahegemónicas (Giarracca y Bidaseca, 2001), imprimiendo su visibilidad en el correr de los discursos y la acción que la entreteje, aunque también fluye y se entrelaza con los períodos de latencia.

Este abordaje nos sumerge en una oscilación entre la estructura de oportunidades y la acción. Es decir, nos introduce en la posibilidad de jugar en la mitad del terreno en la que se encuentran los sujetos y su capacidad de atribuir sentidos a las situaciones antes que a nuestras ansias conjurables y tabuladoras, que marcan el ritmo de los "a priori" o de teorías que, orientadas por las claves de la acción racional, señalan los aspectos instrumentales, estratégicos y racionales de la acción, dejando en la oscuridad los aspectos identitarios.

Nos centramos, entonces, en un sujeto con "capacidad de alterar sus destinos", cuya acción no es escindible en las dicotomías: instrumental/expresiva, racional/irracional. Aprender en este sentido a trazar bisagras, para adentrarnos al campo de lo social y captar la interioridad de las situaciones (Giarracca y Bidaseca, 2001).

En este sentido, para abordar el suceso de la Protesta Musical, tomaremos en nuestra construcción la diversidad de gamas que se desprenden de los diferentes enfoques acerca de la protesta. Es así que hacemos, o mejor dicho, las situaciones reales nos invitan a jugar con múltiples herramientas conceptuales en la aventura de la aprehensión.

Las teorías de la acción racional -cuya lógica implícita predominante es el enfoque utilitarista de la acción, es decir, el rastreo de la maximización del auto interés como motivación de la acción y el cálculo racional de las estrategias posibles como método de decisión- entran en juego subsumiendo la acción en una relación costo-beneficio. Este enfoque, si bien nos puede brindar elementos para explorar redes organizativas y la gestión de la acción, deja a la sombra territorios que tienen que ver con relaciones identitarias que nuclean a las teorías de la subjetividad e identidad colectivas y de los nuevos movimientos sociales que tuercen las linternas al campo de la "activación de la voz" como un beneficio, fin y medio simultáneamente.

La identidad colectiva constituye en sí un "incentivo selectivo para la acción", de este modo el abanico se abre y el análisis se corre del seguimiento unidireccional de cálculo y estrategia de la acción y nos permite incorporar la existencia de elementos subjetivos de la acción y entrar a trabajar con lo imprevisible o por lo menos con motivos de la acción que merecen no cerrarnos en extremos.

Creemos pertinente, entonces, tomar y descartar, recortar en la gama de los grises, en la gama de lo real.

El formato de la protesta musical fue original, difícil de repetir, único. Cuando trabajamos el concepto de "repertorios de acción colectiva" lo hicimos desde la idea que configura "...el conjunto de medios de los que dispone un grupo particular para realizar reclamos, el cual no se explica solamente en términos instrumentales -como el medio más adecuado para alcanzar el fin deseado en una determinada circunstancia sino al propio tiempo en términos de aprendizaje. La vigencia de un repertorio implicaría: rutinas cotidianas y redes de organización de la población, experiencia acumulada de acciones colectivas, una memoria y un saber, estándares predominantes de derecho y justicia y patrones de expresión" (Farinetti, M. 1998).

Si bien en la acción los actores cuentan con "repertorios modulares" o convencionales, adquiridos en los procesos de aprendizaje, (marchas, huelgas, o petitorios) existen posibilidades de variación u acontecimientos como "Vejaciones x 8" que configuran repertorios no convencionales, marcados por el gesto de la originalidad y la incertidumbre de lo que se desconoce. Desde sus propias identidades los músicos nos hablaron, nos expresaron con un repertorio casi exclusivo. Repertorio irrepetible, en algún sentido, aún cuando unas semanas después, Miguel Angel Estrella desarrolló la continuidad del acto en su Tucumán natal.

4.4 ¿Por qué Vejaciones de Erik Satie?

En este repertorio novedoso se apela a la utilización de un símbolo: Vejaciones, que en un ahora resignificado se vincula con la construcción de los sentidos de la acción y así alimenta y es parte de estos nuevos marcos de la acción colectiva.

Creemos que en la particularidad de la obra, en cuanto a su estructura y en la traza de ruptura que marcó su autor, Erik Satie, están parte de las claves de su rescate. Parte entrelazada a otras presentes que iremos deshilando.

Con relación a la ruptura y estructura de la obra y su autor, podemos decir que Vejaciones, tal como nos explicaba uno de los docentes del Conservatorio: "es una obra que pone en cuestión la idea misma de obra". Irrumpe, se sale de los parámetros establecidos y produce un corte: "crea otras reglas, es un mundo propio y que no necesariamente pasa, esto que los europeos quieren, que sea universal". Las fisuras dejan ver sus grietas a contra luz del "discurso musical" consensuado del momento. Satie, excéntrico -"en el sentido literal de la palabra… corrido del centro, de algo que constituía en su momento una historia", una "verdad" musical- en la manera de pensar y en las armonías y melodías que usaba, de estilo anticonvencional y por veces irónico, representó una de las rupturas más significativas con el Romanticismo Francés del siglo XIX. "No hay manera de analizar esas obras desde el punto de la construcción romántica…. Las herramientas analíticas que dan las materias Armonía y Contrapunto y Morfología, se caen con estas músicas". La metamorfosis de la morfología de "la verdad musical" vive en un permanente juego de roces y disputas. Como todas "las verdades", se aleja de ser un lugar tranquilo. Las disputas hegemónicas y contrahegemónicas no han de quedarse dormidas, el agua de la mar polifónica no estaba ni está serena. Después de todo, si bien "la música se estudia desde ciertas prácticas comunes… - en definitiva la armonía es una práctica común, un consenso, un ritmo" (Entrevista a docente del Conservatorio)- los conjuros o "tipificaciones" no son de una vez y para siempre.

Satie, entonces, en las voces de su rescate, fue un "antiacadémico, anticonservatorio", un "revolucionario, sobre todo en las ideas (…) Quizás no fue el mejor músico de la historia, pero tuvo ideas que realmente revolucionaron toda la música, de hecho, esta obra (…) cambió la idea de lo que es una obra musical. Porque se tenía el concepto, como que una obra es una melodía que tiene cierto desarrollo y llega así como a un punto de tensión (…) En cambio acá hay una cosa que empieza, sigue, no hay direccionalidad" (Entrevista a estudiante del Conservatorio). "Es decir no es una obra que se desarrolle, ni es una obra que nos cuente nada... ni que nos lleve hacia ningún lado. Es una especie de friso eterno. En ese sentido una obra antirromántica por excelencia" (Entrevista a docente del Conservatorio).

Creemos, en el camino de hallar las claves de su rescate, que Vejaciones es una suerte de símbolo dentro del círculo de manos desde donde se desprenden los acordes; que fisuró la voz única de los parámetros establecidos y que hoy, en sintonía con ese pasado, los músicos la retoman para poner en cuestión una voz única que prevalece a costa del ahogo y la vejación de otras. Símbolo en el que a la vez reposa un nombre inevitablemente actualizado en los tiempos que corren, configurando el trazo de otro puente con el pasado, ya que la obra también resuena hoy desde su propia etiqueta.

Hilando para atrás nos preguntamos, en la intención de seguir encontrando cruces: ¿Qué pensaba Satie al bautizar Vejaciones a su obra? Y los hallazgos emergieron. Por algo Vejaciones se desperdigaba en cada rincón del Conservatorio y latía cada vez más profundo en cada peldaño que nos acercaba a ella.

"Esa es la pregunta, nadie la sabe contestar. Podemos suponer muchas cosas... que la palabra vejaciones acompaña al tipo de escritura de la partitura, una escritura adrede imposible. Es decir, donde una línea melódica que podría estar escrita de una manera sencilla, está escrita de la manera más compleja que vos te puedas imaginar. Tenés un acorde en SI mayor que está escrito como SOL Bemol, DO Bemol, RE Sostenido... cuando vos leés esto, con tu formación clásica, el cerebro te empieza a funcionar mal. Tu formación no sirve para leer eso. Es decir, yo encuentro un fenómeno interesante en la escritura de la partitura en el sentido de escribir perversamente. Una obra que prácticamente no se puede leer. Tiene algunas notas, que es una locura, él evidentemente estaba buscando algo y creo que el titulo debió tener que ver...¨ (Entrevista a docente del Conservatorio).

Con relación a la intención de los sentidos de la acción que se dibujaban en la protesta, creemos que estudiantes y docentes eligieron una obra perversa en correlato a una situación perversa: se eleva el conservatorio al rango universitario pero faltan marcadores en las aulas; se crean los órganos representativos de la institución pero se eligen a dedo; les donaron treinta y seis pianos nuevos de ultima generación pero se están arruinando porque no hay quien los afine.

El IUNA se encuentra en un período de "normalización" debido a que la justicia aún no se ha pronunciado sobre una asamblea irregular que eligió a Raúl Moneta como rector. En lugar de los mecanismos democráticos previstos como los concursos docentes, indispensables para elegir al Consejo Superior y llamar a una Asamblea Universitaria, una resolución del gobierno menemista habilitó por única vez a los Consejos Asesores a elegir al Decano. Así, Moneta accedió al rectorado, en medio de una asamblea donde se le pegó a diputados y no se permitió el ingreso a estudiantes. Durante todo el año pasado y el actual, docentes y estudiantes estuvieron movilizados por este tema. Exigieron al Ministerio de Educación que actuara por vía administrativa derogando la resolución vigente, para que las dependencias del IUNA fueran preservadas por los alumnos, como actualmente sucede con las escuelas Nacional de Arte Dramático y Prildiano Pueyrredón. Durante una semana, se declaró un estado de asamblea permanente sin suspender las clases, que fueron utilizadas para discutir estos problemas.

Todo esto desembocó en una asamblea y una semana después, surgió "Vejaciones x 8". "Si cae la Resolución 851 [resolución que designó a Moneta en su cargo], cae todo: nuestras autoridades también" (Entrevista a estudiante organizadora)

Como decíamos antes, un nombre se actualiza. Indagando en las entrevistas se dilucidaba las posibles razones de Satie en el bautizo de su parto: "Él en su momento rompió y se opuso a todo seguimiento" a la vez que "esta obra se la dedicó a la crítica, a darles con un caño. Es como una vejación someter a los críticos a escuchar 840 veces esta cosa que se repite, que se repite y que se repite... es más, la escritura al final está llena de... es incomodísima de leer, creo que con la intención de molestar a [quien tiene] que estudiar"... "Bueno, que una persona sola toque 20 horas ya es en sí mismo... te pone en un límite" (Entrevistas a estudiante y docente).

Podemos entrever que Vejaciones (y luego "Vejaciones x 8") como sinónimo de maltrato, abuso, ofensa a la dignidad, tiene un inevitable y directo correlato en la realidad que vivimos de ajuste, privatización y "perpetua" deuda externa.

El pasado, como una raíz, se resignifica en la sed de un presente, que toma a una obra y a un autor -los cuales en virtud de su ruptura, se los rescata en la necesidad de confrontar un repetitivo discurso hegemónico- en la necesidad de un corte, aunque sea un tajo al telar de lo inamovible y único. Por otro lado un nombre (por diferentes motivos: los del autor en su época y los de los participantes de la protesta hoy) aceita una bisagra en el tiempo, cuyas figuras como los mosaicos de los caleidoscopios, se interpretan y ven según los ojos de la época. Ayer Satie y su búsqueda. Hoy, Vejación que vivimos a diario.

Y si hablamos de necesidad de un corte y el rescate de un antiacadémico, el corte filtró también las paredes mismas del conservatorio. Porque si "... el Conservatorio es muy conservador... y no acepta todo aquello que funcione por corte..." sino que sólo "...acepta aquello que aunque complejo, funcione como una continuidad evolutiva...", se ahogó durante una semana en lo sonoro de una disonancia que, alejada de la armonía, es una especie de veneno para sus tripas. Disonancia que proviene de los cauces de su compositor, de mirada muy crítica con respecto a los espacios académicos (Entrevista a docente).

Vejaciones produjo, entonces, un quiebre en el sentido de ser una puerta articulatoria y de entrada (por lo menos momentáneamente) de la vida y muerte musical, que permanece a las orillas de sus "miopes" muros "...ya que el conservatorio no tiene una relación potente con la producción musical de Buenos Aires y del país, siendo que es nacional" (Entrevista a docente). Hecho que se transfiguró durante el letargo de toda esa semana: "Se estableció un vínculo profundo con una serie de artistas que nunca habían entrado al conservatorio o no están... Adriana de Los Santos, el Chango Spasiuk, Gerardo Gandini, Pía Sebastiani. Nadie antes había invitado a Gandini hasta que pasó esto. El conservatorio es muy miope. No mira a los artistas que hay, y en esta protesta los miramos, los invitamos y vinieron" (Entrevista a docente).

Es evidente que el trabajo subterráneo, latente desde hace 10 o 12 años por parte de algunos docentes en el empeño de producir una renovación de conceptos recogió los frutos que se potenciaron en el estallido de la imprevisibilidad.

Muchos de los autores del siglo XX no son incorporados en la currícula del Conservatorio, "... de hecho las cátedras de instrumentos no incluyen absolutamente nada a posterior de la década del cuarenta. Nada. Nada de Ligeti, nada de John Cage, de Luciano Berio. Absolutamente nada, no existe" (Entrevista a docente). Quizás la mecha que explotó la música sacuda la armonía añeja con acordes en contramarcha, y las hojas de la puerta flameen al compás de la diversidad de ritmos.

Si antes nos preguntábamos el por qué Vejaciones de Erik Satie y fuimos encontrando las claves en la particularidad de la obra en cuanto su estructura y ruptura, no perdimos de vista las bisagras que sostuvieron su rescate, bisagras de la mano de un pasado que es un símbolo muy fuerte al igual que las manos con necesidades desde el presente.

Estas manos, en medio de experiencias acumuladas, memorias y sentidos de "la justicia", rutinas y ansias de nuevas formas de expresión, fueron aprendiendo y tallando este novedoso repertorio de acción: "Vejaciones x 8", al compás del rito. Y esto, creemos que es otra clave de rescate de Satie y su obra, ligada a algo que late tenuemente hoy, que empieza a despuntarse y asomarse dispersamente: la activación de la voz por fuera de repertorios convencionales escapando a una lógica o juego de la representación-gestión que produce inmovilidades y a la reducción de la política como simple instrumental o medio. El entretejido conceptual que aborda la acción sólo desde el enfoque de las oportunidades políticas y desde el juego de las demandas al Estado, harían agua en esta protesta, ya que en "Vejaciones x 8" hay búsqueda e intención no sólo circunscripta al canal de una demanda a un Estado que por otra parte, cada día afina más su voz neoliberal.
En este sentido, se rescata también de Vejaciones, la circularidad de su tiempo, su duración: además de arte y obviamente protesta, Vejaciones es rito.

"Es una obra que dura en la versión que él pide [Satie] veintipico de horas, es evidente que está planteado más, sobre todo a partir de la repetición, más como un rito que es lo que yo sostuve todo el tiempo en lo que nosotros hicimos, mucho más como un rito que como una obra con desarrollo... Satie mismo propone que esto debe ser tocado 840 veces... pero para eso el intérprete debe practicar severas inmovilidades" (Entrevista a docente).

"En esa etapa de su vida, Satie estaba pasando por una época así como muy mística... en cierta forma la obra habla, como una especie de búsqueda espiritual, una cuestión de algo que se repita 840 veces funciona como una especie de mantra, o sea es como una especie de ritual la obra, y en cierta forma nosotros lo tomamos como una especie de ritual de protesta, no en sentido religioso pero si como una cosa que exige cierto grado de compromiso de la persona que está participando y bueno por otro lado, también tiene que ver con una búsqueda profunda a la que apuntamos nosotros, una búsqueda de mayor integración, que es lo que nos permite también esto"... "Que la obra sea reiterativa nos da la posibilidad por un lado de extender el tiempo que quisiéramos y una semana nos pareció mucho más contundente que 21 horas y nos daba la posibilidad de sumar a muchísima gente" (Entrevistas a estudiantes).

4.5 Arte y protesta juntos: un desconcierto

Si algo no quiso "Vejaciones x 8", es ser un concierto.

"... Tampoco la idea era que sea un auditorio, no. Es una protesta y es un hecho artístico al mismo tiempo... no tiene que dejar de ser ni una cosa ni la otra, si no se puede transformar en un concierto. Y por eso cosas pegadas en las paredes, pasar películas, como que la gente tenga otros intereses también (...) Si quiere circular que circule, si se quieren venir con un colchón y tirarse a dormir... nadie le va a decir nada. O sea, no es que sea un auditorio esto, sino que es un lugar donde está sonando música como forma de protesta. También se están organizando conferencias y debates con sociólogos, filósofos y demás. Generar espacio para el debate también nos pareció que era importante ya que es una protesta, tiene que haber un lugar donde se pueda hacer una especie de debate" (Entrevista a estudiante).

Además de la circularidad del tiempo de la obra, existieron indicios de circularidad en el espacio. Aspectos que sumados a la puesta en escena, plantearon una ruptura con la idea de obra de arte como espectáculo.

"... No hay un horario del todo fijo, pero, más o menos entre las doce de la noche y dos de la mañana, se cierra la puerta hasta la mañana siguiente a las ocho, pero bueno el que quiere toca timbre y le abrimos la puerta. La idea es que esto, pueda ingresar gente durante todo el día" (Entrevista a estudiante).

A diferencia del espectáculo, constituido por la distancia artista/espectador, "...el ritual es conjuntivo, pues instituye una unión (podríamos decir aquí que una comunión) o, en todo caso, una relación orgánica entre dos cuerpos (que se confunden en el límite, uno con el personaje de oficiante, y el otro con el de la colectividad de los fieles)..." (Levi-Strauss, C. 1964)

Jesús González Requena (1995) distingue distintos modelos2 del espectáculo. En su topología, el concierto se inscribe dentro de la escena a la italiana donde los roles de espectador y artista son fijos e irreversibles, el conjunto escenográfico (el juego escénico de los actores y los decorados) se dispone en términos perspectivistas, ordenándose en función de un centro óptico exterior, definido por el lugar ocupado por el espectador. Se impone de manera neta el divorcio entre el espectáculo y la calle, y la economía del deseo se encauza en términos de economía mercantil: pagar la entrada.

"Yo creo que lo que asustaba era la protesta y el evento que se sale de eje y que no es un concierto. Conciertos acá se hacen muchos, se hacen todo el tiempo pero algo así no se hizo nunca... Conciertos se hacen muchos pero eso no implican que estén presentes algunas obras que debieran estar. Y eventos que se salen de la forma concierto, directamente no. Y esto yo creo que asustó." (Entrevista a docente).

En "Vejaciones x 8" encontramos una escena semiabierta (aunque dentro del Conservatorio), determinada por la circularidad de las personas y en algunos casos por la reversibilidad de los roles artista/espectador (ya que muchos pianistas que ejecutaron la obra luego asumieron el tópico de "espectadores" al escuchar a los demás).

Además, se trató de un evento gratuito y por lo tanto, fuera de la lógica de la mercantilización del arte. La idea de apertura también se puede rastrear en el recital final, cuya convocatoria en la calle reunió distintos géneros: rock, folklore, clásico, instrumental, etcétera.

Desde el inicio y durante todo el desarrollo de la protesta se mantuvo el principio de igualdad ante el reclamo: "...cuando hicimos la gacetilla de prensa y demás, no se aclaró exacto el horario en que tocaba determinada persona, creo por una cuestión de respeto hacia los otros, una persona puede tener mucho más nombre que otra pero estamos todos en la misma. Se aclaró que va a estar que sé yo, Gerardo Gandini, Pedro Aznar... no sé, un montón de personas, pero no el horario." (Entrevista a estudiante).

Este "ritual de protesta" entonces, tomó e indagó en un tiempo circular, con miras a potenciar y construir una integración e identidad en donde participar, involucrarse y comprometerse. Fueron brújulas que también signaron la protesta.

"Yo creo que la repercusión más importante, la que más esperamos, no es el hecho de una respuesta a nivel de políticos sino más que nada la respuesta a nivel de la gente (...) Como de eso que genera la conciencia de que se pueden hacer cosas importantes y que para lograrlas lo que hay que tratar, eso de tener una idea clara y defenderla esa idea. Y que no necesariamente tenga que ser una idea tan puntual, tiene que ser algo con lo que se sienta identificado simplemente" (Entrevista a estudiante).

Las brújulas entonces, vibraron durante los siete días y siete noches en las que se fue entretejiendo una red de músicos, antes inexistente. Cadena de teléfonos, e-mails y "búsqueda profunda". Búsqueda que ligada al desafío de lo novedoso y la integración, constituyó en sí "un incentivo selectivo para la acción". El placer de activar la voz y su resonancia crítica como un "beneficio, fin y medio" a la vez. Caja de resonancia, cuyas cuerdas sostenidas, conjugaron y se arriesgaron a un proceso simultáneo de sentido e identidad alternativo e incierto, en el empaste de una "acción instrumental y expresiva". En este sentido tomamos la siguiente interpretación de Revilla Blanco: "Cuando los círculos de reconocimiento existentes no dotan de sentido a mi acción, y cuando la pérdida de referentes para la constitución de identidades se generaliza, una de las opciones posibles es la producción alternativa de sentido; la (re) constitución de una identidad colectiva que dote de certidumbre a la acción individual y colectiva… de este proceso de identificación alternativo que produce sentido para la acción individual y colectiva… se deriva que no sea pertinente la separación entre la acción instrumental (orientada hacia el logro de recursos que permitan defender los intereses) y acción expresiva (orientada por el proceso de identificación)" (Revilla Blanco, 1994: 200). Seguido a esta cita, rescatamos las palabras de uno de los participantes de "Vejaciones x 8":

"Hay algo además de la forma de protesta contra determinada cosa, contra un sistema, contra lo que sea, hay algo que me parece muy mágico: de que un piano esté una semana ininterrumpidamente sonando. O sea, yo tuve el privilegio de venir el último día, es como que agarrás un piano cargadito, o sea, creo que no es subjetivo, creo que eso existe… Bueno, hay algo mágico, hay algo como personal, qué se yo, está bueno sentirse un eslabón en una cadena que no se corta hace una semana…Me parece increíble que haya toda una suma de pianistas participando, y como que cada uno se pasa la posta. No sé, es algo lindo, fuerte…este clima de unión, de unión por algo" (Entrevista a un pianista).

Los artesanos de este repertorio, entonces, con una "economía moral" propia, capaz de definir lo "injusto" y activar así las reivindicaciones contra el recorte, la privatización, el arancelamiento y el ajuste nacional, rozaron también la intensidad de la participación emocional al compás de la vejación vivida, ya interpretada. "Unión, unión por algo" y "yo les puedo asegurar que la sensación cuando estaba en casa por ejemplo a las 3 de la mañana, saber que eso está sonando. Levantarse a las 9 y saber que eso está sonando. Venir acá, y sigue sonando. Te vas a tu casa y sigue sonando. El final fue demoledor, de una emotividad increíble" (Entrevista a estudiante y docente).

Por otro lado, un camino donde la protesta no debe desdibujar su identidad como artistas ni la de la obra de arte. A la vez que la música no debía sonar a concierto, ensombreciendo las voces de la protesta:

"Me puse muy estricto, porque claro armada la cosa después quería tocar todo el mundo, incluso la gente que no era pianista. Y eso fue duro, pero no, absolutamente no. Es decir, la obra es la obra… creo que donde está el mayor logro es en que la protesta fuera un evento artístico" (Entrevista a docente).

"Acá la novedad es por un lado, producir un hecho artístico, porque nos interesa muchísimo la calidad interpretativa y eso es darle nivel al reclamo. Pero por otro lado es un reclamo y eso no hay que perderlo de vista"

"Utilizando nuestro medio de expresión como músicos, la protesta… no es que estamos reclamando algo particular del conservatorio, sino que es nuestra forma de plegarnos a lo que está pasando, en todo el país" (Entrevistas a estudiantes).

El repertorio, entonces, quedó oscilando entre el arte y la protesta. Simultaneidad que expresó un "basta de bombos" o "los paro no van más". Y una apuesta en donde nuevos artesanos se concatenaron a la exploración de nuevos sentidos en ese espacio de búsqueda. Un "hacer lo que sabemos" y "hacer lo que somos" trascendió el sentido contestatario. "Toco vejaciones y te vejo un poco", me sumerjo en un pentagrama circular, con sabor a rito, que se carga de una cadena de manos y a la vez protesto, grito con la agudeza de una vejación sonora.

Lo que puede decirse entonces, también presente en "Vejaciones x 8", es una irrenunciable presentación, el ahí, el movimiento desabotonado, desmadejando una acción e identidad simultáneamente. Porque ese hacerse voz de protesta, en la carne de un piano ininterrumpido, en el camino del rito de la búsqueda, apostó a potenciarse novedosamente.

Algo late, en la irrupción de esta protesta, y algo de lo transitado y conocido incomoda y no convoca. Quizás Vejaciones como repertorio que configura nuevas formas de resistencia, bordeó el camino del desafío, con el riesgo que eso implica, de buscar y no encontrar, de la incertidumbre y su vértigo, que la tan densa disonancia de los viejos repertorios despierta.

5. Un final a toda calle... Del silencio a los aplausos

El final llegó el sábado 6 de octubre y, por fin, se aplaudió. La última nota fue esperada por una gran cantidad de gente que colmó la sala del Conservatorio. Los aplausos se extendieron durante casi diez minutos. Después de la actuación del Coro Nacional de Jóvenes, la música se trasladó a la calle. Desde temprano los sonidistas y técnicos trabajaron en la instalación del escenario sobre la calle Córdoba -cortada sólo parcialmente-, mientras los estudiantes de la escuela de Arte Ernesto de la Cárcova, pintaban un mural en la fachada del Conservatorio en el que quedaron latiendo estas palabras : "Mientras toda la ciudad dormía, como un trabajo desde la profundidad, la secuencia sonora siguió su transcurso vivo. Creada para la continuidad, sostenida por personas en busca de la dignidad y elevando desde la música la protesta contra las estructuras del abuso, la indiferencia y el desamor".

Los artistas fueron sumándose, y entre acorde y acorde, los organizadores de la protesta leyeron adhesiones, los nombres de los pianistas que habían participado y consignas tales como: "No al recorte, no al arancel universitario", "la música no para". Los músicos que tocaron traían aires del folclore, tango y jazz: Ernesto Jodos, Chango Spasiuk, Liliana Herrero, Marcela Palladores, Lidia Borda, Martín Pavlovsky y Rodolfo Mederos.

Algunos de ellos, arriba del escenario, cambiaron el lenguaje de la música por el de la palabra y expresaron: "El problema de este país es la ignorancia. Ignorar lo que le sucede al otro; ignorar lo que sucede cotidianamente.

Ojalá que no perdamos esa fuerza que tienen ustedes, esa conciencia, ese ejemplo. Me parece que hoy en día son más ejemplo los hijos que los padres. No lo pierdan. Pero trabajen todos los días, cuídenlo. Así, que me dieron ganas de compartir esto... de hablar con ustedes" (Chango Spasiuk). Liliana Herrero, también se valió de las palabras para decir: "Me pareció escuchar, cuando tocaban maravillosamente, Jodos primero y después el Changuito Spasiuk, que las bocinas estaban en RE"3. Más adelante, a raíz de los ruidos provocados en forma intencionada por los automovilistas que pasaban, la artista expresó: "Las bocinas me están enloqueciendo, no escucho la guitarra, pero porque están desafinados ellos".

La protesta, paradoja de un espacio donde acontece, se nos presentó, en apariencias, sin fisuras; resistencia que fue adquiriendo su carácter vejatorio a lo largo de la semana y que, sin embargo, mostró las grietas donde fue posible vislumbrar nuevas formas de protesta del espíritu. "La música presenta todas las características de un verdadero simbolismo, salvo una: la existencia de una connotación asignada... Es un idioma limitado, como un lenguaje artificial (...) En sus expresiones más elevadas, la música aunque es evidentemente una forma simbólica, constituye un símbolo incompleto. La articulación es su vida, pero no la aserción; la expresividad pero no la expresión" (Susanne K. Larger, citado por Schutz, A. 1974: 162) (remarcado por nosotros).

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