Ideas conservadoras vs progreso social

Esta semana se realizó en Córdoba el VIII Coloquio Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA), sin demasiadas sorpresas en cuanto a posicionamientos políticos de la entidad. Por su parte, los medios de comunicación hegemónicos le dieron un tratamiento menor al tema e hicieron foco en la cuestión cambiaria y la inflación, los caballitos de batalla de los sectores conservadores.

Suiza, el anfitrión de la nueva guerra de divisas

La mañana del 15 de enero, el Banco Central Suizo anunció el retiro del piso del tipo de cambio frente al euro, fijado en 1.20 francos por divisa europea en el 2011, y decidió bajar la tasa de interés a los depósitos medio punto, de -0.25% hasta -0.75%, con el objetivo de mitigar el calentamiento de la economía, y con ello, desincentivar la entrada de capitales. Este repentino giro, se tomó como medida de prevención ante la acelerada depreciación de la moneda única frente el billete verde, lo que ocasionaba a su vez un debilitamiento en los últimos meses del franco suizo ante el dólar. Por otro lado, se estableció para proteger al país de una avalancha de dinero derivada de la incertidumbre por la relajación cuantitativa del Banco Central Europeo.

Modus operandi del Nuevo Consenso Macroeconómico en Brasil, Chile y México

Se analiza críticamente la experiencia de Brasil, Chile y México con la política monetaria de objetivos de inflación del Nuevo Consenso Macroeconómico (ncm). Mediante modelos de cointegración y corrección de errores y la discusión de los principales hechos estilizados contrastamos el ncm con la evidencia empírica disponible. Una característica esencial de su modus operandi en estas economías estriba en que: el control de la inflación depende crucialmente de la apreciación del tipo de cambio; la hipótesis esencial del ncm no es aceptable. Así, su política monetaria, que hace depender la inflación de la brecha de producto, constituye una contradicción para el modelo de crecimiento exportador de estos países y representa un método recesivo de estabilización de precios.

El supuesto ajuste ortodoxo del gobierno, en el sueño de la derecha

Desde los sectores del pensamiento neoliberal se intenta indicar que este gobierno ha abandonado su proyecto y ha cambiado el rumbo, aplicando un ajuste ortodoxo, argumento con el cual discrepo totalmente. El rumbo elegido ha sido la recuperación del rol del Estado, con nuevos sentidos y acciones concretas: estatización de Aerolíneas, YPF, del sistema jubilatorio y reforma a la Carta Orgánica del Banco Central, entre otras. En esencia, desandar el camino desregulador y privatizador de los noventa, ese es el rumbo que se mantiene. Pero esta orientación genera inevitablemente tensiones, porque se afectan intereses.

Respecto a las decisiones cambiarias, creo que el gobierno tomó conciencia de que existía un real problema y buscó caminos para resolverlo. Primero incrementando diariamente el valor del dólar, proceso que generó mayores expectativas devaluatorias.

Argentina en la posconvertibilidad: ¿desarrollo o crecimiento industrial?

La implosión del régimen de convertibilidad de principios de 2002 devino en un proceso de modificaciones radicales en la estructura de precios relativos enmarcado en una profunda retracción de la economía en general, y del sector manufacturero en particular. La convergencia de una fuerte devaluación de la moneda local con altas tasas de inflación, el intenso deterioro que experimentaron los salarios reales y la elevada ociosidad de la capacidad productiva fabril sentaron las bases para el despliegue inicial del tradicional comportamiento contracíclico de las exportaciones, especialmente agroindustriales. En los años sucesivos, se afianzaría aún más el rumbo de crecimiento industrial favorecido por la vigencia del tipo de cambio alto y los bajos costos salariales.

Tipo de cambio competitivo

El viejo fantasma de la restricción externa está lejos de corporizarse. Para 2012 cabe descartarlo y éste sería un buen año de transición para desenvolver proyectos de cambio estructural que terminen de diluir ese riesgo como un peligro para el mediano plazo. Si la mayor fortaleza de la Argentina ha sido el superávit comercial que supo conseguir –una genuina fuente de divisas que permitió, entre otras cosas, desendeudarnos en moneda extranjera y controlar las presiones especulativas contra el peso–, la fórmula ideal para quitar del horizonte el riesgo de restricción externa pasa por sostener el excedente comercial. En tal sentido, los datos del último trimestre 2011 son por demás alentadores. El año concluirá con un excedente comercial cercano a los 11.000 millones de dólares y, probablemente, con un poco significativo desequilibrio en el balance de pagos. No conozco experiencias de naciones que estuvieran al borde de la restricción externa con estos números en su cuenta de mercancías.

Algunos indicios recientes sobre las tendencias con que concluyó 2011 nos permiten esperar que concluya este ejercicio con una tasa de crecimiento superior al 8,5 por ciento. A su vez, el efecto arrastre otorgaría a la macroeconomía de 2012 un punto de partida que, bien aprovechado, le permitiría evolucionar mejor a lo pronosticado por la mayoría de las estimaciones de origen privado que se conocieron en las últimas semanas y terminar el año que viene en torno a las metas que se fijaron en el Presupuesto Nacional.