Tiempos de restauración

En la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Realidad Económica presentó dos artículos de su edición 302 bajo el título “Empresarios, modelos de acumulación y gobierno de Macri: la restauración neoliberal y sus consecuencias”.

Participaron los sociólogos Gabriel Merino, autor de “Constitución del Grupo Productivo en la Argentina y surgimiento de un nuevo actor político empresarial” y Gastón Varesi, autor de “Tiempo de restauración. Balance y caracterización del gobierno de Macri en sus primeros meses”. Junto a ellos, estuvieron el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, Aníbal Viguera, y Marisa Duarte, directora de Realidad Económica y presidenta del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE).

“Esperamos que estos trabajos nos sigan ayudando a construir las vías de escape al contexto actual, vías que tendrán que ver con la recuperación del Estado, con un discurso basado en la recuperación de derechos y también con ganar terreno sobre el sentido común, en términos de cómo miramos a la sociedad en contra de esta avanzada neoliberal que se da en todos los planos”, sostuvo Viguera en el inicio de la charla sobre los artículos publicados por Realidad Económica. 

Asimismo, el decano remarcó la labor de Merino y Varesi que “combinan lo académico y lo político. La investigación académica del mejor nivel con la voluntad de intervención política desde el resultado de sus investigaciones”.

La restauración conservadora

En su exposición, Varesi profundizó sobre las medidas económicas promovidas por el gobierno de Macri y sostuvo que “lo que se aplicaron fueron políticas de shock distributivo”. El docente e investigador indicó, en ese sentido, que “la distribución del ingreso retrocede cinco años con solo un año del macrismo. Estamos en un nuevo momento de la revancha clasista en la Argentina. Los principales grupos económicos entran a tomar control directo del Estado”.

Entre las medidas adoptadas por el macrismo, Varesi mencionó, entre otras, la megadevaluación, la baja de retenciones, la eliminación de cupos de exportación, el tarifazo y el proceso de endeudamiento al que asiste el país. “Hay megaganancias para grupos concentrados del capital -unas 50 empresas controlan el 64 % del valor total exportado-. Con este nuevo esquema, estos grupos reciben más pesos por cada dólar que exportan y, al mismo tiempo, pagan muchos menos impuestos. Es una transferencia monumental de recursos en cuestión de meses. La contrapartida de clase de todo esto es la megadevaluación del salario y el disparo del proceso inflacionario. Hay que volver a las hiperinflaciones del ’89 para encontrar índices que superen los que se vivieron el año pasado”, dijo el investigador.

A su vez, Varesi incluyó a ese paquete de políticas económicas en lo que denominó “la restauración del régimen de acumulación neoliberal en el país”. Y agregó que “un proyecto así no cierra sin control social ni sin discurso único”. El sociólogo indicó finalmente que, para enfrentar dichas políticas, es necesaria una “articulación de resistencia y alternativa propositiva”.

Dilemas del neodesarrollismo

A su turno, Gabriel Merino trazó un detallado recorrido por el devenir del Grupo Productivo (GP), un conglomerado de acción económica y política fundado en 1999 e integrado por distintas empresas y entidades como Techint, Alpargatas, Ledesma y la UIA, entre otros. Un grupo de “tendencia ideológica neodesarrollista”, Merino explicó algunas de las demandas del GP desde su creación: “Va a reclamar una apertura moderada pero con protección y una intervención estatal que promueva la iniciativa privada, una economía de mercado regulada, un tipo de cambio competitivo y cierta alianza con los sindicatos”.

Tras precisar el comportamiento del Grupo Productivo durante los gobiernos de la Alianza, Duhalde y el kirchnerismo, el investigador analizó en perspectiva la construcción política de este sector: “¿Es algo más que un proyecto de transición histórica, puede consolidar un proyecto político estratégico? En realidad, son grupos de transición porque hasta su propio actor, la burguesía local, no tiene condiciones para resolver, ni siquiera, la estructura económica. Entonces, no puede romper el problema de la dependencia”. Y sostuvo: “Esta burguesía local oscila entre discutir con el capital transnacional porque se le apropia de demasiada plusvalía o recuperar, junto a ese sector transnacional, la sobreexplotación de la fuerza de trabajo”.

Merino caracterizó además el momento económico actual como la “reconfiguración del bloque financiero primario exportador” y antepuso a ese escenario la “rearticulación nacional-popular que integre, en un programa, por lo menos tres líneas como el progresismo, el peronismo clásico y el neodesarrollismo y que, eso que está resistiendo en términos gremiales, pase a lo político programático”.

Generar grandes frentes

El cierre de la actividad estuvo a cargo de la directora de Realidad Económica y presidenta del IADE, Marisa Duarte, quien retomó algunos conceptos de las exposiciones para indicar que “análisis de este tipo ayudan a estructurar una forma de pensar la política en sentido instrumental y tener claridad en los procesos de plazo más largo”. Y culminó: “Hay que apuntar a la generación de grandes frentes. No hay hoy un actor que hegemonice, dentro del campo popular, las expectativas. Esto hay que plantearlo claramente porque si seguimos disputando entre nosotros, gana la derecha”.

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