“Misoginia y sexismo en el ataque a las ciencias sociales”

 

Cuando se habla sin fundamento o información básica sobre temas de incumbencia pública suelen reinar, en esos comentarios, la trivialidad, el chamuyo y la tilinguería, sin más efecto que el del ridículo de quien enuncia la vacuidad misma. Pero cuando lo que se quiere es instalar concertadamente un clima de desestabilización, desprestigio y banalización malintencionada queda claro que los resortes que mueven dicha estrategia son más complejos que la mera constatación de la ignorancia ajena.