Transmutación de almas

¿Cuál es el criterio para juzgar a un hacedor de políticas económicas? La respuesta no es su ideología ni la naturaleza de los fines perseguidos. Estos factores serían, en todo caso, valoraciones morales. Una posibilidad aséptica, si tal cosa existiese en una ciencia social fascinante, es partir de una de las definiciones más tradicionales de la economía, esa que la define como una simple “caja de herramientas”. El hacedor de política económica persigue determinados fines y para alcanzarlos posee una caja de herramientas, su ciencia, un buen punto para comenzar a valorar su eficacia.

Transmutemos las almas e imaginemos, por un momento, ser un policymaker macrista. Bajo este espíritu los objetivos son claros. Existe un enorme déficit fiscal y es necesario sanearlo para liberar los frenos de las fuerzas productivas. El saneamiento permitirá reconstruir la confianza, desatar un boom inversor y, superado el mal trago inicial, retomar la senda del crecimiento.