Latinoamérica en Medellín

Esa ciudad clavada en un valle verde, de norte a sur, a mil quinientos metros de altura, está en el centro de América latina. En sus barrios populares, colgados de numerosas laderas montañosas, brilla el colorido de su presente y su historia. Pero además, una fuerza centrípeta nos lleva hasta allí, pues fue sede de la VII Conferencia de Ciencias Sociales de CLACSO, un evento académico de potencia global.

El valor agregado de Pepe

Al Pepe lo quiere todo el mundo. O sea: nadie tiene el privilegio o la desgracia del afecto universal, pero parecería que todos lo quieren. Lo quieren hasta quienes lo critican. Y lo que es todavía peor, quienes no lo quieren también dicen que lo quieren. Porque no hay nada más políticamente correcto, nada que garpe más y mejor, que quererlo al Pepe. A menor escala (o sea, a escala subplanetaria) es parecido al fenómeno del Papa Francisco: lo quieren hasta los ateos; y quienes no lo quieren hacen lo posible por disimularlo.

Cuando los analistas se ponen reflexivos dicen que eso no está bien. Como las sociedades no funcionan como un club de masoquistas, como no existe la política a favor de todos y todas, un dirigente político debería tener una cantidad estadísticamente relevante de enemigos/adversarios –o por lo menos de gente que no lo quiere–.