Los surcoreanos son los que más horas trabajan en el mundo. EE.UU. es el país de mayor productividad.

La Nación

PARIS.- Esta es la clase de distinción que hace que uno no sepa si elogiarlos o compadecerse de ellos: el año pasado, los coreanos del Sur trabajaron más horas que nadie en el planeta, 30% más que los estadounidenses y 65% más que los franceses.

En Corea del Sur los empleados trabajaron un promedio de 2380 horas en 2004: alrededor de 48 horas semanales con vacaciones de dos semanas. Esta información fue proporcionada por un amplio estudio de la vida laboral, publicado este mes, en Ginebra, por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los Indicadores Clave del Mercado Laboral, o KILM, como los denomina el autor del informe, no son perfectos. No se dispone de datos de muchos de los países más pobres, situación lamentable, porque es de suponer que un campesino o un comerciante de un país menos desarrollado trabajan más horas que los empleados de cualquiera de los países más ricos del mundo.

Pero en lo que se refiere a las estadísticas globales, la última edición de KILM es la mejor evaluación disponible sobre el trabajo en el mundo. Este año aparece en el momento justo para hacer una retrospectiva de 2005. Los datos del informe confirman a veces el saber popular, y otras veces lo contradicen. El estudio revela que los griegos, que en 2004 trabajaron un promedio de 1925 horas, trabajan más horas que los estadounidenses (1824). Los españoles trabajaron 1799 horas, más que los ingleses, quienes lo hicieron 1669 horas.

En Europa, los datos revelan la existencia de tendencias regionales. La gente del este y el sur del continente trabaja más horas que las personas amparadas por los programas de bienestar social del norte de Europa, donde los sindicatos han sido tradicionalmente más fuertes. También hubo diferencias tras la caída del comunismo: para los checos, el capitalismo significó menos horas de trabajo, pero para los húngaros significó trabajar más.

El caso irlandés

Sorprendentemente, los datos demuestran que no todos los países se vuelven más ricos trabajando más horas. Los irlandeses han disminuido progresivamente las horas de trabajo desde 1986 hasta hoy, el mismo período en que despegó su economía para convertirse en una de las más brillantes de Europa. El año pasado, los irlandeses trabajaron 285 horas menos que hace dos décadas, una reducción del 15 por ciento.

Las horas de trabajo son sólo un aspecto del KILM, una evaluación que cubre muchas facetas, desde la productividad hasta el desempleo. Pero el número de horas de trabajo anuales es un índice importante para comparar hábitos laborales, especialmente entre Europa y Estados Unidos.

Tal como señalaron Alberto Alesina y Çedward Glaeser, de Harvard, y Bruce Sacerdote, de Dartmouth, en un trabajo publicado en marzo, los europeos trabajaron más o menos el mismo número de horas que los estadounidenses a principios de la década de 1970, pero ahora trabajan un promedio de un 50% menos. La principal diferencia son las vacaciones, ya que los europeos se toman cuatro o cinco semanas anuales más que los estadounidenses. Y esa divergencia explica un matiz esencial para entender la productividad, el importante pero delicado instrumento que los economistas usan para medir la eficiencia de los trabajadores.

Francia es el país del mundo más productivo en relación con las horas de trabajo, según los datos del KILM. Pero si se mide sobre la base de cada empleado, Estados Unidos ocupa por lejos el primer lugar en el mundo. En otras palabras, cuando los franceses trabajan, son extremadamente eficientes. Pero como cada empleado se toma cinco semanas de vacaciones o más, produce menos para una empresa en el curso de un año que un trabajador de Estados Unidos. (Sin embargo, Francia sigue siendo relativamente competitiva en la evaluación por empleado, ya que ocupa el quinto lugar.)

Durante el año pasado, cada empleado estadounidense produjo un promedio de 63.617 dólares en bienes y servicios. Es un 37% más productivo que en Inglaterra, 17% más que en Francia, 45% más que en Alemania y 40% más que en Japón. La brecha entre Europa y Estados Unidos se ha estado ensanchando durante años, con la excepción de Irlanda, que según el informe está alcanzando a EE.UU.

Los economistas dicen que los países deben preocuparse cuando baja la productividad, pero no tanto cuando se reduce el número de horas laborales. En cuanto a los surcoreanos, podrían reducir fácilmente sus horas de trabajo si aumentaran la productividad, que por hora alcanza solamente a un tercio de la de los franceses.

Por Thomas Fuller
Del International Herald Tribune

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