LA MASACRE DE AVELLANEDA: EL VEREDICTO DEL TRIBUNAL ORAL DE LOMAS DE ZAMORA

Clarín

Fuente: Clarín

Duras condenas a ex policías por el crimen de Kosteki y Santillán

El ex comisario Fanchiotti y su chofer, el ex cabo Acosta, recibieron prisión perpetua. Se los acusa de doble homicidio y otras siete tentativas de homicidio. Les dictaron penas menores a otros seis ex policías.

Lucio Fernández Moores.
Fuente: Clarín

Quizá pueda decirse que fue el final de una crónica anunciada. Dos ex policías bonaerenses, el ex comisario Alfredo Fanchiotti y el ex cabo Alejandro Acosta, fueron condenados anoche a prisión perpetua por los homicidios de los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, ocurridos hace tres años y medio en Avellaneda.

La pena, la misma que habían pedido los abogados querellantes de los familiares de las víctimas y la Fiscalía, también incluyó para ellos otros delitos: siete intentos de homicidio en perjuicio de igual número de manifestantes heridos graves el 26 de junio de 2002, cuando la Policía bonaerense, junto con otras fuerzas de seguridad, impidió un intento de corte del Puente Pueyrredón.

Fanchiotti y Acosta son los policías que aparecieron en situación más comprometida en las fotografías y filmaciones de los medios de prensa, sobre todo, las publicadas por Clarín, que reflejaron lo que se dio en llamar la Masacre de Avellaneda. Esas pruebas fueron concluyentes.

Tres años y medio pasaron desde los homicidios, siete meses desde el inicio del juicio, y tres horas y media de la hora pautada para la lectura del veredicto. Ese fue el tiempo que se sumó sobre los familiares hasta que, con la lectura del fallo, llegó la sensación de justicia.

Las duras condenas fueron dictadas por el Tribunal Oral en lo Criminal Nø 7 de Lomas de Zamora, presidido por la jueza Elsa López Moyano y también integrado por sus colegas Roberto Lugones y Jorge Roldán. La semana pasada, tras las últimas palabras de los acusados, los jueces dijeron que ayer a las 17 darían a conocer su decisión.

La lectura se demoraba y nadie daba explicaciones. Afuera, los militantes de agrupaciones piqueteras y sociales que concurrieron en apoyo al reclamo de justicia comenzaban a sospechar que las esperadas condenas no serían tales.

Al parecer sólo se trataba de problemas técnicos con la computadora del tribunal, detalles de último momento en la redacción de la sentencia y más problemas con la impresora. Los jueces aparecieron en la sala a las 20.24, apenas un rato después de que un canal de TV anunciara en letra catástrofe que sólo habría penas leves para los ex policías.

No fue eso lo que pasó. La secretaria del tribunal empezó la lectura. Se rechazaron las nulidades planteadas por los defensores y se ordenó abrir otras causas por posibles falsos testimonios de los ex funcionarios Carlos Soria, Jorge Vanossi y Oscar Rodríguez. Luego, las penas. Nada se escapó de lo previsible.

Al ex comisario Félix Vega -ex superior de Fanchiotti- y a los ex oficiales principales Carlos Quevedo y Mario De la Fuente les dieron cuatro años de prisión por encubrimiento agravado de los homicidios. No irán a prisión mientras la sentencia no esté firme. Los otros dos acusados de encubrimiento, el oficial Gastón Sierra y el cabo Lorenzo Colman, fueron condenados a tres y dos años de cárcel, respectivamente. En caso de volver a ser condenados tendrán que ir a prisión. El ex policía Celestino Robledo recibió la pena más leve: diez meses por "usurpación de autoridad". Actuó en la represión aunque ya no era policía.

De todos ellos, sólo Acosta escuchó su propia condena. Estaba de traje, impertérrito y tapado por los abogados y los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense. Fanchiotti -que también ya cumplía prisión preventiva- había pedido permiso para no concurrir y los otros no fueron.

"Me aguanté hasta ahora verles las caras. Se van a pudrir en la cárcel esos dos asesinos", gritó Aurora Cividino, una de las manifestantes heridas, apenas los jueces se retiraron de la sala. En ese momento, a las 20.46, fue la primera en quebrar el silencio tras la lectura. "¡Bien, compañeros!", exclamó. Enseguida se plegaron los otros. "¡Piqueteros, carajo!", fue el cántico natural.

Dentro de la sala, además de los familiares y algunas víctimas, estaban también desde Nora Cortiñas, presidenta de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, hasta dirigentes piqueteros como Néstor Pitrola, del Polo Obrero, o Laura Ginsberg, de APEMIA, familiar de una víctima de la AMIA.

Ya fueron condenados los autores materiales. Ahora los familiares quieren que avancen las investigaciones sobre las responsabilidades políticas.

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