"El paso siguiente del neoliberalismo puede ser la ultraderecha o un liberalismo de centro moderado con preocupación social"

Wendy Brown es la filósofa que amalgamó en el ámbito académico norteamericano el pensamiento de Karl Marx, Sigmund Freud y Michel Foucault. Su investigación sobre el neoliberalismo, el género y las nuevas formas de participación es clave. Profesora de Ciencia Política en Berkeley, su obra fue traducida a más de veinte idiomas. Fue profesora de la Escuela de Verano de Teoría Crítica de Birkbeck, becaria invitada del Centro de Humanidades de la Universidad de Cornell y profesora visitante en la Universidad de Columbia (2014).

Los gurkas

 

La economía es una ciencia con algunas características que la hacen singular. Una de ellas es que interviene en las relaciones de poder entre clases sociales. Al hacerlo deja de funcionar solamente como ciencia y lo hace también como ideología. Esto es así porque entre sus roles se encuentra el de brindar argumentos para legitimar determinada estructura de distribución del ingreso al interior de la sociedad. Por ello, resulta de interés señalar algunos ejemplos de gran visibilidad mediática, en particular, el caso de aquellos economistas que pueden denominarse de manera sintética y por sus posiciones maximalistas, “los gurkas”.

Entre la continuidad y el cambio

Continuidad con cambios. O Cambiemos. Esas parecen ser las alternativas que, en materia económica, presentan el Frente para la Victoria y la alianza Cambiemos, los dos proyectos que concentraron la mayoría del electorado y se medirán en segunda vuelta el 22 de noviembre. Y es que mientras que el programa del espacio político liderado por Mauricio Macri promueve fuertes modificaciones para la economía que se ha venido desarrollando durante el ciclo kirchnerista, para el candidato oficialista Daniel Scioli se trata de “continuar con todo lo construido en estos doce años, seguir profundizando lo que se hizo bien y cambiar los errores que tuvimos”.

A triunfar con Scioli

Hoy estamos, por cierto, golpeados; muy golpeados, pero no vencidos. El conservadurismo, que evidentemente también recogió muchos votos de los sectores populares, está de fiesta lanzando sus “despolitizados” globos, a diestra y siniestra (perdón, por lo de siniestra).

Mil interpretaciones habrá sobre lo sucedido: triunfo de la antipolítica; errores con la designación de tales o cuales candidatos; algunos personajes por cierto impresentables; desencantos y tristezas de los propios; reactualización de principismos abstractos desde el mismo campo del amplio espacio del kirchnerismo y/o de los “progresistas” o “de izquierda”.

Lo cierto es que la derecha, apoyada como siempre de manera transnacional, pudo nuevamente avanzar para poner al país ante la posibilidad de retroceder hacia la terrible década de los 90, donde se sufrió tanto y se perdieron tantos derechos. Los derechos que se recuperaron a partir del 2003 y los muchos nuevos que se concretaron no fueron suficientes para evitar el refortalecimiento de las perspectivas neoliberales.