Agnotología

El profesor estadounidense de Historia de la Ciencia de la Universidad de Stanford, Robert Proctor, inventó el término agnotología. Lo definió como el estudio de la ignorancia inducida con la publicación de datos tendenciosos. La industria del tabaco es una de las áreas que Proctor ha estudiado con más dedicación. Otro investigador, Philip Mirowski, historiador y filósofo del pensamiento económico de la Universidad de Nôtre Dame, aplicó ese concepto a la economía, y lo presentó en su último libro Nunca dejes que una crisis te gane la partida. Existe un sólido bloque de analistas, economistas del establishment y hombres de negocios obsesionados con el kirchnerismo que son maestros en el arte de la agnotología.

¿Lastres de la década? El discurso económico en disputa

“El kirchnerismo, conceptualmente, nos ha hecho retroceder 30 años. Hoy se ha vuelto a discutir los controles de cambio, la inflación, si tener déficit es bueno o malo El Gobierno dejará un déficit fiscal difícil de manejar, una deuda importante, una economía estancada o ligeramente recesiva y un tipo de cambio atrasado. En indicadores de pobreza o indigencia estamos igual que a mediados de las décadas de 1980 y 1990” (diario La Nación, 24 de mayo de 2015).

Lo cierto es que “las grandes transformaciones estructurales” promovidas por el modelo de acumulación basado en la valorización fi nanciera hicieron estallar un conjunto de “bombas de tiempo” durante la crisis de la convertibilidad. Y éste es un dato objetivo, tan peligroso que puso en riesgo a la soberanía de la Nación. No faltó quien, por entonces y pese a ser parte responsable de lo ocurrido, recomendara poner la gestión integral de la Argentina en manos de una consultoría internacional integrada por expertos de los organismos multilaterales de crédito y con plenos poderes para hacer y deshacer en materia económica y social. Por cierto, tal “asesoramiento” se pagaría tomando más deuda externa. Afortunadamente primó el sentido común y, por un pelo, tal dislate fue descartado.

Políticas públicas y reclamos privados

Algunas estimaciones privadas y el discurso de la Presidenta de la Nación ante la Bolsa de Comercio volvieron a situar al tema de la inversión, esta semana, en el centro del escenario económico. En un año teñido por las expectativas del cambio de gobierno, y un viento del exterior que trae el aroma de nuevos desequilibrios financieros mundiales y anuncios de una prolongación de la recesión brasileña, la economía argentina vuelve a sorprender con un proceso de repunte de la inversión que ya cumplió siete meses. Repasando los datos que hizo públicos esta última semana la consultora Orlando Ferreres y Asociados –a los que Cristina Fernández aludió en la Bolsa–, la inversión real de los primeros siete meses (medida en términos físicos, es decir restando la incidencia de la variación de precios) aumentó en un 4 por ciento con respecto al mismo período del año anterior, alcanzando una nada desdeñable proporción del 20,2 por ciento del Producto Bruto.

Adelmo

En el acto de celebración del 161° aniversario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires hubo un contrapunto discursivo entre Adelmo Gabbi y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El titular de la entidad bursátil sintetizó la evaluación del establishment sobre el período económico del kirchnerismo. En ese balance destacó la gestión de Néstor Kirchner como muy buena, para de esa forma criticar y minimizar la liderada por CFK. Este es el camino elegido por los hombres de negocios para la construcción del sentido acerca de los últimos doce años en una prueba más de la incomprensión por parte del poder económico y de sus analistas acerca de la esencia del ciclo político iniciado en 2003.

“El Estado nos permite resistir la actual crisis global”

A diferencia de muchos de sus colegas, Ricardo Aronskind no soslaya el contexto global a la hora de hablar de la situación económica argentina. No es para menos, si se tiene en cuenta que luego de obtener su licenciatura en Economía por la UBA, cursó una maestría en estudios internacionales por la Flacso, para luego, desde la Universidad Nacional de General Sarmiento, coordinar el Programa de Seguimiento de la Crisis del Orden Mundial. Por eso, en la entrevista que mantuvo con Miradas al Sur, hizo referencia a la actual situación mundial para explicar el período de estancamiento por el que está atravesando la economía argentina. Según señaló “la incidencia global es hoy muy importante, hay que tener en cuenta que el índice de precios de las commodities llegó al mismo valor del 2002, es decir, al año previo a la llegada de los Kirchner al gobierno.

Balance de logros y deudas en el crecimiento industrial

Cuando restan poco más de cinco meses para que el ciclo desarrollado bajo las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner llegue a su fin, parece resultar patente que el fuerte crecimiento industrial dejará un legado político mucho más robusto que económico. Y que, de hecho, el desafío de una fuerza con una política económica afín a la desarrollada durante los últimos doce años –es decir de protección del empleo y los ingresos–, será dar un salto cualitativo que permita consolidar al sector industrial.

Del canibalismo a la inclusión social

Vivimos un momento cuya trascendencia se oscurece al ritmo de las banalidades de la campaña electoral. El escenario político aparece dividido y las causas de la polarización no son claras. De un lado, el Gobierno propone profundizar un proyecto de inclusión social que, con sus más y sus menos, ha intentado concretar a lo largo de los últimos años. Del otro lado, una derecha rabiosa proclama el “fin del ciclo K”, pero no explicita el proyecto de sociedad al que aspira. Su objetivo es, en realidad, una vuelta al pasado. La inclusión social, la integración nacional, la participación activa de la población en el debate de políticas y en el control de gestión son algunos de los problemas medulares del momento. Sin embargo, la farándula política los oculta. Esto no es casual.

En otras notas publicadas en este diario hemos analizado la crisis global del capitalismo (Página/12: 6/1/2015; 15/7/2014; 14/3/2014). Esta no es sólo una crisis económica. Es también una crisis del sistema democrático liberal. De esto se habla poco y nada. Sin embargo, es un problema central. En lo que sigue abordaremos algunos aspectos de esta cuestión que, a nuestro entender, ayudan a comprender las limitaciones de nuestro propio sistema político.

Romper todo

El encuentro fue el pasado miércoles en el Hotel Alvear. La organización corrió por cuenta del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, una entidad integrada por varias cámaras empresarias y presidida por Eduardo Eurnekian. Sus luminarias fueron Miguel Angel Broda, Carlos Melconian y el tosco José Luis Espert. A ninguno de los tres se lo conoce por sus aportes al pensamiento económico.

Marcha, discursos y esa cosa blanda

En El hombre unidimensional, publicado en 1964, el filósofo Herbert Marcuse decía, refiriéndose al discurso de las clases dominantes, de sus representantes políticos y de los medios de comunicación del establishment: “Su universo del discurso está poblado de hipótesis que se autovalidan y que, repetidas incesante y monopólicamente, se tornan en definiciones hipnóticas o dictados”. En otras palabras, Marcuse está hablando de la creación del sentido común, una producción vertical e impuesta por quienes tienen el poder de la reproducción de la palabra. Podría decirse que los sujetos del sentido común no hablan, sino que son hablados por ese discurso.