¿Qué dice la ciencia sobre el fenómeno EL NIÑO?

Uno de los patrones climáticos más conocidas que hemos llegado a reconocer y comprender mejor es el de EL NIÑO. Veamos qué dice la ciencia al respecto.

El fenómeno meteorológico conocido como EL NIÑO produce el calentamiento de las aguas del Pacífico a la altura del Ecuador y es causante de cambios climáticos a escala planetaria.

No tiene un patrón fijo. Es un evento cíclico pero aún no se ha podido determinar sus plazos concretos, si los tuviera. Los especialistas hablan de ciclos de entre tres y ocho años pero por el momento, y debido a esta alta variabilidad, lo único que se puede adelantar son las probabilidades que existen cada año para que el fenómeno aparezca.

Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires

En 1886, Florentino Ameghino publicó un folleto que recogía sus opiniones sobre “las inundaciones, las secas y los trabajos necesarios para evitarlas".

Ese trabajo, reimpreso en varias oportunidades por el Ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, toma dramática actualidad cada vez que una sequía pronunciada a una devastadora inundación castigan a la Pampa Deprimida.

Como complemento del artículo que REALIDAD ECONÓMICA publica sobre el tema en este número, reproducimos dos capítulos de la obra en la que, hace casi un siglo, el sabio naturalista afirmaba: La Provincia necesita Obras de retención de las aguas y no de desagüe.

¿De dónde no viene el agua?

Cuando las aguas aprietan, y eso se repite periódicamente merced a un régimen de lluvias generoso pero no siempre racional, porque la naturaleza no tiene por que serlo, la búsqueda de razones que expliquen miles de evacuados y pérdidas económicas ingentes se parecen a argumentos de circunstancias.

“No es casual que las inundaciones sucedan en el corazón sojero del país”

APU: ¿Cómo analiza la situación de las inundaciones?

Jorge Cappato: No es casual que estas inundaciones catastróficas están sucediendo en el corazón de la principal zona sojera del país, es decir, en la provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires; las tres provincias productoras de soja por excelencia. También hay producciones en Chaco, Santiago del Estero y Salta; que también han sufrido parte de este fenómeno de lluvias extraordinarias y que son una de las causas. Pero precisamente son estos eventos climáticos extraordinarios cada vez más frecuentes los que vienen a debelar el estado de degradación profundo del ecosistema agrario. Básicamente debido a la expansión del monocultivo de transgénicos, en primer lugar la soja, después todos los otros transgénicos como el maíz.

Jaime Sorín: “Las obras se podrían haber hecho eligiendo las prioridades”

“Con las obras adecuadas y un plan de contingencia” se podrían haber “mitigado los daños” de las inundaciones que asolaron en los últimos días a las ciudades de Buenos Aires y La Plata, opina Jaime Sorín, ex decano y profesor de la Facultad de Arquitectura de la UBA. Además de la falta de obras, lo que contribuyó al anegamiento en algunos barrios porteños fue “que en los días previos se cortaron muchas ramas, que no se recogieron por el feriado, que taparon alcantarillas, sumado a que es otoño y hay más hojas caídas”, y a que “se redujeron superficies de absorción” al eliminar adoquinados y la grama de espacios verdes y reemplazarlos por cemento. Tanto una como otra ciudad se vieron afectadas a su vez por las consecuencias de “un boom inmobiliario sin ningún control”, indicó. En la última década, destacó Sorín, se construyeron en la ciudad de Buenos Aires 25 millones de metros cuadrados nuevos, y se mantuvo la misma infraestructura de la década del ’50.

Inundaciones Miseria y opulencia II

El fenómeno reciente de inundaciones y crecidas en el Litoral no ha sido el mayor registrado en este siglo, ni por su duración, ni por las alturas alcanzadas por los ríos en los puntos críticos, ni por los caudales máximos en los grandes emisarios como el Paranaá y el Uruguay. La gran resonancia nacional que ha tenido este fenómeno —quizás aún inconcluso— es atribuible a diversos factores, la mayoría de los cuales se han potenciado entre si.

Crecidas: miseria y opulencia - (Primera Parte)

El argentino común —no inundado—, ante las noticias del desastre humano y físico que representa esta onda de crecida del año 1992, tenderá a considerarla como un hecho de la fatalidad.

Este hipotético ciudadano medio quizá no se detenga a pensar que, ademas de la cuota inevitable que todos pagamos por hechos anómalos de esta naturaleza —en este caso precipitaciones de gran magnitud que se presentan con cierta frecuencia—, estamos pagando los intereses de otra deuda interna.