Flujos de información y poder

Asilado en la Embajada de Ecuador en Londres desde junio 2012, el australiano fundador de Wikileaks, Julian Assange, figura como objetivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. en lo que llama un cronograma de cacería humana, según confirmaron recientes revelaciones de Edward Snowden. La inculpación: haber difundido secretos del Departamento de Estado a los que tuvo acceso Wikileaks, reivindicando una Internet y un periodismo libres. En las líneas que siguen, Assange expresa sus puntos de vista a un cuestionario formulado por ALAI respecto a temas como globalización y gobernanza de Internet; vigilancia y seguridad ciudadana; transparencia gubernamental y rendición de cuentas, y la vigilancia ciudadana sobre las autoridades.

La gobernanza de Internet: ¿Ensayo de la gobernanza del mundo?

Ante el anuncio del gobierno de los Estados Unidos, el pasado viernes 14 de marzo, de su intención de renunciar al control que ejerce sobre Internet, apareció en foros internacionales sobre este fundamental asunto la propuesta de «apoyar y ampliar el modelo “multistakeholder” de la creación de políticas y la gobernanza de Internet». El autor de este artículo considera que “tomará un gran trabajo poder darle una forma concreta a la de manera que pueda cumplir de forma democrática, transparente y sin exclusiones las funciones que se esperan de ella.”

“Cuando caiga Internet viviremos en pánico”

Dan Dennett (Boston, 1942) es un hombre pausado. Con barba blanca, aspecto de catedrático entrañable y movimientos tranquilos, nadie esperaba cuando subía los escalones hacia el escenario del TED que el muy respetado filósofo norteamericano estuviera a punto de soltar una andanada que resuena aún por los pasillos del teatro construido por el arquitecto David Rockwell: “Internet se vendrá abajo y cuando lo haga viviremos oleadas de pánico mundial. Nuestra única posibilidad es sobrevivir a las primeras 48 horas. Para eso hemos de construir –si se me permite la analogía– un bote salvavidas”.

¿Qué democracia tenemos?¿Qué democracia queremos?

En los últimos meses se ha ido extendiendo la idea de que las instituciones políticas de los países europeos tienen crecientes dificultades ya no para controlar, sino simplemente para responder o acomodarse a dinámicas económicas y financieras que les desbordan por completo. La economía parece naturalizada, moviéndose al margen de cualquier capacidad de adecuación a las necesidades humanas. Y los efectos sobre la vida de la gente son tremendos. Frente a todo ello, mientras los poderes públicos buscan obstinadamente salidas ortodoxas que satisfagan las exigencias de los mercados financieros, hasta el punto de modificar urgentemente constituciones, mucha gente se empieza a mostrar tremendamente molesta por la docilidad y servidumbre política. En este marco, resulta necesario repensar los principales basamentos de
nuestro sistema democrático.

Internet, la revolución que Marx no imaginó

La economía mundial crece y la pobreza cae en la segunda década del siglo XXI. Detrás, hay una gigantesca ola de innovación, de raíz tecnológica, y su punto de inflexión es un acontecimiento geopolítico que ha modificado la estructura del poder mundial, al trasladar el centro de gravedad del sistema de los países avanzados a los emergentes, de EE.UU. a China. Los usuarios de Internet son hoy 2.500 millones y aumentan 500 millones por año (500.000 por día). Serían 4.000 millones en 2015, más de la mitad de la población del mundo; y abarcarían a 80% de la población del planeta en 2030.