Taylorismo y fordismo en la industria argentina de los ´30 y ´40

En esta entrevista, realizada en el mes de julio de 1994, Adolfo Dorfman, autor entre otras obras de “Historia de la industria argentina “Cincuenta años de industrialización en la Argentina” y “La industrialización argentina en una sociedad en cambio" (RE 112), analiza la situación de la industria en la Argentina durante las décadas de los '30 y '40. Reflexiona, especialmente, sobre las formas de aplicación en nuestras industrias de los sistemas de taylorización y fordización y los compara con los desarrollados en los Estados Unidos para la misma época.

16 toneladas

Una de las actividades que entonces se ennoblecieron con el prestigio de la ciencia fue el Management Científico, también llamado Ciencia del Trabajo. Su fundador era Frederick Winslow Taylor (1856-1915), un personaje a quien se sigue reverenciando en ciertos cursos de organización industrial y hasta en la mismísima Wikipedia. Los historiadores reconocen que Taylor fue tan importante como Ford a la hora de configurar la estructura de las fábricas de la segunda Revolución Industrial. Por eso se ha hecho habitual hablar de fordismo-taylorismo, a pesar de que estos sistemas respondían a esquemas ideológicos distintos, y es que en la práctica se complementaron eficazmente.

Capitalismo Cognitivo. Releer la economía del conocimiento desde el antagonismo capital-trabajo

Este trabajo se articulará en dos partes:

En la primera nos proponemos presentar los fundamentos teóricos y la especificidad del programa de investigación en torno a la tesis del capitalismo cognitivo respecto de otras interpretaciones del nuevo capitalismo que hacen referencia, por ejemplo, al concepto de economía fundada sobre el conocimiento o al concepto de revolución informática.

El efecto Hawthorne

Se dice que la matemática es la única ciencia “exacta” porque tiene el privilegio de crear sus propios objetos. Lo realmente extraño, decía Einstein, es que la realidad siempre termina comportándose de acuerdo con ella.

Todas las demás ciencias tienen márgenes de imprecisión más o menos amplios, porque no tienen más remedio que basarse en la medición de los fenómenos, que jamás puede ser perfecta. El punto geométrico de Euclides no tiene extensión y la línea carece de anchura, pero en el mundo físico los puntos y las líneas ocupan algo de espacio.