Por la democracia y la integración regional

La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) y la Confederación Gremial Nacional Unida de la Mediana, Pequeña y Microindustria, Servicios y Artesanado de Chile (CONUPIA) expresan su solidaridad con el destituido presidente democrático de Paraguay, Fernando Lugo, y el pueblo de ese país, que en la última semana han sido víctimas de un golpe institucional.

Las entidades manifiestan su enérgico repudio al desconocimiento de la voluntad popular por parte de una Legislatura desprestigiada, que sirve al propósito de instaurar en la nación hermana un retroceso de las aspiraciones populares en beneficio de los poderes corporativos y los sectores políticos tradicionales.

La nación golpeada

¿Qué pasa en Paraguay? El pasado 22 de junio su presidente Fernando Lugo fue derrocado por el congreso. La matanza de campesinos a manos de las fuerzas de seguridad -matanza en la que se cruzan ineficacias, dramas estructurales y fogoneos de la oposición tanto liberal como colorada- abrió una crisis política que derivó en un juicio político express y sin precedentes, al tiempo que recaló en un mecanismo no tan novedoso para la cadena genética de la región: el golpe de estado parlamentario. Detrás de la ambigua potencia de ese calificativo, se esconden las capas con las que se forma la compleja estructura política del Paraguay: un férreo esqueleto formado por más de tres décadas de hegemonía del Partido Colorado sobre el que se intentó construir, en estos años de experiencia luguista, una alternativa distinta pero endeble. Entre la fragilidad, el fusilamiento parlamentario y la resistencia, caminamos Asunción para ver las marcas de una continuidad democrática que se quebró desde adentro.

Paraguay: ascenso, vía crucis y caída de Fernando Lugo

En 2008 un obispo de la combativa región de San Pedro -sede de importantes luchas campesinas- llegaba a la presidencia de Paraguay mediante la Alianza Patriótica para el Cambio. Aprovechando una fuerte división dentro del Partido Colorado -con 61 años ininterrumpidos en el poder, incluyendo los 35 de la dictadura de Alfredo Stroessner-, Fernando Lugo logró ganar las elecciones y abrir una nueva etapa.

Pero apenas decidió dar su salto a la política, alentado por los pedidos de ciudadanos y movimientos sociales, especialmente campesinos, el "obispo de los pobres" tuvo un dilema: presentarse con su pequeño partido Tekojojá (Igualdad) y perder, o tratar de ganar aliándose al Partido Liberal Radical Auténtico (plra), una fuerza política tradicional opositora a la dictadura stronista. El fantasma de lo ocurrido en México, donde López Obrador denunciaba haber sido víctima de fraude, parecía bastante familiar en Paraguay. Por eso Lugo optó por aliarse con los liberales -capaces de proveer votos y garantizar que sean contados- y aprovechar la oportunidad -quizás irrepetible- de un Partido Colorado profundamente dividido entre Blanca Ovelar -la candidata de Nicanor Duarte Frutos, que al final de su mandato hizo una conversión discursiva al "socialismo humanista"- y Luis Alberto Castiglione, considerado el candidato "de la embajada" (de Estados Unidos). El trípode stronista gobierno-fuerzas armadas-Partido Colorado ya se había ido desarmando con la caída del dictador.

Venezuela y Paraguay en diez claves

Venezuela será miembro pleno del Mercosur el 31 de julio y Paraguay quedó suspendido del bloque hasta las elecciones de abril próximo. Las dos noticias quedaron ligadas porque el Senado paraguayo era el responsable de poner bolilla negra a la incorporación de Venezuela, pero el protocolo entre el Mercosur y Caracas fue firmado en 2006. Incluso el presidente paraguayo no era el centroizquierdista Fernando Lugo sino Nicanor Duarte Frutos, un colorado del ala que no tiene vínculos con los herederos del régimen dictatorial que encabezó entre 1954 y 1989 Alfredo Stroessner.

Con Venezuela y Paraguay de eje, sobre todo desde el viernes 22 de junio en que Lugo fue destituido, quedan algunos apuntes sueltos que pueden hilvanarse como sigue: