El mensaje de Úrsula

“Me callé siempre hasta que me vi muerta” ¿Cómo es posible que Úrsula, haya visto lo lo que le iba a pasar y no los que recibieron sus denuncias, los que rodeaban a su asesino? ¿Cómo es posible que lo veamos todo tan claro y siga todo igual?

Violencia machista: 143 femicidios en los primeros seis meses del 2020

Las cifras que deberían sorprender, no lo hacen. Año tras año se repite la violencia de género que mata. De enero a junio de este año, 143 femicidios registró el Observatorio Mumala en base a las notas en medios gráficos y digitales. Pese a las políticas públicas y las vías de denuncia, hubo una víctima por violencia machista cada 29 horas y 135 intentos de femicidios. 

Carta de Milagro Sala por #NiUnaMenos

Ya pasó más de un año desde que se inició la campaña Ni Una Menos. Hoy volvemos a reclamar, porque no vemos que haya políticas públicas para evitar los femicidios. Además tenemos que lamentar el cierre de programas nacionales de asistencia a las víctimas de violencia de género y que no haya planes ni acciones en ese sentido a nivel provincial.

La Argentina tiene hoy un presidente que no solo está vinculado con personajes como Raúl Martins, dueño de prostíbulos y acusado de trata de personas, sino también casado con una mujer denunciada por trabajar con talleres clandestinos que explotaban a niños y mujeres para abaratar los costos de sus prendas y continuar enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los más vulnerables.

Muchas voces, un grito

Como textos escritos con sangre, desde que se lanzó la convocatoria a manifestarse para forjar una voz colectiva que les diga ¡basta! a los femicidios, nuevos nombres se sumaron a la lista de víctimas. Puesta la atención sobre los cuerpos que se restan, los proyectos que no van a concretarse, las rebeldías que no se abrirán ya a nuevas historias de vida, las noticias de diarios locales, de ciudades pequeñas como La Esquina, en Corrientes, por ejemplo; en Campana, provincia de Buenos Aires, o el último y más espectacular, en Monte Hermoso, también en Buenos Aires, se amplifican, se replican, son la constatación de la necesidad del grito colectivo que busca su voz, su tono más estridente, la voz de la rabia y el hartazgo.