Una guerra contra los pobres

Las bases republicanas son conscientes de que su condición de blancos es cada vez más minoritaria

Últimamente, John Kasich, gobernador republicano de Ohio, ha hecho algunas cosas sorprendentes. En primer lugar, sorteó a la asamblea legislativa de su Estado —controlada por su propio partido— para llevar adelante el programa Medicaid, financiado con fondos federales y una pieza importante de la reforma sanitaria de Obama.

Como el Día de la Marmota

Barack Obama surfea la crisis no resuelta.

El 2 de febrero es el Día de la Marmota, una celebración de los granjeros que calculan cuándo será el fin del duro invierno del norte de los Estados Unidos según la conducta del bicho al salir de su madriguera luego de haber hibernado. Si está nublado, la marmota no ve su sombra y sigue de lo más campante: eso significa que queda poco frío. Si hay sol, la marmota ve su sombra y regresa a su madriguera: eso significa que hay que tener los abrigos a mano un mes más. El Día de la Marmota es también una película en la que un meteorólogo de televisión interpretado por Bill Murray va a cubrir, como cada año, la fiesta de la marmota en un pueblo de Pensilvania, y queda atrapado por una tormenta de nieve que cambia misteriosamente el tiempo: al día siguiente –y todos los días siguientes– volverá a vivir el 2 de febrero.

El cierre del Gobierno en Estados Unidos de América (EUA): primera confrontación en la lucha por la reforma económica

En los Estados Unidos todo el mundo está peleando por el paro del gobierno estadunidense. George Will (periodista que apoyó a Reagan en 1980) lo compara a la Ley contra Esclavos Fugados; Bill Moyers (periodista vocero de la Casa Blanca 1965-67) con la secesión. De todos lados, desde Rush Limbaugh (conservador con un popular programa de radio) hasta Jon Stewart (sátiro, crítico político de TV), se lanzan acusaciones mordaces. La ciencia política, la teoría del juego e incluso la astrología son invocadas para explicar la vergüenza de la arriesgada política de Washington.

Cierre de gobierno provocó daños innecesarios en economía: Obama

El presidente estadunidense, Barack Obama, dijo hoy que "no hay ganadores" tras haberse superado la parálisis parcial de la Administración federal, que ha provocado un "daño innecesario" que seguramente ha frenado la recuperación económica.

El presidente hizo esas declaraciones en la Casa Blanca pocas horas después de firmar el acuerdo del Congreso para elevar el techo de la deuda y autorizar las asignaciones presupuestarias para el funcionamiento de las agencias federales, que estuvieron cerradas durante 16 días por falta de fondos.

Las opciones ante la amenaza, todas dañinas

Así que los republicanos parecen haber decidido elevar el techo de endeudamiento sin condiciones, aunque los detalles no son claros. Tal vez sea el fin de esa extraña táctica de extorsión, o tal vez no, porque, en el mejor de los casos, sólo estamos ante una extensión transitoria y muy breve. La amenaza de tocar el techo de deuda sigue existiendo, especialmente si la política de parálisis del gobierno sigue yendo en contra del Partido Republicano.

El temor al default de EE.UU: una tormenta que puede arrastrar al mundo

Todo aquel que recuerde el colapso de Lehman Brothers, hace poco más de cinco años, sabe lo que significa un desastre financiero global. Un default del gobierno de Estados Unidos , del que nos separan apenas unos días si el Congreso no logra elevar el techo de endeudamiento antes del jueves próximo, será una calamidad económica nunca vista.

Después del cierre de la administración, ¿tal vez un poco de igualdad?

Los ejecutivos de las empresas privadas con contratos federales se enriquecen con nuestros impuestos, a expensas de los trabajadores de bajos salarios. Pero podemos cambiar la torna. Veámoslo.

El debate sobre el presupuesto federal de Estados Unidos es cada vez mas rancio, y no lleva a ninguna parte, como nos recuerda tristemente el cierre de la administración. La obsesión política por el déficit presupuestario se ha transformado en extorsión legislativa.

El juego pérfido

En el film El Rebelde sin Causa, un muchacho de la escuela reta a otro a una carrera de autos que termina en un abismo. El juego se llama Gallina. El piloto debe de llevar el auto a la mayor velocidad al abismo y saltar justo antes. El que salta primero es el que pierde. Huelga decir que uno de los muchachos muere. Muy macho, cuando quiere saltar se le atora la manga en la manija de la puerta y ya sobre el abismo no hay nada que hacer.