“En YPF hay que hacer la gran Evo Morales”

Gustavo Calleja
El 15 de noviembre de 1963 el presidente Arturo Illia firmó dos decretos que anulaban contratos de locación con petroleras extranjeras con YPF, acordados durante el gobierno de Arturo Frondizi por “vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación”. El mandatario criticado por los medios de comunicación por su “lentitud” había tomado esa decisión porque entendía que en lugar de locación se había hecho una concesión para la extracción de petróleo del suelo argentino. Lejos de dichas acciones pero encaminado hacia la recuperación de YPF del desastre económico y social que significó la privatización de los yacimientos petrolíferos fiscales, el gobierno de Cristina Kirchner expropió el 51 por ciento de la empresa a la española Repsol, proyecto que se convirtió en ley con un fuerte respaldo el pasado 3 de mayo. A propósito de este tema, el último lunes Gustavo Calleja, subsecretario de Energía durante el gobierno de Raúl Alfonsín, presidente de la Fundación Arturo Illia y vicepresidente del Movimiento para la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno), brindó una conferencia en la sede de la Universidad Nacional de Rosario sobre “Los recursos energéticos de la Argentina”, y en especial sobre el “Caso YPF”. En una entrevista previa con El Ciudadano, Calleja se explayó sobre el tema.

—­­¿Qué piensa de la expropiación de YPF?

—Yo no estoy totalmente de acuerdo. Me parece que se quedaron cortos porque ya, con esto tenemos el 30 por ciento del mercado. Falta el 70 por ciento que está en manos de empresas como Chevron, Petrobras y Panamerican Oil porque también hay que revisar esos contratos. En YPF hay que hacer la gran Evo Morales, hay que decirles: “Bueno muchachos estos contratos no van más”. Hay que hacer nuevos contratos donde ellos ganen y nosotros también. Acá falta hacer denuncias penales sobre los daños ambientales. Los que autorizaron las exportaciones también deben ser investigados. Todos los que contribuyeron al vaciamiento de la Argentina. Y habrá que investigar el tema de Enrique Eskenazi (accionista de YPF que fue cercano a Néstor Kirchner). Todo tendrá que tener una investigación. Porque acá hay daños, daños muy grandes. El país fue vaciado. Después hay que salir y conseguir recursos para crear empresas productoras de energía eléctrica con instalaciones de plantas hidroeléctricas, nucleares, y también desarrollar el tema del carbón. Con el gas, hay que seguir con la exploración para ver si tenemos suerte y podemos cortar con la importación y poder autoabastecernos. El autoabastecimiento se perdió porque no se hizo exploración. A la empresa que no invirtió e incumplió con la ley de hidrocarburos habrá que echarla y habrá que quitarle la concesión. Que se hagan contratos con participación. A mi me parece que es muy importante que pertenezca al Estado nacional para que desaparezcan las empresas productoras. Además, quiero que todas las provincias participen de la renta porque todas contribuyeron al desarrollo de los yacimientos. Por eso fue muy importante el voto del senador Rubén Giustiniani. Es muy importante que todo el petróleo sea de todos los argentinos porque todos lo descubrimos a través de YPF y todos pagamos impuestos para que la empresa se desarrollara. Si en 1989 teníamos 40 años de reservas de gas y casi 20 años de petróleo fue porque todos los argentinos pusimos para ello. No puede ser que sea manejado por gobernadores que después aparecen con candidaturas como la de Jorge Sobisch, Mario Das Neves o el mismo Kirchner. ¿De dónde sacaron la plata para pagar la campaña?

Ahora tienen la posibilidad de volver a tener lo que era antes: el petróleo es un bien estratégico y no un bien de mercado. Eso requiere una manifestación del Estado nacional que se haga cargo de todo. De las inversiones y de los precios, para que todos tengamos los mismos precios desde Tierra del Fuego hasta La Quiaca. Que se hagan las inversiones, que sean claras y de a poco podremos salir del desastre que nos dejó la política de reemplazar el Estado por la cuestión de mercado. Que la impuso Carlos Menem y la sostuvieron los que vinieron después.

—¿Qué piensa del nuevo gerente de la empresa, Miguel Galuccio?

—No lo conozco pero pienso que ha trabajado con (Roberto) Monti a quien conocí en YPF. Conoce la empresa pero las cosas se ven cuando caminan. Es un hombre del sector y eso es importante.

—¿Se podrá recuperar YPF?

—Siempre se puede recuperar. Pero hay que hacerla crecer. Yo no soy el gobierno y estas son ideas que me surgen a partir de mi experiencia. A los contratos que representan el 70 por ciento de la producción de hidrocarburos hay que sacarlos de la categoría de concesión y que pasen a trabajar para YPF con contratos de locación y de servicio. Y que YPF se quede con todo el crudo nacional que se produzca. De esa forma a lo mejor mejoramos un poco la producción y nos dedicamos a mejorarla para el futuro. Tenemos que eliminar la importación, por lo menos eso se termina con inversiones muy fuertes. Hay que hacer por lo menos dos o tres “chocones” por año (en referencia a la represa El Chocón), con 5.000 millones de dólares puestos. Toda esa plata es la que se llevaron para el exterior a partir del gobierno de Carlos Menem, y eso es lo que no se invirtió. Por eso no hay represas nuevas, plantas nucleares nuevas, y esa energía de bienes no agotables es la que tiene que reemplazar el crudo y el gas que es la ecuación dominante en la Argentina y que hoy por hoy nos trae problemas.

—Con una inversión de 5.000 millones ¿cuánto tiempo se demoraría en levantar la empresa completar el autoabastecimiento?

—Eso es a largo plazo. El Chocón es una represa que se hizo en dos años. El tema es que ahora no hay nada en construcción. La central nuclear Atucha II está ahora en prueba y falta un año para que sea puesta en funcionamiento. Por eso, ya tenemos que pensar en Atucha III y tenemos que pensar también en Paraná Medio y en las represas del sur. Está bien que las hagan, el tema es de dónde salen los recursos.

Estenssoro, vaciamiento y rearme; temas para ver

Gustavo Calleja propuso un conjunto de culpables del derrumbe de YPF. Sin embargo y además de Carlos Menem, el principal responsable para el ex funcionario de Energía del gobierno alfonsinista fue Pepe Estenssoro, padre de la actual senadora de la Coalición Cívica-ARI, María Eugenia Estenssoro, quien se abstuvo de votar a favor de la expropiación de la petrolera argentina.

“El daño que se le hizo a YPF con el amigo Pepe Estensoro que echó a 50 mil trabajadores a la calle, técnicos de un valor inmenso. Cinco mil de Gas del Estado que no se pueden recuperar. Cerrar un laboratorio como el que tenía la empresa y desmantelarlo. Había 1.500 trabajadores de primer nivel en el mundo. Eso no se recupera más, cómo formarlo. La empresa formaba a su gente desde la época del general Mosconi y tenía los mejores técnicos del mundo, buscados por todos lados. Bueno, eso hoy no está. Son viejos, se murieron, algunos se suicidaron y eso no se puede arreglar. Además no tenemos recursos. Pienso que además hay que hacer un contrato muy clarito, muy público con una empresa que lo pueda hacer”. Incluso, la palabra que sintetiza la historia reciente de YPF, para Calleja es “vaciamiento”. “Acá hay un vaciamiento, acá se llevaron todo. Para decirlo en términos populares: se afanaron toda la guita y se llevaron todo. Exportaron, desarrollaron brutalmente los yacimientos, declaraban lo que querían por declaración jurada porque nadie controlaba nada. Y ahora de golpe descubrimos que estamos en la lona. Esto no se recupera así nomás. Eran 5 o 6 mil millones por año lo que estas empresas enviaban al exterior”, sostuvo.

Por todo esto, Calleja afirma que las ganancias del petróleo se deben reintroducir a la economía nacional y no caracterizar al petróleo como un bien de mercado sino como un recurso estratégico.

“Hay que destinar petróleo a la población, a las destilerías, y dinero para construir represas. Ellos tienen que hacer un plan porque si realmente están convencidos que el petróleo es un bien estratégico, hay que hacerlo bien. Si vamos a volver al mercado, si vamos a tomar como ejemplo a Estensoro que fue el vaciador de YPF, que la regaló a 19 dólares la acción, que la tasó sin el ánimo oficial del Estado con la agencia financiera norteamericana Merril Lynch. Eso es como elogiar a Frondizi que mintió con el logro del autoabastecimiento y pagaba el petróleo más caro en dólares. Tenemos que armar un programa nacional”, dijo.

Diario El Ciudadano

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