El juego de los 45 cassettes perdidos

Guillermo Lipis

Argentina, país mágico y maravilloso si los hay. Fronteras de sorpresas hasta lo incomprensible. El ante último milagro conocido se produjo un día después de cumplirse los 10 años de injusta e irregular investigación sobre el atentado a la AMIA.

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Y el segundo gran milagro argentino fue la supuesta mala escucha adjudicada por el Presidente Kirchner al titular de la AMIA, Abraham Kaul, el vocero de la información ante la prensa en la conferencia que diera en la Casa de Gobierno, a la salida del encuentro.
Acaban de consumarse otros dos grandes milagros argentinos... y una probable trampa al Presidente Kirchner. La gran pregunta es quién de su entorno estuvo involucrado en esa mala información que se empeña en desmentir a pesar de que fueron varias las personas que lo escucharon y no fue desmentida sino unas 22 horas después.

Lo que debió ser

Diez años después del atentado contra la AMIA, aparecieron 45 cassettes de escuchas telefónicas, que supuestamente estuvieron en poder de la Policía Federal y que entre esa fuerza y la SIDE fueron dados oficialmente por perdidos porque -argumentaron oportunamente- “por un lamentable error fueron borrados”. La apertura de los archivos de las fuerzas de seguridad e inteligencia, ordenada por el presidente Néstor Kirchner, derrumbó toda la historia oficial y comprobó que las cintas perdidas en realidad estaban ocultas dejando en un alto grado de exposición la indiferencia y la falta de voluntad oficial de políticos como Menem, De la Rúa y Duhalde por descifrar la verdad acerca del atentado.
En principio, pudo saberse que las escuchas son las primeras realizadas a Carlos Telleldín, el hombre que entregó la supuesta Trafic utilizada en el atentado. Estas cintas contienen elementos que demostrarán la trama de corrupción que rodeó el atentado.
Desde el atentado a la AMIA, por ejemplo, se dijo que no se había pagado a Telleldín y el gobierno de De la Rúa hasta realizó un sumario interno y un informe oficial en el que concluyó que no se le pagó al reducidor de autos. Luego se probó que era mentira. Durante todo este tiempo no se encontró ninguna documentación que avale el pago pero, “tras la apertura de los archivos -dice el periódico Página/12 en su edición del 20 de julio de 2004- aparecieron hasta las facturas del vino Luigi Bosca con que se celebró el pago a Telleldín”.
La aparición de estas cintas demuestra que existe una verdad oficial que va de la mano con la mentira oficial que habrá que seguir desarticulando; situación que, a esta altura, ninguno de los sectores del establishment de la comunidad está en condiciones de exigir.
Dios, a esta altura -y por si faltaba alguna otra corroboración- parece ser argentino y continúa haciendo milagros...

Lo que es

Pasaron unas 22 horas antes de que el mismísimo Presidente Kirchner desmintiera la información que Abraham Kaul diera a los periodistas a la salida del encuentro que él y los dirigentes del American Jewish Committee sostuvieran en el despacho presidencial. Kaul no estuvo solo en ese encuentro con la prensa, Oscar Parrilli, de la secretaría de la Presidencia, estuvo con él e incluso se preocupó por aclarar que los cassettes hallados no eran de televisión.
Kirchner aseguró, entonces, que sólo se habían encontrado "los recibos de quienes se los llevaron", información pre existente de todos modos y que aún se está investigando.
"Lo importante es el contenido de las cosas, y si hubo una mala interpretación, ya está", dijo el mandatario al ser consultado sobre el tema en una de las entradas de la Casa Rosada. O sea, nada nuevo bajo el sol.
¿Qué pasó en el medio? Nadie lo sabe, solo la suposición de que la información llegada a oídos del Presidente, evidentemente, fue lo que comúnmente se llama: cama. Sólo que en este caso habría sido una cama presidencial grave que jugó con la credibilidad del primer mandatario argentino y armar algo más que revuelo en el entorno de la Causa AMIA. Esta vez han llegado lejos, demasiado lejos.

¿Qué se dijo?

Se dijo de todo. Fueron 24 horas muy vertiginosas.
Según informó América Noticias a las 19, entre las cassettes extraviadas no sólo hay grabaciones de conversaciones desde la casa de Telleldín con éste, que se había ido a Misiones. También está la llamada de advertencia que le hicieron policías federales acerca de que era inminente el allanamiento de su casa.
El ex fiscal Eamon Mullen recordó en diálogo con el programa "La vuelta" que la fiscalía no acusó a Ribelli y los demás policías bonaerenses de haberse llevado una Trafic del domicilio de Telleldín el domingo 10 de julio de 1994.
Tras este sorprendente recordatorio, Mullen reafirmó que los cassettes desaparecidos son 66; que las desgrabaciones hechas por la SIDE y la PFA son distintas, y que no tiene dudas de desaparecieron porque "vinculaban directamente (¿con el atentado?¿con otros delitos?) a quienes escucharon esos cassettes" y subrayó que de la escucha surgían claramente "una sociedad entre Telleldín y los policías".

En cambio el vicepresidente de la DAIA, Jorge Kirszenbaum, al ser entrevistado por Chiche Gelblung en Radio Diez, dijo que "las transcripciones de los cassettes son diálogos con personas a las que Telleldín les indicó a quiénes les entregó la camioneta", y aclaró que se refería en todos los casos a "personas imputadas", como si Telleldín hubiera acusado en ellas a Ribelli y compañía.

Antes de que se supiera que los cassettes no habían sido encontrados, el periodista Ricardo Ragendorfer había hecho su aporte por América a la confusión generalizada al sostener que los cassettes podrían poner en evidencia "la relación que existe entre (Alberto Jacinto) Kanoore Edul, el dueño de la empresa Santa Rita (sic) con Telleldín, con quien había hablado (Edul) horas (en realidad, más de una semana) antes del atentado". Ragendorfer afirmó que Edul fue liberado "luego de que Munir Menem se reuniera con el juez Galeano" aunque al parecer Munir solamente llamó para interesarse en la suerte de Edul, un nativo de Yabrud, Siria.

En diálogo con el programa Contrapunto, que emite Radio América y conduce Martín Pitton, el abogado de Memoria Activa, Pablo Jacoby, señaló que los cassettes desaparecidos comprometen a Alejandro Monjo y a la Policía Federal.
“Me parece que esos cassettes pueden comprometer a algún sector de la Policía Federal y del tema Alejandro Monjo Automotores. Me parece que ahí puede haber algún problema. Eso es lo que olemos aquí en el juicio”.

El argentino Jacobo Kovadloff, en declaraciones hechas durante el día de hoy se mostró sorprendido por el cambio de parecer del Presidente Kirchner.
Kovadloff, que permanecerá en la Argentina hasta el sábado por temas familiares, declaró que él no escuchó cuando el Presidente Kirchner afirmó que se habían encontrado los cassettes; pero que sí escuchó al traductor decir eso cuando transcribía los dichos del Presidente a la delegación americana que acompañó a Kaul. “Todos entendimos eso” sentenció Kovadloff.

Seguramente, habrán otros capítulos que le darán continuidad a esta novela negra de enredos. Mientras tanto, los muertos de la AMIA, sus amigos y familiares seguirán reclamando justicia.

Fuente: Nuevasion.com

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