El ABC del litio sudamericano

Los días 8 y 9 de octubre se llevó a cabo el IV Seminario Internacional ABC del litio sudamericano ¿commodity minero o recurso energético estratégico? organizado por la Fundación InnovaT / CONICET y auspiciado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el CONICET, YTEC, UNQ , ADIMRA de la República Argentina, IIMETMAT de UMSA de Bolivia y DIC de la Universidad de Antofagasta, Chile.

La primera jornada se inició con una Conferencia Magistral dictada por Jeannette Sánchez de la CEPAL quien expuso en general sobre la coyuntura actual para la región y sobre el litio en particular, haciendo hincapié en las dificultades estructurales del presente y la necesidad de un cambio en el modelo de desarrollo. Estas dificultades -principalmente la situación por el COVID y la restricción de divisas- generan problemas en la gobernanza del litio, producto de que América Latina es hoy proveedora fundamentalmente de materia prima.

La disertante destacó que existe una oportunidad de integración en la cadena de valor del litio, siempre y cuando los países de la región trabajen mancomunadamente con distintos incentivos que les permitan no “pisarse” en la participación en la cadena. Cuidando también los impactos ambientales de la explotación y producción para evitar conflictos sociales con las poblaciones donde el litio se encuentra.

Esta jornada continuó con dos paneles. En el primero, Jan Cadermatori y Ruth Rade (Universidad de Antofagasta) expusieron sobre La economía política de la explotación del litio en Chile, en base a un artículo publicado en la Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Quilmes. Los autores conversaron sobre el marco teórico enfocado en la idea de los enclaves exportadores modernos en contraposición a los enclaves tradicionales (sobre los cuales se asentó la explotación de litio en Chile, manejado por dos empresas). En los últimos años esto se fue modificando, hacia un enclave “atemperado” debido a los incumplimientos por parte de las empresas en cuanto al impacto ambiental, pago de impuestos, entre otras. Los disertantes resaltaron los problemas existentes en el país trasandino para agregar valor a la producción de litio, consolidándose en las últimas décadas como proveedor de nivel primario.

En este mismo panel, Ernesto Calvo (INQUIMAE-CONICET) se enfocó en la situación argentina. El expositor realizó inicialmente un análisis de la ubicación geográfica del litio en el país y el estado actual de los proyectos de producción, resaltando que sólo 2 de los 23 proyectos diseñados en este momento están en fase de funcionamiento. Esto se debe a carencia de recursos humanos y a la necesidad de tiempo para que los proyectos avancen por la tardanza del proceso químico. Calvo explicó que la tendencia en el valor exportado de litio fue al alza hasta 2018, cuando sufrieron una fuerte caída difícil de explicar. El investigador también realizó una breve explicación del proceso químico que se realiza para la extracción.

Por último, Juan Carlos Montenegro de IIMETMAT-UMSA habló sobre la situación boliviana en cuanto al mineral, resaltando que la ruta tomada por este país está enfocada en la industrialización del producto. El marco legal de Bolivia está diseñado para entregar incentivos a la agregación de valor del litio. Montenegro explicó que la estrategia se diseñó para aprovechar integralmente todos los derivados del litio en varias fases de producción, proceso que fue detenido en noviembre de 2019. Bolivia cuenta actualmente con 4 plantas piloto de industrialización en su territorio.

La jornada continuó con un segundo panel enfocado a impactos socio-ambientales y vinculación tecnológica de la fase extractiva. La primera exposición del mismo estuvo a cargo de Ingrid Garcés (Universidad de Antofagasta) quien comenzó haciendo énfasis en la presión que genera sobre los territorios el aumento de la demanda de litio (debido, principalmente, al crecimiento de la electro movilidad). La disertante tomó como ejemplo lo que sucede en el Salar de Atacama (alrededor del cual existen dieciocho comunidades indígenas) pero aclaró que esto es extrapolable a la situación de Argentina y Bolivia. En todos los casos los territorios donde se realiza la actividad del litio son habitados hace siglos por pueblos originarios. Esto implica que “existe un valor patrimonial, socio ecológico y económico que sustenta la vida de estas comunidades” desde hace muchos años. La expositora llamó a tener en cuenta que el impacto no es sólo por la explotación del litio sino también por la industria minera. En Chile, a partir de 1979, las concesiones mineras dependen del otorgamiento del Estado.

A continuación, Vera Mignaqui (UNSAM, UNQ, UNMDP) planteó en su exposición “¿Cuánto aporta la extracción del litio en salmuera al desarrollo regional en Argentina?”. La expositora destacó que si bien existen altas expectativas con relación a la explotación, por ahora su aporte en ingresos (cuya distribución es muy desigual, a favor de los accionistas privados) es poco relevante. Señaló también que para las comunidades indígenas el ingreso es muy pequeño pero que es valorado por las mismas. En cuanto a la cadena local, Mignaqui explicó que los proveedores de los reactivos (el insumo más importante) son empresas multinacionales y que la poca mano de obra local en la industria es muy bien remunerada.

La investigadora explicó los impactos ambientales de cada proceso de la cadena productiva. En el caso del bombeo y la evaporación, éstos generan un vaciamiento del salar mientras que el procesamiento afecta por el gran consumo de agua dulce y la disposición final de los precipitados. También realizó un análisis sobre las medidas necesarias para el desarrollo del sector en el país, enfatizando en la necesidad de un marco regulatorio para un desarrollo sostenible y mecanismos de distribución de la renta minera.

En el segundo día del seminario, la jornada consistió en un panel de expositores y una conferencia de cierre.

El panel “Litio y transición energética en América Latina” contó con la disertación de Martina Gamba (CETMIC-CONICET) quien inició contextualizando la etapa de planificación y expansión del sistema científico nacional entre 2003 y 2015. A su vez, realizó un recorrido por las iniciativas de vinculación desarrolladas por el sistema científico entre las que se cuentan una de ensamblado de baterías en 2011, de producción de celdas en 2012 y de pilotaje en 2013. Luego se realizaron diversas vinculaciones de producción con el sector privado (PYMES nacionales) para ingresar al mercado: producción de hidróxido de litio, producción de litio metálico y de materiales catódicos  y celdas (impulsado por la provincia de Jujuy). Sin embargo, aclaró Gamba, ninguna de estas iniciativas de producción han podido avanzar aunque han impactado positivamente en la existencia de recursos humanos, equipamiento e infraestructura. La expositora destacó la existencia de más de 30 líneas de investigación sobre litio, integradas por más de 300 profesionales y 5 instituciones.

Luego expuso Mario Grágeda de la Universidad de Antofagasta quien presentó las diversas estrategias llevadas a cabo en Chile para la transición energética referida a la descarbonización, inserta en un esquema de combate al cambio climático definido por el Estado. El investigador resaltó la existencia del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias creado para trabajar en el Salar de Atacama en lo referido a una transición energética pero que no ha logrado avanzar en todo lo planificado. Esta institución es una entidad sin fines de lucro destinada a integrar la academia, la gestión estatal y el sector privado en el desarrollo, escalamiento y adopción de soluciones tecnológicas en energías limpias (solar, minería de bajas emisiones, litio, entre otras) que forman parte de una Estrategia Nacional de Desarrollo de Tecnologías Verdes.

Por último, Marcelo González de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) expuso los “Avances en la síntesis de materiales catódicos y su aplicación en baterías de Ion Litio” realizados por YLB. El disertante comentó que en Bolivia existen actualmente más de 20 salares de los cuales el más importante es el Salar de Uyuni que se está explotando. González explicó cuáles son las unidades operativas que permiten actualmente dirigir la explotación del litio boliviano, realizando una descripción de los materiales comerciales del litio y de todo el proceso productivo. En Bolivia existen diversas plantas industriales que han logrado importantes avances en la agregación de valor como la participación en el diseño y producción de vehículos eléctricos.

El cierre del seminario estuvo a cargo de Iván Aranda (Universidad Autónoma de Madrid y Universidad Nacional de Quilmes) quien disertó acerca de las “Condiciones Socio-Técnicas para la industrialización del litio en América Latina”. El investigador sostuvo que es posible (y necesario) generar una industria de alto valor agregado en torno al litio en nuestros países, debido al agotamiento del combustible fósil y a que poseen 2/3 de las reservas naturales mundiales contando con la tecnología necesaria. Resaltó que se debe avanzar en un mayor nivel de inversión con participación de las fuerzas sociales y políticas, respetando el principio de soberanía de los pueblos originarios. Aranda afirmó que “El Estado tiene que controlar la producción del recurso y participar activamente en el desarrollo de la cadena de valor” evitando caer en la paradoja de los recursos naturales (el litio tiene que ingresar en las baterías que producirá el mismo país y debe existir control soberano sobre la tecnología utilizada). El desarrollo de la ciencia y tecnología debe estar orientado a satisfacer  necesidades sociales y en función de un proyecto nacional (tesis de “estilo tecnológico” de Varsavsky).

A su vez, el disertante explicó el proceso de puesta en marcha de toda la infraestructura necesaria que se realizó en Bolivia con la participación del Estado y el logro de desagregar el paquete tecnológico.

octubre de 2020

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