Entrevista al historiador Immanuel Wallerstein

Todo historiador formado en los últimos 25 años aprecia sobremanera el monumental trabajo de Immanuel Wallerstein "El moderno sistema mundial", tres volúmenes sobre la historia universal de los últimos cuatro siglos donde desarrolla su idea de economía-mundo, una categoría que él inauguró en 1975. Wallerstein, nacido en Nueva York, director del centro "Fernand Braudel" de la Universidad de Binghamton (NY) y profesor de otras facultades de prestigio de Estados Unidos, Francia y, actualmente, la Real Academia de Artes y Ciencias de Holanda, fue uno de los invitados estrella del reciente Foro Social Mundial de Porto Alegre, Brasil, que reunió a militantes, dirigentes sociales y académicos opuestos al neoliberalismo. Allí se realizó esta entrevista.

La lucha mundial de clases: la geografía de la protesta

Cuando son buenos los tiempos, y la economía-mundo se expande en términos de nueva plusvalía producida, la lucha de clases se acalla. Nunca desaparece, pero en tanto exista un bajo nivel de desempleo y los ingresos reales de los estratos más bajos suban, aunque sólo sea en pequeñas cantidades, los arreglos sociales son la orden del día.

Pero cuando se estanca la economía-mundo y el desempleo real se expande considerablemente, esto significa que el pastel total se encoge. La cuestión entonces resulta ser quién cargará el peso del encogimiento –dentro de cada país y entre países. La lucha de clases se torna aguda y tarde o temprano conduce a un conflicto abierto en las calles. Esto es lo que ha estado ocurriendo en el sistema-mundo desde la década de 1970 y del modo más dramático desde 2007. Hasta ahora, el estrato más alto (el uno por ciento) se ha aferrado a su tajada, de hecho la ha incrementado. Esto necesariamente significa que la tajada del 99 por ciento se ha encogido.