Los “facilitadores” y sus modos de acción

Magdalena Belén Rua

 

La fuga de capitales es un fenómeno persistente en la Argentina -especialmente, desde las reformas económicas realizadas durante la última dictadura militar de 1976- que provoca la constante pérdida de recursos por parte del fisco y ocasiona consecuencias macroeconómicas severas al presentarse como uno de los factores condicionantes de la estructura económica.

Si bien este asunto constituye una problemática creciente para gran parte de los países del mundo (excepto para aquellos que funcionan como guaridas fiscales o que cuentan con jurisdicciones con altos niveles de secretismo fiscal y financiero, que en definitiva son los principales destinos de la fuga), los países en vías de desarrollo son los primordiales perjudicados. En la Argentina, afecta, en muchos casos, a la recaudación de impuestos nacionales y, a su vez, repercute negativamente en el nivel de inversión interna y en la cantidad de divisas que dispone el Estado, imprescindibles para la realización de pagos de deuda externa e importaciones.

La fuga de capitales debe entenderse como un concepto amplio4, que involucra tanto la porción de capital lícito como ilícito que se encuentra ubicado en el exterior (o al interior del país, pero por fuera del circuito formal interno) de propiedad de residentes locales. En este trabajo se aborda, principalmente, lo referido a la porción de capitales que no quedan registrados localmente, que constituye, en definitiva, el crucial problema para la economía argentina.

 

Documento de Trabajo Nº 60 (CEFID-AR) – agosto de 2014

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