La deuda bilateral Germano Griega

La estructura de la deuda griega es mayormente oficial, con otras entidades públicas europeas, y con vencimientos de largo plazo a intereses bajos. Esta es una transformación de la deuda original que era con acreedores privados pero estos fueron rescatados y su deuda trasladada a los gobiernos. De esta manera, el verdadero problema para Grecia reside en la postura de sus acreedores, ya que éstos consideran que, si bien, la ruptura de las negociaciones profundizaría la crisis griega, los riesgos sistémicos para la zona euro y la Unión Europea serían muy inferiores a lo que habrían sido hace unos años, es decir, que la fase “grave” de la crisis del euro ya ni si quiera es comparable a cuando los bancos sistémicamente importantes -acreedores privados- estuvieron expuestos y con un riesgo latente de un efecto dominó que amenazaba a toda la zona euro. El enfrentamiento es entre el Gobierno Griego y el Gobierno Alemán, detentor de gran parte de la deuda privada rescatada.

Tsipras recibe gestos, pero no compromisos

La simpatía puede ser peligrosa. Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro griego, saboreó en París los contratiempos y los límites de la “simpatía” y de la “comprensión” de sus socios europeos cuando se trata de abordar el tema de la gigantesca deuda griega. La babosa retórica de los dirigentes de la Unión Europea (UE) se repitió en cada una de las capitales que Tsipras visitó esta semana. El periplo que concluyó ayer en París resume por sí solo la inocultable realidad a la que los griegos deberán enfrentarse y la vara inflexible de los jefes de Estado y de gobierno de la UE, sean de derecha o socialdemócratas (hoy esto es más o menos lo mismo).