Patrones de desarrollo y distribución del ingreso en la Argentina

 

El estructuralismo económico identifica la existencia de vínculos persistentes entre determinadas variables económicas que permiten explicar las características específicas de un cierto esquema o patrón de desarrollo de un país. Mediante la interacción de variables que son fuente de divisas con otras que impulsan la demanda doméstica se puede estilizar distintas etapas económicas como así también sus respectivas dinámicas particulares de acumulación.

“No hay para todos”

El lema de una campaña electoral de hace poco tiempo del Partido Popular (PP), el partido de derecha español, en Cataluña, resume la esencia de la filosofía del neoliberalismo. En primer lugar, somos demasiados. ¿Respecto de qué? De lo que hay. Es como decir: hay demasiadas cabezas para pocos sombreros.

Pero el neoliberalismo no se dispone a producir más sombreros para superar este desequilibrio, sino a cortar cabezas. Podría dividir mejor lo que hay, o rotar los sombreros que hay entre varias cabezas. Pero no. Hay que reducir la demanda de sombreros por el exceso de cabezas.

¿Y quién decide que hay que cortar cabezas y qué cabezas deben ser cortadas? ¿La población, reunida democráticamente en asambleas o en carnicerías gigantes? No. Es el mercado, ese gran carnicero.

Las cabezas han vivido por encima de sus posibilidades de tener sombreros para todas, uno para cada una. Ahora hay que cumplir con el deber de cortar, austeramente, las cabezas sobrantes.

¿Poskeynesianos a medio plazo, marxistas clásicos a largo plazo?

Fuera de la economía dominante, la noción de falta de demanda en el sentido amplio es ampliamente aceptada. Aunque la mayoría de los economistas heterodoxos comparten este punto de vista en lo que se refiere al corto plazo, las perspectivas difieren con respecto al largo plazo. En la perspectiva marxista-clásica, el argumento es que las economías capitalistas gravitan en torno a posiciones a largo plazo (también denominadas equilibrios a largo plazo, evoluciones a largo plazo, o situaciones de estabilidad), en las que el uso de la capacidad productiva puede ser descrito como "normal", es decir, independiente de los niveles de demanda.