1994-2022: la Cumbre de las Américas y el «síndrome de la superpotencia frustrada»

La deslucida cita en Los Ángeles, en medio de dudas sobre la participación de varios mandatarios y la exclusión unilateral de países, coincide con elementos coyunturales y cambios de más largo plazo en el escenario regional y global. Ni en América Latina ni en Estados Unidos la casa parece estar en orden.

Cumbre de las Américas: panamericanismo y neoliberalismo

Con la CELAC en marcha, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América consolidada y la UNASUR como realidad política tangible, ¿para qué sirve la Cumbres de las Américas, sino para prolongar la puesta en escena del imperialismo y dar riendas a quienes quieren volver a los oscuros tiempos del sojuzgamiento de nuestros pueblos bajo el peso de “los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima”?

La Cumbre de las Americas anuncia una crisis de sistema

La política exterior de un país es el reflejo de su política interna. En el caso de la VII Cumbre de las Américas, que se efectuará en la ciudad de Panamá, en apenas dos semanas, existe una tradición que se remonta dos siglos en que los países del hemisferio buscan crear un sistema político – sin mucho éxito - mediante acuerdos y alianzas internacionales. El Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar en 1826 – precisamente en la capital panameña - tuvo como objetivo sellar la independencia de las nuevas repúblicas y bloquear el retorno de las potencias europeas.

La Cumbre de 2015 plantea la intención de los gobiernos latinoamericanos de consolidar un sistema que respete su soberanía y la autodeterminación de sus pueblos. La decisión de Cuba de participar en la Cumbre organizada por la Organización de Estados Americanos (OEA) le dio un impulso especial al encuentro. Todo indicaba que las relaciones entre la isla caribeña y EEUU entraban en una nueva fase. Por primera vez en 55 años los presidentes de los dos países se sentarían juntos en una mesa.

De la gesta que enterró el Alca a la construcción de la Unasur

La IV Cumbre de las Américas se celebró en noviembre de 2005 con todos los jefes de Estado del continente americano, a excepción de Cuba. El lema oficial fue “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática”. Un lema que, en realidad, disfrazaba las verdaderas intenciones de la Casa Blanca: consolidar la presencia económica, política y militar de la primera potencia en el continente. La pantomima culminó con el rotundo “no” y el Alca entró en crisis. Hoy, es un proyecto fallido que el gobierno de Barack Obama decidió archivar. Una decisión que no podía ser otra de cara a la contundente expresión con que sintetizó Chávez, en aquella ocasión histórica, el sentir de los pueblos latinoamericanos: “¡Al carajo con el Alca!”.