Grecia, España, la Unión Europea y la persistencia de la crisis capitalista mundial.

FORMAT.— La canciller federal alemana Angela Merkel visita por vez primera Grecia desde 2007. Por miedo a las revueltas callejeras, Atenas ha blindado todo el distrito gubernamental de la ciudad. ¿Qué le dice a usted eso sobre la situación de la Eurozona?

YANIS VAROUFAKIS.— La sociedad griega oscila entre la insurrección y la depresión. Ora están las calles desiertas de gente, ora, de repente, basta una pequeña bobada para que se produzca un estallido de rabia colectiva y revueltas. Es una situación muy seria. Incluso para aquellos griegos que apoyan al gobierno, Angela Merkel simboliza la miseria que ha irrumpido en el país, apabullándolo. Se halla en una espiral descendente, la situación es cada vez más grave. Eso fortalece a la derecha; ahora tenemos un partido nazi en el Parlamento. Es como en los años 20 del siglo pasado. Veremos qué pasa.

La Gran Recesión, la crisis de la deuda soberana y las alternativas de la izquierda europea

El FMI y la OCDE han anunciado que, tras cinco años de la mayor recesión desde la década de 1930, la prevista recuperación de 2013 – mas débil, lenta y sin creación de empleo que ninguna anterior- simplemente se aplazará. En el caso del Reino de España hasta el 2018. Ello es consecuencia de a) La crisis de la deuda soberana de la eurozona y la recesión que ha provocado; b) la retirada de estímulos en EE UU en 2010 y la debilidad de su reintroducción en 2012 por la situación electoral; c) el enfriamiento de las economías de China e India.

Cuando los deudores dejan de pagar

El autor recopila una serie de textos que reflejan las posiciones asumidas por acreedores y deudores en situaciones de crisis. Admite que es necesario ubicar cada episodio en el contexto de su época y circunstancias, pero tiende a señalar que los acreedores deben actuar hoy con criterio realista y adecuar su legislación financiera para posibilitar una renegociación de la deuda que permita a los deudores pagar sin menoscabo de su soberanía ni renuncia al objetivo de alcanzar el desarrollo económico.

No debemos, no pagamos

“La deuda se paga o se paga”. Nos lo han grabado a sangre y fuego. Una de esas máximas que a fuerza de ser repetidas una y otra vez se convierten en verdades absolutas. Pero, ¿es eso cierto? ¿Y si la deuda hipoteca nuestro futuro? ¿Y si la deuda no la hemos contraído nosotros? Entonces, ¿por qué hay que pagarla?

El socialismo del siglo XXI sólo puede ser plural.

El 15 de julio salió a la venta El fin del capitalismo tal y como lo conocemos (El Viejo Topo). Su autor, Elmar Altvater (Kamen, 1938), es uno de los más respetados politólogos alemanes. Profesor emérito de la Universidad Libre de Berlín y miembro del consejo científico de Attac-Alemania, en su último libro analiza la última crisis del capitalismo tardío y sus alternativas. En él Altvater planta cara a Fukuyama: el fin del capitalismo, asegura, no es el fin de la historia, sino que hay historia más allá del capitalismo. La entrevista la realizó Àngel Ferrero.

Hasta hace unos años “capitalismo” era una palabra tabú. Profesor Altvater, ¿cómo definiría el término capitalismo?

No hay luz ni final del túnel

La batalla es política. Es una batalla de ideas. En un mundo en crisis, y una crisis que se ha ido profundizando y convirtiendo en social y política, Argentina y la región juegan la carta fuerte de instrumentar políticas que van a contramano del pensamiento dominante. Y no pueden darse el lujo –ni cometer el error– de ir solos. Esta semana se congregaron en Buenos Aires dos encuentros académicos de carácter internacional para debatir sobre la crisis mundial, las características de la etapa para América latina y los dilemas que presenta el futuro. Funcionarios de primera línea del Gobierno expusieron allí las respuestas dadas en materia de política macroeconómica y plantearon su diagnóstico. Defendieron los instrumentos y los explicaron como pocas veces lo habían hecho antes –si es que hubo alguna vez anterior–, señalando que el propósito es anticiparse a consecuencias más graves que podrían derivarse de la crisis mundial. Encontraron el consenso de importantes pensadores heterodoxos del mundo y algún cuestionamiento a la forma en que se aplican las medidas de parte de expertos locales. Un debate tan útil como imprescindible, teniendo en cuenta, como allí se dijo, que lo peor de la crisis todavía está por venir.

Tropezar dos veces con la misma piedra

Aunque el negocio, como de costumbre, ha regresado al sector financiero, la devastación económica del mundo real causada por la crisis persiste, al igual que la fragilidad subyacente del sistema financiero. No hemos aprendido las lecciones de la crisis financiera mundial (CFG) y así se ha despilfarrado la oportunidad de llevar adelante una verdadera reestructuración del sistema financiero, que es necesaria para evitar otro crash.

¿Para qué ha servido rescatar a los bancos?

Cuando ya estamos en el quinto año de crisis los gobiernos llevan dedicados sumas verdaderamente impresionantes para ayudar a los bancos y siguen estando dispuestos a seguir gastando dinero público para rescatarlos, como si esa receta hubiera funcionado y fuese necesario seguir usándola.

En España se está negociando la forma de hacer efectivo el primero de los rescates y cómo se aplicará finalmente el definitivo porque, como ya señalé en otro lugar (Un mal rescate que nos empujará al abismo), el inicial de los 100.000 millones de euros no va a servir de mucho. Por eso, cuando se sigue estando dispuesto a actuar con la misma generosidad con la banca que al principio, sigue siendo obligado preguntarse para qué han servido esos rescates.