Trabajen, usen y consuman todo

El trabajo ocupa un lugar central en nuestras vidas. Tener o no tenerlo es central para cualquiera, no sólo desde la perspectiva obvia de que la gran mayoría de los seres humanos, en un sistema capitalista, debe trabajar para subsistir, sino incluso por razones psicológicas pues entendemos que el trabajo dignifica y que es una parte esencial de nosotros mismos. Es más, podría decirse que, en la era poscapitalista que habitamos, el trabajo determina ubicuamente nuestras actividades hasta transformarnos en “animales productivos” para los que el dormir mismo es una pérdida de tiempo. Este diagnóstico no es novedoso, pero lo que sí puede resultar, en parte, más original es la pregunta acerca de si siempre ha sido así.

AM/PM: el Capital ya se cobra nuestro sueño

Para ser honesto, no dormí bien anoche”, dice un tanto desvelado –mientras nos escribe– Jonathan Crary autor de un libro que quita el sueño. Literalmente. Y no deja dormir porque viene a confirmar las sospechas de un mundo que ha hecho del día una condena de 24 horas. El libro de Crary se llama así 24/7 (Paidós). Y lleva por subtítulo: El capitalismo tardío y el fin del sueño .