Una sociedad inteligente para el crecimiento con desarrollo social

Polo Científico y Tecnológico. La Presidenta inauguró las instalaciones del complejo construido en el predio de la ex bodega Giol. Allí, tendrán sus sedes una docena de institutos de investigación. La innovación productiva en el centro de la escena nacional.

Gestionar, producir y divulgar conocimientos. Ese es el objetivo del Polo Científico y Tecnológico que inauguró el jueves pasado la presidenta Cristina Kirchner. “¿Quién hubiera pensado que esto era posible?”, se preguntaba entre los asistentes Peter Grauss en alusión al estado de abandono que mostraba cuatro años atrás el predio de la ex bodega Giol. El presidente de la Sociedad Max Planck, un ámbito de origen alemán donde se desarrolla gran parte de la ciencia de más alto nivel a escala internacional y que cobija a diecisiete premios Nobel, era uno de los muchos asistentes que miraban con asombro la inauguración.

“El conocimiento ocupa un lugar central en nuestro proyecto. Pero no es un conocimiento aislado. Es un conocimiento que interactúa con la sociedad para agregar valor a nuestra producción. Se trata de dar un salto cualitativo”, señaló la presidenta acompañada por buena parte del Gabinete nacional.

NOTA: El artículo de Dvorkin citado en esta noticia, aparecido en Realidad Económica, puede consultarlo AQUI">http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=3511]AQUI[/u...

VI Jornadas latinoamericanas de estudios sociales de la Ciencia y la Tecnología (ESOCITE)

El objetivo de este trabajo es proponer un conjunto de conceptos socio-técnicos: resignificación de tecnologías, conocimientos genéricos, estilo socio-técnico, trayectoria socio-técnica, particularmente útiles para la comprensión de procesos de diseño, producción y utilización de tecnologías en América Latina.
La aplicación de esta serie de conceptos sobre un set de casos paradigmáticos (una selección de empresas latinoamericanas que desarrollaron actividades tecno-productivas entre 1960 y 2005, correspondientes a los sectores metalmecánico, biotecnológico, nuclear, aeroespacial) ha permitido tanto testear su potencial explicativo, como evaluar su competencia para la construcción de algunos significativos hechos estilizados.

Se inauguró la megamuestra Tecnópolis

Ayer, al caer la tarde, finalmente abrió sus puertas la megamuestra que invita a recorrer doscientos años de logros científicos e industriales, Tecnópolis.

"Tecnópolis es una muestra de nuestra potencia. De lo que fuimos y de lo que somos capaces los argentinos cuando avanzamos por el camino del conocimiento", anuncia uno de los carteles que flanquean la entrada. "Decir presente mirando el futuro", agrega otro.

Y basta con ingresar en el inmenso predio de 50 hectáreas donde se erigen decenas de stands y pabellones de organismos del sistema científico, reparticiones públicas e industrias privadas de alta tecnología, para encontrarse de lleno con un modelo del lanzador de satélites que está planeando la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, el Tronador II, un proyecto para el que hay que dominar una compleja tecnología que pocos países poseen.

La exhibición fue inaugurada ayer por la presidenta Cristina Kirchner mientras todavía se daban las última puntadas. Exigió desplazar 450m3 de tierra y 40.000 toneladas de escombros, tarea en la que trabajaron dos mil personas (para desmalezar el terreno) y 12.000 cooperativistas. Es recorrida bajo tierra por ocho kilómetros de fibra óptica y, sobre la superficie, por un tren interno con dos kilómetros de recorrido.

"Se trata de la feria tecnológica más grande que se haya hecho en la Argentina -se entusiasma Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, que participa con 14 stands-. Está centrada en la ciencia, la tecnología y el arte, e intenta mostrar que éstas aportan transversalmente a todas las disciplinas y también a la gestión pública."

Entre las innumerables atracciones que propone figuran un modelo de la "máquina de Dios", un túnel dedicado a la biodiversidad donde están representados los distintos ecosistemas de la Argentina, tanques y aviones que fueron producto de la industria nacional, una "experiencia antártica", un simulador de Fórmula 1 con pistas que fueron relevadas por satélite y permiten entrenar a pilotos... "Los chicos que lo usen van a tener la sensación de manejar en una verdadera pista de carrera", dice Barañao.

Hay también una exhibición del Observatorio Pierre Auger, de Malargüe, que explica cómo se detectan las partículas cósmicas de alta energía y tiene un planetario para ciegos donde muchos percibirán por primera vez una representación del firmamento.

"Fue una tarea faraónica: hace dos meses esto era un cañaveral y ahora es Disney -bromea Barañao-. Es una obra extremadamente compleja. Creo que es algo inédito, nunca se hizo un esfuerzo tan grande para dar a conocer lo que nuestro país produce en ciencia y tecnología."

Según el ministro, hay planes para que la muestra sea permanente y se convierta en un verdadero polo tecnológico. "Estamos trabajando sobre una estructura de cemento que tiene unos 30 años para instalar ahí la Fundación Sadosky y un complejo de empresas del software -afirma-. Queremos que esto integre una nueva área de difusión de la ciencia, junto con el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el que estará en el edificio de las ex Bodegas Giol, con exposiciones itinerantes, elaborar material didáctico para recorrer el país. Ya tenemos propuestas del [Museo] Smithsonian, de Washington, del British Council y del Deutsches Museum, en Alemania, para recibir asesoramiento y hacer intercambio de muestras."

La exposición, donde habrá también espectáculos y otras actividades, estará abierta hasta el 22 de agosto, de martes a domingos de 12 a 20 hs. con entrada libre y gratuita. El programa diario podrá consultarse en www.tecnopolis.mincyt.gob.ar .

Bienvenida Tecnópolis

En la Argentina de hoy se están produciendo acontecimientos tan significativos en el ámbito científico, tan distintos de todos los que hemos vivido en las últimas décadas, que merecen una mirada diferente por parte nuestra también. Cualquiera que hubiera vivido en nuestro país durante los últimos 40 años (más o menos) entiende de lo que hablo. La ciencia fue siempre considerada algo exótico, de elite. No me refiero solamente a los presupuestos siempre miserables, sino que lo que cambió es la actitud, la disposición, el interés y por ende la valoración. Hoy hay vasos comunicantes. Hoy hay gente que escucha, pregunta, se interesa, opera y resuelve. Hace un mes fue el tema del satélite que mereció la tapa de este diario (y debió haber sido nota de “tapa” de cualquier medio de comunicación de nuestro país). Hoy es Tecnópolis, que también fue la nota de tapa de Página/12. Pero hay una disposición diferente. Al Poder Ejecutivo le interesa. Hay gente dentro de la clase política que pregunta. No sólo eso: pregunta y luego las respuestas son vinculantes.

La cultura, los cereales y la civilización

Todas o casi todas las culturas humanas se basaron en el cultivo de algún cereal: trigo, maíz, arroz, mijo. Parecería que sin los cereales no existe la civilización. Pero los cultivos plantean problemas para alimentar a poblaciones siempre crecientes

–¿A qué se dedica usted?
–Ecofisiología de cultivos.

–Cuénteme qué es eso.
–Los ecofisiólogos abarcamos una escala de los cultivos creciendo a campo abierto. Es, básicamente, el estudio de las plantas en comunidad.

–¿Y qué problemas plantea esa disciplina? ¿Qué problemas está tratando usted de resolver?
–Problemas, por suerte, hay muchos. Y por eso surgen tantas cosas interesantes. Quizás el desafío más grande que tenemos en estos últimos años es que, al aumentar la población, las fuentes de alimentación deben crecer proporcionalmente. El desafío que ha tenido la agronomía desde siempre es mantener la producción de alimentos más o menos a la par de los requerimientos en aumento. Es una preocupación permanente, porque es necesario siempre aumentar la producción.

–¿Y cuál es su tema específico?
–Los últimos proyectos tienen que ver con las bases fisiológicas para el mejoramiento genético y agronómico del cultivo de maíz en condiciones de estrés abiótico.

–¿Estrés abiótico?
–Es aquel relacionado con problemas de índole “física”: temperatura, humedad, falta de agua, nutrientes que se toman del suelo. Los bióticos son, justamente, los producidos por agentes biológicos (plagas, etcétera).

–Entonces, tenemos un maíz estresado. Le confieso que me resulta raro hablar de maíz estresado. ¿Qué hace con eso?
–No siempre se hace lo mismo. Cada ambiente tiene sus particularidades, y no hay una receta mágica para cualquier sistema. No puedo dar una respuesta unívoca sobre cuál es la solución para un ambiente donde hay falta de agua. Porque una vez que se sabe que hay falta de agua, es necesario saber de qué tipo de falta de agua se trata.

–¿Y qué pasa con el pobre maíz estresado? ¿Crece o no crece?
–Caracterizar una situación de estrés es muy simple, porque se suele tener como referencia la situación normal, en que no existe el estrés. La pregunta es cómo sería el crecimiento si el estrés no estuviera. Salvo que hablemos de una restricción permanente (como un suelo con PH bajo), la falta de agua podría resolverse, por ejemplo, regando.

–¿Y eso lo hacen a pedido de un productor?
–No. Nosotros tenemos líneas de investigación financiadas públicamente. Es el mismo esquema que cualquier otra investigación.

–Usted, entonces, investiga las situaciones posibles de estrés.
–Sí. En el país es sencillo, porque nosotros practicamos una agricultura de secano para los cultivos que llamamos extensivos. Es decir: no se riegan. Los cultivos sobrevivirán con lo que el suelo sea capaz de almacenar más el aprovisionamiento de agua en los períodos de lluvias. El tema agua es y va a seguir siendo un problema. Todos los que hacemos trabajo de campo sabemos, al mismo tiempo, que el estrés térmico ha aumentado. Todas las proyecciones a futuro pronostican que va a haber eventos de golpes de calor. Y eso hay que analizarlo.

–El maíz es un cereal, y antiguamente (antes de la conquista) el cereal básico de la alimentación americana. Los europeos, antiguamente, tenían el trigo; los orientales, el arroz. Me preguntaba por qué todas las civilizaciones tienen en la base de su alimentación un cereal.
–Yo imagino que tiene que ver con la composición de los cereales: son carbohidratos. Es una moneda de fácil utilización para el organismo, es energético, la mayoría de los seres humanos los ingerimos de manera importante, sentimos cuando nos falta y tenemos una harina como base de nuestras dietas. Al mismo tiempo, los cultivos de cereales son altamente productivos. Más allá de las restricciones particulares, un cereal va a ser mucho más voluminoso que uno oleaginoso-proteico. Un cultivo de trigo va a producir más kilos que uno de alguna legumbre de invierno (lentejas, por ejemplo). Uno de maíz va a producir más kilos que uno de soja. A la planta le cuesta poco producir ese grano, porque hay poco cambio entre lo que está fotosintetizando (un carbohidrato) y lo que está almacenando en ese grano (almidón, es decir, carbohidratos reacomodados). En cambio, hacer un aceite o hacer una proteína tiene un costo metabólico adicional, y ese costo se “paga” en volumen. Ahora bien: si uno multiplicara el kilaje de cultivo de soja o de girasol por la cantidad de calorías, la productividad no es tan baja (porque tiene un valor energético mayor el aceite que un simple carbohidrato). Pero a la hora de llenar el estómago, los carbohidratos son maravillosos.

–¿Cómo se define un cereal?
–Dentro de los cereales uno agrupa varias especies, fundamentalmente gramíneas.

–Y los cereales, además del trigo y el maíz, son...
–Trigo, avena, cebada, centeno (cereales de invierno). Maíz, sorgo, mijo (cereales de verano).

–¿Y el arroz?
–Es de verano.

–¿Y por qué se eligió históricamente el maíz aquí?
–Tiene que ver con los requerimientos. Cada especie tiene un lugar de origen. El arroz, por ejemplo, tiene mucho requerimiento de agua. Es, por eso, entendible que apareciera y fuera tan fuerte en climas asiáticos con precipitaciones muy fuertes. Son esas famosas piletas naturales que acá sólo tenemos en el litoral. Hay otro problema importante, que es el del agua.

–En toda Latinoamérica, Uruguay, Argentina y Chile tienen como cereal básico el trigo. El resto de los países, el arroz...
–¡Y el maíz! México, por ejemplo, es un país en deficiencia alimentaria permanente. Es dependiente de otros países para tener la cantidad de granos necesarios para la alimentación de su población. La base de su alimentación es el maíz, y el principal productor de maíz para México es Estados Unidos (que es, al mismo tiempo, el mayor exportador de maíz del mundo).

–Me da la sensación de que, por ejemplo en Brasil, se usa el arroz como acá se usa el pan de trigo.
–Sí, es verdad. Mi experiencia como turista me lo dice así.

–Y los pueblos andinos también.
–Sí, claro. En Perú se consume muchísimo arroz.

–¿Y los pueblos que no tienen posibilidad de cultivar cereales? Por ejemplo, los tehuelches o los esquimales.
–No debían comer cereales. Le digo esto como lectora aficionada: muchos eran pueblos con una dieta muy desequilibrada hacia el consumo de proteína animal de distinta índole. Al menos esa es la evidencia que hay en, por ejemplo, los pueblos de Tierra del Fuego. Cuando uno va al otro extremo, por ejemplo a la zona de Paraguay, uno se encuentra con elementos trágicamente actuales que indican que la principal fuente alimenticia era la caza y la pesca en ríos. El elemento trágicamente actual es cuando uno ve en los diarios gente que muere de hambre en lugares paradójicos, donde el clima es benévolo para los cultivos. Por ejemplo en Tucumán, en Corrientes, en Formosa: lugares donde hay humedad suficiente para cultivar pero donde muchas de las personas, hoy ya mestizadas, tienen el río al lado, pero no saben cultivar nada. Son pueblos que no llegaron al desarrollo de la agricultura, que les dio a las civilizaciones una fuerza impresionante.

–¿Y por qué no el trigo en América?
–Porque tiene su origen en el Mediterráneo. Los cereales tienen su punto natural de origen en algún lugar, pero al mismo tiempo reciben mayor o menor atención de acuerdo con el gusto de los hombres.

–Selección artificial.
–Así es. En definitiva, el maíz como lo conocemos ahora es un invento humano.

La actividad espacial en el desarrollo nacional

Mañana está previsto el lanzamiento desde la base Vanderberg de la Fuerza Aérea norteamericana en Lompoc, California, del satélite argentino más grande y complejo que se haya diseñado en nuestro país, el SAC-D Aquarius, en el marco del Plan Espacial Nacional cuya revisión 2004-2015 fue aprobada por el ex presidente Néstor Kirchner a poco de asumir. El SAC-D es un destacado logro científico de nuestro país desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) –que depende de la Cancillería argentina–, en cooperación con la NASA de los Estados Unidos, con la participación de entes del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y empresas del sector. Unas dos horas luego de su lanzamiento podremos saber si el satélite, que superó durante meses todas las pruebas y revisiones previas, alcanzó con éxito el objetivo de la puesta en órbita.

Un país invitado para quedarse

¿Qué sabe usted de la Conae? Seguramente, si hiciéramos una encuesta en la calle y preguntáramos sobre dos siglas: NASA y Conae, Ud., ¿qué contestaría? Me atrevo a decir que más del 90 por ciento de la gente diría que sabe muy bien lo que es la NASA, pero que nunca escuchó hablar de la Conae. Sin embargo, la Conae es “nuestra” NASA. En un hecho inédito para la Argentina, la NASA poco menos que “invitó” a la Conae a que se presente con un proyecto para fabricar el satélite que llevaría a bordo –entre otros instrumentos– al Aquarius. Los norteamericanos “necesitan” que el Aquarius esté orbitando la Tierra lo antes posible para monitorear la concentración de sal en los océanos. Y no es que ellos mismos no puedan fabricar el satélite, es obvio que sí, pero la sociedad con la Argentina provee también algunos factores extras no sencillos de conseguir: más de 200 científicos entre ingenieros, astrónomos, físicos, matemáticos, especialistas en estadísticas, en computación, en desarrollo de software, técnicos de primerísima calidad. Y todos juntos en el mismo país: la Argentina.

Acceso abierto a la producción científica de América Latina y el Caribe

"Los resultados de una década de iniciativas de acceso abierto en América Latina y el Caribe revelan que es mínima la presencia en esos servicios de producción científica publicada por América Latina y el Caribe en revistas internacionales. El avance del movimiento internacional de acceso abierto, con mandatos que exigen el auto-archivo de la producción de los investigadores en repositorios institucionales, anticipa que en forma creciente gran parte de la producción científica publicada por América Latina y el Caribe en revistas internacionales estará también disponible en acceso abierto. Este artículo, luego de describir los principales servicios regionales de acceso abierto, analiza índices internacionales y regionales que permiten identificar cuáles son las principales instituciones de la región en cuanto a producción científica y visibilidad web de su producción, con el objetivo de que estén visibles para proyectos nacionales y regionales de acceso abierto al conjunto de la producción científica de un país y de la región. Los resultados muestran liderazgo de universidades de Brasil; una fuerte presencia de universidades de México, Colombia, Argentina, Chile y Venezuela; y presencia de universidades de Ecuador, Perú, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico y Uruguay"