Francisco ante la teología de la liberación

En América Latina es conocido ampliamente cómo operó un proceso de represión interna marginando a los teólogos y agentes pastorales; nombrando obispos conservadores y sumisos a la centralidad romana. La mancuerna Wojtyla-Ratzinger minó los ensayos pastorales y las innovaciones latinoamericanas.

El progresismo católico ha mirado con entusiasmo los giros y signos que el papa Bergoglio ha incrustado en su pontificado. En su toma de posesión al externar su célebre frase “quiero una Iglesia pobre y para los pobres”, contribuyó para que inmediatamente los católicos progresistas se identifiquen con el nuevo Papa.

Neomalthusianismo y feminismo

En la excelente encíclica ecológica del Papa Francisco hay sin embargo un par de párrafos con los que me siento en desacuerdo. La encíclica peligrosamente le quita importancia al aumento de la población humana, desecha el concepto de "salud reproductiva" y niega despiadadamente el derecho al aborto. Veamos el contexto.

Laudato Si´ encíclica del Papa Francisco

1. Laudato si’, mi’ Signore » – « Alabado seas, mi Señor », cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: « Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba ».

2. Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que « gime y sufre dolores de parto » (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.

La encíclica ecologista del papa Francisco

En medio de polémicas y tensiones, el papa Francisco hace pública su encíclica Alabado seas, sobre el cuidado de la casa común, en la que advierte los gravísimos problemas del medio ambiente y hace responsable al sistema económico mundial de llevar a la humanidad al borde del colapso, por carecer de sustento ético. La voracidad del capitalismo de mercado y del dios dinero están llevando a la humanidad también a la contaminación del alma del ser humano y la corrosión de su espíritu.

El Papa denuncia en Lampedusa la globalización de la indiferencia ante el drama de los inmigrantes ilegales

El Papa viajó a la isla italiana de Lampedusa, la «puerta de Europa» de los inmigrantes indocumentados que buscan en el continente un futuro mejor, para llorar por los que perdieron la vida en las travesías y denunció la «globalización de la indiferencia» ante esas tragedias. «Rezo por vosotros, también por los que ya no están. Os agradezco vuestra acogida», dijo este lunes el papa a las varias decenas de inmigrantes con los que departió a su llegada al puerto de la isla.

El Papa Francisco y la economía política de la exclusión

Quien escucha las distintas intervenciones del obispo de Roma y actual papa se siente en casa y en América Latina. El Papa no es eurocéntrico, ni romanocéntrico ni mucho menos vaticanocéntrico. Es un pastor “venido del fin del mundo”, de la periferia de la vieja cristiandad europea, decadente y agónica (sólo el 24% de los católicos son europeos); proviene de un cristianismo nuevo que se ha ido elaborando a lo largo de 500 años en América Latina con rostro propio y con su teología.

Los desafíos del primer Papa Latinoamericano

Celebramos el nombramiento del primer Papa latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica y su elección del esperanzador nombre Francisco para llevar adelante su período papal.

Esperamos que pueda trabajar por la justicia y la paz más allá de las presiones y los intereses de las potencias mundiales. Esperamos pueda dejar de lado la desconfianza Vaticana al protagonismo de los pueblos en su liberación. Así como que también aliente las transformaciones sociales que se vienen llevando adelante en América Latina y en otras partes del mundo, de la mano de gobiernos populares que tratan de superar la noche del neoliberalismo.

Esperamos que tenga el coraje para defender los derechos de los pueblos frente a los poderosos, sin repetir los graves errores, y también pecados, que tuvo la Iglesia. Durante la última dictadura argentina los integrantes de la Iglesia católica no tuvieron actitudes homogéneas. Es indiscutible que hubo complicidades de buena parte de la jerarquía eclesial en el genocidio perpetrado contra el pueblo argentino, y aunque muchos con “exceso de prudencia” hicieron gestiones silenciosas para liberar a los perseguidos, fueron pocos los pastores que con coraje y decisión asumieron nuestra lucha por los derechos humanos contra la dictadura militar. No considero que Jorge Bergoglio haya sido cómplice de la dictadura, pero creo que le faltó coraje para acompañar nuestra lucha por los derechos humanos en los momentos más difíciles.

Me encuentro viajando a Italia para celebrar un nuevo aniversario del martirio de Mons. Arnulfo Romero, un pastor conservador que frente a la represión en El Salvador tuvo su “Camino de Damasco” hacia el pueblo y dio su vida por la justicia y la paz. Ojalá también que la opción por el nombre Francisco, uno de los santos más significativos de la Iglesia, se exprese en testimonios de opción y defensa de los pobres frente a los poderosos y en la defensa del medio ambiente.

Francisco I no ha heredado un trono imperial sino la humilde silla de un pescador. Por eso esperamos que no olvide las palabras del Obispo mártir argentino, Monseñor Enrique Angelelli, cuando decía que “debemos tener un oído en el Evangelio y otro en el pueblo, para saber qué nos dice Dios”.

Paz y Bien.