Argentina: 8M, paro internacional feminista y transfeminista

El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres trabajadoras textiles se encontraban luchando en la fábrica Cotton, en Nueva York, reclamando por condiciones laborales dignas, justas, reducción de la jornada laboral y un salario igual al de los hombres. Hoy reivindicamos, actualizamos, ampliamos y profundizamos las luchas de esas 129 mujeres que murieron en el incendio provocado por su patrón, con una perspectiva necesaria para el campo de las mayorías plebeyas.  Este dossier se publica entonces como una herramienta que pretende contribuir al debate del movimiento feminista y transfeminista.

La invención política del paro feminista

El #8M se instaló como una cita global y a la vez particular: recoge lo propio de cada coyuntura y propone una estrategia de intervención en medio de la crisis. En estos cinco años de paro consecutivo, puso un contenido de clase a las demandas, y señaló al poder judicial y al económico-financiero como engranajes de la violencia patriarcal. Pero además de la denuncia, nombró y produjo comprensión: el movimiento feminista confronta y no sólo padece las distintas formas de opresión. Se organiza para luchar por ingresos, por vivienda, contra la precarización de las vidas. Escriben Luci Cavallero y Verónica Gago.

Dossier 8M

De tres años a esta parte, la conmemoración del día de la mujer trabajadora ha recobrado un renovado vigor de la mano de la irrupción en la escena pública de un feminismo popular masivo, alegre y desafiante.

El aluvión feminista

 

No se la vieron venir. O sí, y por eso los gestos coreografiados: el “vía libre” para debatir el aborto y el súbito interés de Mauricio Macri por la brecha salarial. Cada vez que convoca, el movimiento feminista en la Argentina rompe sus propios récords. Este Paro Internacional feminista, ya instituido como tradición del 8 de marzo, albergó sólo en Buenos Aires una marea de más de 500.000 personas, todas y cada una de ellas en expresa oposición a los gobiernos neoliberales locales y globales y a los modos nada sutiles con los que el patriarcado y el capitalismo se solapan en la vida social y en cada cuerpo individual.

Del otro lado de la huelga del 8M: Visualizando la interrupción social desde el feminismo

 

Muchas de las llamadas “huelgas generales” no han sido tales, hoy podemos entender su parcialidad. De igual modo, muchas de las huelgas que se han dado en el mundo no han entrado en el canon al no ser suficientemente inteligibles respecto del paradigma de la huelga productiva. Pero ahí no acaba todo.