¿Qué desarrollo regional para qué desarrollo nacional? Desafíos para una Argentina posneoliberal

La crisis económica internacional y los signos internos de desaceleración del crecimiento emergentes desde la segunda mitad de 2008 representan para la Argentina un desafío pero también una posibilidad de capitalizar los cambios introducidos con posterioridad a la crisis de 2001 en los vectores impulsados por las reformas neoliberales de los ’90. Para ello se impone formular una estrategia de desarrollo capaz de revertir la larga curva de decadencia agravada por esas reformas. Dicha estrategia se basa sobre tres vectores: a. un patrón de acumulación que subordine la reproducción financiera a la productiva y configure entramados productivos más sofisticados, descentralizados y endógenos; b. un patrón de reproducción social más integral, inclusivo y equitativo; c. y una dinámica territorial que transforme sus tradicionales –y últimamente recrudecidas– asimetrías a partir de una incorporación cualificadora de sus regiones periféricas. Para avanzar conjuntamente sobre esos tres vectores se requiere asumir una perspectiva regional pero, al mismo tiempo, multiescalar y nacionalmente articulada del desarrollo, en la cual instituciones/dinámicas “de abajo hacia arriba”, que cualifican los entramados productivos regionales de base PyME, se combinan con instituciones/dinámicas “de arriba hacia abajo”, fundadas sobre un sólido cuadro de intervención y articulación multiescalar con epicentro nacional. La construcción institucional, esencial –pero no exclusivamente– centrada sobre el desarrollo de capacidades estatales multiescalares (nacionales, regionales y locales) y en la articulación deesas instancias, se presenta como un precondicionante ineludible para el éxito de la estrategia.

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