La Economía Social Fundacional colmo incubadora de la nueva economía solidaria

A partir de diciembre de 2001 la sociedad argentina se vio enfrentada con la crisis más grave de su historia. Los segmentos más perjudicados -particularmente sectores de las clases medias y crecientes contingentes de desocupados- irrumpieron con una fuerza incontenible en la escena pública, evidenciando la centralidad de los problemas que antes habían sido considerado marginales, mostrando la inviabilidad de un modelo de país en el cual el 53% de sus habitantes había sido sumergido por debajo de la línea de pobreza y diariamente 16.855 personas ingresaban a la categoría de nuevos pobres. La profundidad del trance obligó a replantear el paradigma, revalorizando el sentido de la labor del Estado y de la política como arte del bien común; brotó una mayor participación de diversos y numerosos actores que se acercaron a iniciativas de horizontalidad deliberativa y a voluntariados productivos.

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