El bicentenario de Kant

No es bueno estar ausente en el homenaje al autor de las dos Críticas, La paz perpetua y la Metafísica de la moral con motivo de los 200 años de su muerte. La consideración de su filosofía jurídica y política alcanza a diversos ámbitos que no han podido escapar a sus enseñanzas: la teoría general del derecho, la teoría política, aun los derechos internacional y constitucional, entre otros. Probablemente Kant fue el único, o a lo sumo uno de los muy pocos, pensadores del iluminismo, que se manifestó como un militante antiimperialista. No tienen, por eso, poca significación sus observaciones sobre el imperialismo y el colonialismo de fines del siglo XVIII. Esos males se proyectan hoy bajo la forma de inaceptables hegemonías globales. Y deciden guerras como las del Golfo Pérsico y la invasión ilegal a Irak, distantes pero distintamente enraizada en el diseño caprichoso del mapa de la región, trazado hacia el colapso del imperio otomano con obvios designios imperialistas, que la importancia ulterior del petróleo potenció inmensamente. Los efectos también se reconocen en la soberbia de las grandes potencias, sistemáticas violadoras de los principios de no intervención y de autodeterminación de los Estados más débiles en la comunidad internacional.

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