Convención sobre cambio climático. ¿Somos una especie suicida?

Las grandes reuniones internacionales sirven al menos para saber y dar a conocer al público en general cómo estamos y cómo vamos. Pero en vista de los magros resultados obtenidos durante este último cuarto de siglo, cabe preguntarse si lo que se dice, lo que se hace y lo que se logra es relevante en relación con lo que habría que hacer para superar esta y otras crisis mundiales. El gran reclamo inmediato de los países en desarrollo es la implementación lo antes posible de las medidas de adaptación además de las medidas de mitigación: fondos internacionales suficientes y accesibles para avanzar en la adaptación a los cambios, verdaderas transferencias de tecnología de última generación sobre la base de la cooperación interespecífica, desarrollos tecnológicos que contemplen la sustentabilidad y la falta de impactos negativos a corto, mediano y largo plazos, entre otros aspectos. ¿Demandas de emergencia o percepción de que las esperadas y comprometidas medidas de mitigación son metas incumplidas? Las respuestas están en nosotros mismos, porque la gente es la que gobierna y decide, la gente hace a los países y los conduce, la gente es responsable por el destino de los seres vivos irracionales y del lugar donde vive, la gente es quien puede producir las mayores catástrofes y también la gente es quien los padece. La gente somos nosotros y es toda persona que vive en este planeta Tierra.

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