“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras..

La agricultura es una de las principales producciones demandantes de agua (suma alrededor del 70 % en el promedio mundial); el riego es una de las actividades que genera preocupación respecto de la disponibilidad e impactos sobre la demanda de agua potable que puede implicar el incremento de las extracciones de ésta hacia las décadas venideras. Producir alimentos implica consumir agua. Para producir un kilogramo de granos, se necesitan entre mil y dos mil kilogramos de agua, lo que equivale a alrededor de 1 a 2 m3 de agua. Un kilogramo de queso necesita alrededor de 5.000 a 5.500 kg de agua y uno de carne, demanda unos 16.000 kilogramos de este elemento vital. El caso del uso del agua en la Argentina, especialmente para la producción de cultivos de exportación y acompañada de un posible ciclo más seco en los periodos por venir, obliga a una reflexión sobre el uso consuntivo del recurso, especialmente frente a las nuevas demandas productivistas tanto en las áreas pampeanas, como en las regiones extrapampeanas. Es posible que el mayor desafío de los próximos años consistirá en evitar que, por su excelente rentabilidad en ambientes que para otras especies resultan desfavorables, la soja mantenga un predominio que muchos consideran perjudicial en el largo plazo.

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